Tras la agridulce presentación del estelar trío de ataque compuesto por Messi, Mbappé y Neymar el miércoles pasado, con empate 1-1 ante Brujas en Bélgica por la Champions League, el París Saint-Germain superó este domingo por 2-1 al Olympique de Lyon, uno de los elencos más competitivos de la floja liga francesa, nuevamente con sus tres baluartes ofensivas desde el arranque esta vez junto al cuarto "fantástico", Angel Di María.
Los goles en el Parque de los Príncipes fueron marcados por el brasileño Lucas Paquetá, sorprendiendo para la visita a los 54 minutos; su compatriota Neymar, tras un penal discutible a los 66; y el ingresado Mauro Icardi, de cabeza y luego de un gran centro de Kylian Mbappé, a los 93 para desatar el festejo de los hinchas parisinos.
Pero la historia del partido no fue ni un gol, ni una atajada, ni una jugada de peligro -al menos dentro del área- sino que se dio a falta de 15 minutos cuando Mauricio Pochettino optó por sacar a Messi de la cancha y poner al lateral marroquí Achraf Hakimi. Al rosarino no le gustó nada la decisión, le esquivó el saludo al DT y le puso una cara de pocos amigos que recorrió al mundo en versión melodrama.
No es ningún secreto que a Messi no le gusta salir y que, cuando así sucede, está charlado de antemano con el cuerpo técnico. Justamente a través del diálogo tendrán que resolver ambas partes esta calentura pasajera, propia de un inicio de temporada y en un equipo repleto de egos.
Claro que seis minutos después el que pisaría el campo sería el propio Icardi, por lo que podría decirse que la estrategia le salió redonda al entrenador, al menos hasta el pitido final.
El partido de Messi
En cuanto a lo estrictamente futbolístico, el rendimiento de Messi tuvo dos caras, con un protagonismo absoluto en el primer tiempo y un andar desapercibido en el segundo. En sus mejores minutos se lo vio muy activo, involucrado en la elaboración ofensiva y con incluso algunos destellos de magia, aunque su gran cualidad, el gol, todavía se le sigue negando.
En su tercera presentación con el PSG y la primera en condición de local, el zurdo tuvo cuatro situaciones de gol. La primera, cuando Di María lo habilitó dentro del área pero el dominio con el pecho se le fue largo. La segunda, tras una gran jugada colectiva, con notable pase de taco de Mbappé, que terminó en un remate desde la puerta del área que dominó el arquero portugués Anthony Lopes. La tercera, una inmejorable ocasión generada tras un excelso taco de pisadita de Neymar que lo dejó de cara al arco, pero el zurdo le apuntó directo a las piernas de Lopes y todo terminó en córner. Y la cuarta, un impresionante tiro libre dirigido al ángulo que dio en el palo y se fue.
Dentro de lo numérico, Messi tocó 65 pelotas (el líder fue Ander Herrera con 89), perdió 13 (por detrás de las 24 de Neymar), acertó 35 pases de 42 intentados (83 por ciento de efectividad), cometió dos faltas y recibió tres.
Las posiciones de la Ligue1
De todos modos, al PSG (18 unidades) le alcanza y le sobra con lo que tiene para compensar la por ahora desatinada fortuna goleadora de su gran refuerzo y comanda en la liga francesa -la que se le escapó la temporada pasada a manos del Lille- con puntaje perfecto tras seis jornadas, ya a buena distancia de su escolta, el Olympique de Marsella (13) dirigido por Jorge Sampaoli, aunque con un partido por completar (fue suspendido a los 75 minutos cuando perdía 1-0).
En tanto, el fixture parisino contempla una visita al Metz este miércoles, un duelo como local del Montpellier el sábado 25 y el esperado cruce ante el Manchester City por Champions, el martes 28 en el Parque de los Príncipes.