Juan Subirá, histórico tecladista, compositor y también cantor de Bersuit, encontró el año pasado el tiempo para darle cauce a un conjunto de canciones que habían quedado guardadas y que no habían salido a la luz. “Cuando pienso canciones siempre pienso en Bersuit, se las muestro a mis compañeros, pero en la banda hay muchas ideas y canciones, y algunas cosas quedan afuera. Pero eso no impide que a uno le sigan gustando”, le cuenta Subirá a Página/12. El resultado es Coro de fantasmas, un disco que llega 13 años después de su debut como solista y que revalida su interés por los géneros rioplatenses, como la murga, el candombe y la milonga. “Creo que ningún tema está muerto y olvidado”, dice antes de presentar en vivo este disco, el 14 de octubre a las 20.30 en Rondeman (Lavalle 3177).
“En estos años participé en otros proyectos y siempre sigo con Bersuit. Pero esta inquietud de hacer un disco nuevo surgió en la época de cuarentena más estricta y en la que realmente se sufrió bastante, por la imposibilidad de encontrarse con los seres queridos, subirse a un escenario y todo lo que ya sabemos”, contextualiza Subirá. “Pero en un momento empecé a ir para la salita que tenemos acá en casa con mis hijos y empecé a tocar algunas canciones. No son nuevas, casi todas tienen cinco, diez y hasta veinte años en algún caso. Son canciones que fueron quedando guardadas y que a mí siempre me gustaron. Entonces, empecé a tocarlas, a maquetear y me dieron ganas de hacer un disco. Y mi hijo mayor, que es baterista, me ayudó con las canciones”.
Hay nostalgia en estas canciones, algunas son de despedidas -a su padre, a su cuñado-, pero también hay un mensaje optimista, que aflora en la murga que cierra el disco, "Siempre volverá". “Tiene un mensaje esperanzador, de volver a los espacios de la vida que a todos nos gustan. Cada uno tendrá los suyos, pero en general hay un montón de cosas que se comparten: ir a un recital, al cine, al teatro, a la cancha, compartir momentos con los seres queridos”, entiende el músico. En vivo, participarán varios amigos que grabaron en el disco, como Ariel Prat, Limón García y Cucuza Castiello.
-Este disco, al igual que el primero (Fisura expuesta, 2008), está atravesado por los ritmos rioplatenses, algo que vos siempre llevaste a Bersuit. ¿Ese interés es una búsqueda o aparece irremediablemente por vivir en esta ciudad?
-Tiene varias vertientes. Cuando yo era adolescente empecé a hacer música con compañeros como Carlitos Martín y Pepe Céspedes. Nosotros no sabíamos tocar nada, pero dentro de las primeras canciones que hicimos empezó a aparecer la murga, el candombe, era como que estaba en algún lugar de nuestro inconsciente o ADN. Supongo que tiene que ver con el barrio (Barracas, La Boca) y con todo eso que uno arrastra de la crianza, de los carnavales. También, en la década del '70 hubo mucha fusión de ritmos en la música rioplatense, bandas como Raíces, Alejandro del Prado, el Negro Rada e incluso Seru Giran. Con el tiempo, empecé a profundizar en la música de Uruguay: Jaime Roos, Daniel Viglietti, Zitarrosa, Mauricio Ubal. Fueron distintas vertientes de influencia que a uno le van pegando. Esta música me llega mucho, me toca y me nace hacerla.
-¿Y cómo surge la canción "La gorilonga"? Hay un tono de parodia y crítica social.
-Esa canción tiene siete u ocho años. La idea surgió en un avión, la empecé a escribir ahí. Fue gracioso porque pasó el azafato, pispeó el papel y dijo "tené cuidado que acá está lleno". Al ser una canción con mucho contenido social y político, hay gente que se siente tocada y genera controversia. Y más en este contexto bravo y difícil después del resultado de las PASO del domingo pasado. Quedamos todos bastante dolidos y descolocados, porque para el campo nacional y popular es una derrota muy importante. Habrá que hacer una lectura adecuada de lo que pasó y está pasando. Es imprescindible hacer una lectura porque hay que seguir gobernando. Creo que las derrotas son dolorosas, pero si se puede aprender de ellas también se puede crecer.
-El escenario es complejo, sobre todo por el 13% de Milei en CABA...
-Es un fenómeno nuevo, este muchacho encontró un personaje y genera adeptos. Y es lo más triste es que pega mucho en la juventud. Evidentemente, también habla de cierto despiste o falta de conciencia de clase. Entonces, también hay que hacer una lectura de este tipo de fenómenos. Trato de imaginar a un tipo así con poder y da un poco de miedo.
-Más allá de la música rioplatense, el rock sigue siendo la base de tu música y tus proyectos. ¿Y de qué manera sigue interpelando a la juventud, teniendo en cuenta la aparición de otras músicas?
-Veo por un lado que hay nuevas bandas y proyectos, cosas que están buenas. A su vez, está la influencia de nuevos ritmos, como el trap. Todo está influido por esa sonoridad. Pero hay bandas muy interesantes de gente muy joven. Creo que siempre el rock argentino tuvo un potencial enorme y todo eso sigue vivo, pero lógicamente cada generación tiene que presentar sus credenciales para poder plantarse ante el mundo. Veremos con el tiempo cómo les va. El desafío es mantenerse y hacer una carrera.
-El rock argentino se ha caracterizado por cierta resistencia a los poderes fácticos, y apoyo los movimientos sociales y de derechos humanos. ¿Está faltando un mensaje claro en los nuevos artistas sobre los procesos políticos y sociales?
-Sí, probablemente. Creo que siempre es necesario plantar bandera y dejar en claro de qué lado estás. Me parece que a veces está faltando en algunos proyectos artísticos la conciencia de clase. Pero también es una cuestión de educación. Porque nuestro rock y nuestra música en general ha tenido un punto fuerte en ese aspecto. Eso de plantarse a nivel político y social. Pero no quiero generalizar. Hay una juventud que hay cosas que no vivió y que quedaron un poco lejanas, como la dictadura o el estallido social de 2001. A esas personas les podés contar, pero ya empieza a ser historia. Va a haber que trabajar mucho para poder transmitir ese mensaje de lo difícil que fue atravesar todo eso y puedan discernir entre lo que es un movimiento nacional y popular y lo que puede ser un tipo como Milei, que es protofascista.