"El sábado 25 de agosto de 1821, poco más de cincuenta vecinos declaran que el Pueblo de Catamarca era tan libre como todos los demás y que podía, lo mismo que cada uno de ellos, hacer uso de sus regalías y derechos y que, en ejercicios de estas atribuciones, disolvía la unión y dependencia que por medio de sus diputados había contraído con la República del Tucumán”, relata para Catamarca/12 el historiador catamarqueño Marcelo Gershani Oviedo en “La sinuosa historia de la Declaración de la Autonomía de Catamarca”.
“Un territorio para considerarse libre debe tener todo lo necesario para constituirse civil, eclesiástica y militarmente; de lo contrario debe depender de otros, y entonces ya no es libre…dígame Usted si Catamarca se halla en aptitud de ser un país independiente”, instaba el caudillo cordobés Juán Bautista Bustos, ante el pedido de apoyo del Teniente de Gobernador José Pío Cisneros para llevar adelante la Autonomía de Catamarca.
A doscientos años, de aquella “idea de la Autonomía”, cabe el planteo y la reflexión hacia el centro mismo de la gesta independentista y autónoma. Una mirada en perspectiva de la Catamarca que se fue construyendo, con el foco puesto en una deconstrucción posible.
Catamarca tardó más que La Rioja o Santiago del Estero en resolver su propia Autonomía. Cuando lo hizo, la República del Tucumán se disuelve.
“Las otras voces del Bicentenario”, es un intento por seguir indagando en nuevas formas de autonomía que le permitan a Catamarca reconocer sus propias voces, para seguir trazando la historia.