Al final éramos unos adelantados. Esto de implosionar el Frente de Todos, atarlo con alambre, y encarar una elección con la incertidumbre de si ese descalabro es piantavotos o no, en Salta se hizo hace más de un mes. Y si no les mandamos a los arquitectos de semejante proeza para que arreglen todo en Buenos Aires, es básicamente porque no hubo, el FdT local se fue acomodando con el andar como si fuese un camión cargado de melones.
El resultado positivo en las elecciones, ajustado pero inapelable, parece indicar que las idas y vueltas del armado peronista no ahuyentaron votantes, solamente se detecta una fuga de 20 mil votos que fueron a parar al Partido Felicidad que salió por afuera y que probablemente le vuelvan de nuevo en noviembre en nombre del famoso “voto útil”.
Igual el triunfo en Salta del FdT no tuvo mucho margen para el festejo: se concretó a la madrugada, cuando ya en todos los bunkers habían dado las hurras. A eso hay que sumarle que los principales diarios nacionales pintaron en sus ediciones del lunes a la provincia de amarillo, acorde con el resultado que dio ganador a Juntos por el Cambio desde que se habilitaron los datos, pasadas las 21, hasta alrededor de la 1 cuando por primera vez el peronismo pasa adelante.
Después había que respetar los tres días del Milagro, y cuando por fin el jueves, con el escrutinio definitivo en la mano que lo dejaba arriba por 5 mil votos, se venían las celebraciones, explota la interna nacional. En ese contexto salir a chapear que se ganó en Salta iba a recordar el festejo del Racing campeón del 2001, que se hizo en pleno estallido social y en un marco de acefalía presidencial.
Emiliano Estrada, cabeza de la lista que competirá en noviembre, se ilusionaba con que después de una campaña corta para las PASO, iba a poder en estos dos meses que hay hasta las Generales hablar de sus eventuales proyectos para el Congreso... capaz lo pueda hacer, pero seguramente antes deberá pasar en las entrevistas por el cuestionamiento acerca de a cuál sector del gobierno se siente más cercano, si al de Alberto o al de Cristina, momento que deberá superar con la misma gracia que contesta un niño cuando le preguntan si quiere más a su mamá o a su papá.
Y en medio deberá prenderle velas a la continuidad de su “padrino” Wado de Pedro, porque el acceso directo que tiene Estrada al Ministerio del Interior es uno de los atractivos que ofrece para que los intendentes empujen su candidatura.
Los nuevos cotos de caza
Claramente, una diferencia de 5 mil votos obliga a los dos frentes más votados a tratar de conseguir aún más votos para asegurarse un triunfo. Con este escenario de polarización que se dio en la PASO, terminar arriba, aunque sea por uno, representa nada menos que una banca más en el Congreso.
Suponiendo que tanto Estrada, como el cabeza de lista de JxC, Carlos Zapata, ya pueden empezar a consultar los clasificados para ver si enganchan un monoambiente barato en Buenos Aires, la disputa de la tercera banca en juego se enfocaría en Pamela Calletti (Fdt) e Inés Liendo (JxC), las segundas de las listas.
Y aquí es donde los armadores deberán concentrarse en la estrategia para ganar simpatías que hasta el momento les fueron esquivas.
El primer gran lugar para rescatar votos, es entre los más de 400 mil salteños que por la pandemia, el feriado del Milagro, el calor o porque ningún candidato les movía un pelo, decidieron que no valía la pena ir a votar ese día.
El marcado ausentismo registrado en todas las elecciones provinciales hechas este año, y también en las PASO nacionales, obliga a un replanteo del concepto de voto obligatorio o de las sanciones por incumplir con ese voto.
Actualmente la multa de hasta 500 pesos es de lo más barato que se encuentra en el mercado de sanciones, mientras que con la amenaza de que no se puede sacar el pasaporte para poder viajar al exterior, en estos tiempos de dólar por las nubes y fronteras semi cerradas, es casi tan inverosímil como decir que al que no vota se lo lleva el viejo de la bolsa.
Pero retomando, esos cientos de miles de ausentes seguramente serán el principal objetivo del Frente de Todos, más considerando que el fenómeno se registró en mayor medida en el interior provincial, siempre propenso a votar al peronismo.
Capital cerró con un 65 % de votantes, mientras que San Martín y Orán no llegaron al 50 %, el extremo fue Rivadavia con apenas un 35% de presentismo (allí el FdT sacó el 75 por ciento de los votos).
