Felipe Solá estaba de viaje hacia México. La misión que le habían encomendado era la de participar en la Cumbre de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Sin embargo, la agenda del excanciller se vio trastocado por un pequeño contratiempo: El jefe de Gabinete de la Nación, Santigo Cafiero, le comunicó durante una escala en El Salvador que él mismo lo reemplazaría en el ministerio de Relaciones Exteriores. Así, fue como el exgobernador bonaerense se vio obligado a presentar su renuncia ni bien pisó tierra azteca. De más está decir que prefirió no asistir a la cumbre.
El saliente canciller partió rumbo a México con la confianza de que, en medio de la tensión interna por la derrota electoral en las PASO, sus responsabilidades diplomáticas podrían oxigenar al Jefe de Estado, en caso de lograr la elección de la Argentina como titular del bloque regional. Sin embargo, en pleno viaje, se enteró que ya no estaría más a cargo del Palacio San Martín.
Los colaboradores del excanciller le confiaron a Página/12 que Solá considera que la resolucion del conflicto interno en el Gobierno terminó siendo "una victoria pírrica" de Cristina Fernández de Kirchner. Desde su entorno, remarcan que el Presidente se vio forzado a reacomodar las piezas del Gabinete y que él terminó pagando el costo de esa decisión. Aclaran, no obstante, que la remoción respondió a una decisión del mandatario y no de la vicepresidenta.
Tras aterrizar en Méxino, Solá atravesó por la recepción oficial de la Cumbre de la CELAC, donde saludó con gesto adusto al canciller mexicano, Eduardo Ebrard, pero luego se fue a su hotel. La Argentina estuvo representada por el subsecretario de Asuntos de América Latina, Juan Carlos Valle Raleigh, quien debió tomar la palabra y brindar el discurso que tenía que dar el saliente canciller. El ahora exfuncionario mandó su dimisión por correo electrónico y optó por ausentarse a las discusiones de la Cumbre, donde tenía planificado recibir en nombre de la Argentina la presidencia pro témpore de la CELAC, lo que finalmente no ocurrió.
El texto de la renuncia
En su carta de renuncia enviada a Fernández expresó: "Tengo el deber de dirigirme a usted a fin de elevarle mi renuncia al cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto con el que me honrara oportunamente". Y agregó: "Al hacerlo, agradezco su confianza en este tiempo y hago votos por su ventura personal y la recuperación plena de nuestra querida Argentina". "Sin otro particular, lo saludo con mi mayor consideración y respeto", culmina la carta firmada desde la Ciudad de México.
Luego de que el Gobierno de Fernández no lograra presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Solá se movió para que el mandatario se alzara con la presidencia pro témpore de la CELAC, en reemplazo de su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Fernández tenía previsto asistir personalmente a la Cumbre para recibir ese cargo pero la crisis que desató sus diferencias con Cristina Kirchner por el relanzamiento del Gobierno lo obligó a suspender su viaje, previsto para el viernes por la noche, por lo que envió en su lugar a Solá. En pocas horas, el escenario cambió sustancialmente, al igual que el gabinete nacional.