Catamarca es una de las provincias en donde la majestuosidad del cóndor andino puede disfrutarse en casi todo el valle. Sin embargo, se trata de una especie vulnerable y muchas veces deben ser rescatados y curados.
Ayer, en la Cuesta del Portezuelo, la Dirección de Biodiversidad liberó uno de estos ejemplares que fue rehabilitado por los veterinarios del Centro de Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre.
Carlos Barrionuevo, biólogo y director de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia, contó a Catamarca/12 cómo fue el rescate de este cóndor y su posterior restitución a su hábitat.
Fueron pobladores de la localidad de Las Tejas, ubicada en límite de los departamentos Valle Viejo y Capayán, quienes informaron a la Secretaría de Medio Ambiente sobre la presencia de un cóndor que presentaba algunas heridas, no podía volar, y estaba a la vera de la ruta provincial 33.
El ave, según establece el protocolo de conservación, fue trasladada al Centro de Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre. Allí, los veterinarios la revisaron y curaron. “Tenía indicios de que había comido de más. Es bastante frecuente en esta especie que cuando comen demasiado no pueden remontar vuelo. Se trató de una hembra de pocos meses”, contó Barrionuevo.
“Se les hicieron los análisis, los test, pruebas y placas radiográficas de rutina porque debido a su tamaño y sobre todo en zonas serranas hay personas que los usan como tiro al blanco. Hemos tenido varios animales baleados. Pero no fue este el caso, confirmó.
El ejemplar fue liberado en la Cuesta del Portezuelo en horas del medio día que es cuando se generan las mejores condiciones meteorológicas que ellos utilizan para volar.
En cuanto a su protección y amenazas, Barrionuevo explicó: “Tenemos un protocolo, ya que es una especie que se encuentra en una categoría que se conoce como vulnerable y existen esfuerzos de conservación sobre la misma. Lamentablemente al ser carroñero y estar en la parte superior de la cadena trófica, muchas veces sufren envenenamiento por cebos tóxicos colocados por ganaderos que, si bien no están dirigidos especialmente a ellos, sino a pumas, concluyen matando a diferentes animales, como zorros. Y los cóndores, en este caso, también son afectados indirectamente cuando van a comer esos animales que ingirieron el veneno”.
Catamarca, forma parte de un proyecto que se denomina “Plan de conservación del cóndor”, para esto se reciben varios insumos y apoyo del Ministerio de Desarrollo Sustentable de la nación y también existe una partida destinada a su cuidado en el Ministerio de Ambiente provincial.
El cóndor es el ave voladora más grande del mundo. Desde la punta de un ala a la otra pueden llegar a medir hasta tres metros. “En Argentina se lo conoce como cóndor andino, aunque es una denominación para las provincias patagónicas que lo hace más restrictivo a la zona cordillerana, pero en Catamarca lo conocemos sólo como cóndor, ya que acá los tenemos en la selva, y en las sierras que rodean el Valle (Ancasti y Ambato). Nos pasa por encima de la cabeza todos los días”, contó el biólogo.