Estrada y Pamela Calletti deberán analizar si les conviene conmover a los votantes mediante un uso de la oratoria que los incentive a ir fervorosamente a las urnas, o si por el contrario arman una red de transporte que garantice llevar y traer a los remolones desde su casa a la escuela y viceversa. Ambos métodos para movilizar las masas son válidos, el primero más romántico y barato, el segundo más práctico y oneroso.
Seguramente Juntos por el Cambio también apuntará para ese lado, que Salta haya sido una de las pocas provincias que esquivó el triunfo del macrismo, puede ser un buen movilizador para el votante de Cambiemos que hace una semana prefirió quedarse viendo Netflix.
Pero sin dudas donde JxC tiene terreno fértil para sumar es en el famoso voto útil. Estas elecciones repartieron más 170 mil votos entre Guillermo Durand Cornejo y Felipe Biella. Sin llegar a los niveles de Milei en Buenos Aires, estos emergentes se paran a prudente distancia de la política y apuntan a ganarse al votante “independiente” y “anti grieta”.
Ambos se hicieron fuertes en la capital salteña y es probable que sus seguidores se ubiquen mayoritariamente del centro a la derecha, especialmente en el caso del actual senador provincial. Discursivamente ellos se plantan desde el salteñismo ajeno a las disputas agrietadas a nivel nacional, aunque muestran una mayor saña contra el kirchnerismo que contra el macrismo.
De ahí que se sospeche una mayor predisposición de sus votantes a migrar a JxC para garantizar una derrota del FdT. El antecedente inmediato de una tercera fuerza que se desinfla por la grieta fue Alternativa Federal en 2019, que terminó las PASO con los votos para meter a Pablo Kosiner en el Congreso, pero en la Generales se les esfumaron más de 35 mil y su candidato quedó afuera.
No sería raro que tanto Zapata como Liendo tengan en sus discursos algún apartado especial para los independientes, básicamente advirtiéndoles que o los votan a ellos o el país sigue gobernado por Cristina, uno de los hit de Cambiemos.
Por lo pronto Durand Cornejo ya hizo lo suyo para espantar nuevos votantes (y alguno de los que lo votó también), porque al referente en Salta del Partido Conservador Popular le salió de adentro mucho de conservador y nada de popular y en vez de darle bolilla al cliché ese que dice “hay que escuchar el mensaje de las urnas”, cual patrón de estancia mandó en penitencia a todos los que no lo votaron, por considerar que lo hicieron mal, y les advirtió que después, cuando gane el kirchnerismo o el macrismo, no le vayan con la queja de la grieta.
No sería raro ver a Durand Cornejo el 14 de noviembre agarrando salteños de la oreja y llevándolos hasta la puerta del cuarto oscuro al grito de “imberbe, la grieta no es joda, votá por mi”.
Tachame la doble
Una fórmula que encontró el gobierno provincial para esquivar la derrota es plantar por lo menos dos frentes para competir en las elecciones, de esta manera, como pasó en la provincial, al meter un pleno con uno, puede disimular la derrota del otro.
Mientras que Unidos por Salta arrasó el 15 de agosto con una banda de candidatos mediáticos, el otro frente del gobernador Gustavo Sáenz, Gana Salta, que incluía a su ala política en las listas, anduvo peor de lo que se esperaba.
La historia contará que Sáenz le levantó la mano a Emiliano Durand como su nuevo senador electo y le aceptaría la renuncia como secretario General de la Gobernación al derrotado Matías Posadas (hace un mes de eso, actualmente el cargo sigue vacante y la estructura del gobierno siguió funcionando sin problemas, lo que obliga a preguntarse si realmente es necesario tener una Secretaría General de la Gobernación).
Esta doble chance lo puso al gobernador en ganador y para las nacionales buscó hacer lo mismo: mientras arreglaba que su PJ se integre al Frente de Todos, confirmaba a Unidos por Salta como una opción a la grieta.
Ante este escenario el oficialismo festejaría si dos de los tres diputados son del Frente de Todos o de Unidos por Salta. Pero ante la amplia diferencia entre las dos fuerzas más votadas y Durand Cornejo (que además, como se señaló antes, no anda de humor como para dar vuelta la cosa), surge la incógnita sobre cuál será la táctica que usará el gobierno ¿tratará de empujar a un candidato, que hoy parece tener dos yunques en vez de pies, para sostener la doble chance? ¿o vaciará de estructura a Unidos por Salta, para ponerla a jugar con el FdT?, seguramente la respuesta se irá conociendo de a poquito en los próximos días.