El comité asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos recomendó este viernes administrar una tercera dosis de la vacuna de Pfizer a los mayores de 65 años y a quienes sean factores de riesgo, pero rechazó la aplicación en mayores de 16 años sin problemas.
El organismo votó 16-3 en contra de la aplicación de la tercera dosis a la población en general, en lo que representa un mazazo al gobierno de Joe Biden, que busca reforzar la protección en medio del crecimiento de casos de la variante Delta, de enorme contagiosidad.
La FDA no está obligada a seguir las determinaciones de los asesores y decidirá en los próximos días.
Biden había anunciado hace dos semanas que, a partir del día 20 de septiembre, se iniciaría una campaña de refuerzo para adultos. No obstante, comenzaron las trabas, ya que se precisaba la aprobación de la FDA.
"No está claro que todo el mundo necesite recibir la dosis de refuerzo, más allá de un grupo de población que tenga claramente un alto riesgo de enfermedad grave", aseguró Michael G. Kurilla, miembro del comité y del Instituto Nacional de Salud.
De hecho, el mandatario había propuesto una tercera dosis a los ocho meses de haber recibido la segunda, pero Pfizer presentó sus propios datos sobre cómo su vacuna baja la efectividad después de los seis meses de la segunda dosis y cómo una tercera dosis realza la inmunidad.
Moderna, que usa ARN en su vacuna, al igual que Pfizer, también ha contemplado una tercera dosis. Al mismo tiempo, estudios conjuntos de la FDA, la Organización Mundial de la Salud y la universidad de Oxford que se publicaron en The Lancet sostienen que no es necesario aplicar una tercera dosis.
Pese a ello, los grupos de personas más vulnerables, con sistemas inmunes débiles o que desarrollaron una alta inmunidad, reciben una tercera dosis en varios países.
Dos revisores de vacunas de la FDA firmaron el artículo de The Lancet y anunciaron su renuncia al organismo. “Todas mis acciones y decisiones a lo largo de mis 32 años de carrera en la FDA se han basado en la ciencia”, dijo este viernes Miriam Gruber, una de las firmantes.
El dilema entre los expertos pasa por saber si la baja en la efectividad de las vacunas puede llevar a un aumento de casos entre los inoculados o no.
Los técnicos de los CDC aseguran que las dos dosis de la vacuna evitan cuadros graves de la enfermedad, inclusive entre los mayores de 75 años. “En este momento, está claro que los no vacunados están impulsando la transmisión en EE.UU.”, afirmó Amanda Cohn, de los CDC.
Los asesores federales, entre ellos Anthony Fauci, alertan que la inmunidad cae entre los inoculados con la pauta completa y que ya hay indicios de una merma en la eficacia para proteger a los vacunados en los casos graves, cuya consecuencia podría derivar en un aumento de las hospitalizaciones.