Una problemática de escala global como la pandemia del Sars CoV-2 obligó a los equipos científicos a trabajar como nunca antes, lo que en última instancia se reflejó en la producción de las tecnologías sanitarias más estratégicas e importantes de la historia moderna: las vacunas. La buena noticia es que esos conocimientos que se adquirieron y consolidaron en el combate de la covid, también pueden ser aplicados para prevenir enfermedades de similares características.

“Lo que está ocurriendo en el campo de la investigación de vacunas es de las pocas cosas buenas que trajo la pandemia. Se generó una revolución en cuanto al estudio de las virosis respiratorias. La covid colocó este tema en el primer plano mundial, como una prioridad absoluta”, señala Gonzalo Pérez Marc, jefe de Investigación y Docencia del Departamento Materno-Infantil del Hospital Militar Central, que liderará las pruebas que, en el mediano plazo, podrían conducir al desarrollo de una vacuna trivalente. Y continúa: “Esta situación terminó derramando sobre los estudios de los otros virus respiratorios más importantes: la influenza que ocasiona la gripe y el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), que causa la bronquiolitis en los niños y niñas”.

El VSR, por caso, constituye una de las principales causas de morbimortalidad en los más pequeños, por lo que contar una herramienta para evitar la enfermedad podría ser fundamental. Con el relajamiento de las medidas de prevención para la covid, la población infantil afronta una exposición mayor a este virus que prevalece en invierno y provoca bronquiolitis en el mundo.

A futuro, disponer de una vacuna trivalente capaz de prevenir al coronavirus, la gripe y el VSR, sería clave. El médico infectólogo Fernando Polack, el otro referente del proyecto, lo había comentado semanas atrás. “El objetivo es eventualmente migrar a una vacuna, como si fuera la triple viral de los chicos: sarampión-paperas-rubéola, pero una triple viral de adultos”. Gracias a la experiencia que estos dos investigadores tuvieron en las pruebas para determinar la eficacia y seguridad de la fórmula de Pfizer/BioNTech en el país, es que Argentina se consolida a nivel internacional como una referencia en la realización de ensayos clínicos a escala.

La triple: un objetivo a mediano plazo

“En el presente, la existencia de una fórmula con los tres componentes mezclados aún no existe, pero es el objetivo a mediano plazo. Todo se potenció al ver lo bien que funcionaban las vacunas contra covid que emplean tecnologías relativamente nuevas, como las de ARN mensajero, como es el caso de las de Pfizer y Moderna”, destaca Pérez Marc. Al mismo tiempo, mejoraron las tecnologías de aquellas plataformas vacunales basadas en proteínas recombinantes y de partículas similares a virus. “Si hasta hace un tiempo solo había dos o tres laboratorios que buscaban el desarrollo de una vacuna para prevenir el Virus Sincicial Respiratorio en mujeres embarazadas puntualmente; en el presente, ese campo se abre de una manera notable”, apunta Pérez Marc.

Si en unos años pudiera conseguirse diseñar una vacuna con los tres componentes, el punto de inflexión para la prevención de los virus respiratorios sería de una magnitud enorme en varios sentidos. “Para los adultos mayores, contar con una aplicación que anualmente puede ofrecer cobertura contra los tres virus, implicaría sin lugar a dudas un cambio sanitario enorme. El panorama de hospitalizaciones y muertes sería realmente diferente”, subraya. No solo se beneficiaría la logística –pues, ya no sería necesario distribuir y aplicarse tantas dosis– sino también la producción –se requerirían de menos dosis para proteger a la misma población– y los Estados ahorrarían muchísimo dinero, que en la actualidad se destina a la compra de diferentes vacunas que se comercializan por separado.

“Las vacunas que contemplan distintos componentes para diversos patógenos son muy útiles para agilizar la gestión del sistema de salud. Las infecciones respiratorias suelen ocurrir con una estacionalidad similar: mientras que la gripe y la VSR usualmente se propagan en invierno, con la covid podría esperarse algo similar cuando en el futuro se estabilice la pandemia”, comenta Mario Lozano, virólogo del Conicet. Y resalta: “Sobre todo si se tiene en cuenta que cuando hace frío nos encerramos en lugares sin ventilación con personas que, quizás, no fueron inmunizadas, o bien, que su inmunidad disminuyó luego de un lapso considerable. Lo interesante es que con una sola aplicación se estaría protegiendo contra tres enfermedades que, en términos generales, afectan a los mismos órganos”.

Los tres virus respiratorios, al provocar una infección pulmonar, también predisponen a los organismos a adquirir otras enfermedades bacterianas. De manera que el horizonte no puede ser más que promisorio.

La investigación en Argentina

A partir de noviembre, el equipo que coordina Pérez Marc prevé iniciar con las diversas líneas de investigación. Argentina comenzará con el enrolamiento de adultos mayores de 60 años para participar de la fase III de un estudio internacional (del que también forma parte Estados Unidos, Canadá y Japón, entre otros), que será liderado por compañías biotecnológicas de primer nivel mundial. En efecto, ya existe un sitio para la preinscripción Vacunas60, y la primera etapa que se iniciará en un mes y medio será para comprobar el éxito de una plataforma vacunal para VSR. Si todo marcha de manera adecuada, abrirá la puerta para realizar las primeras combinaciones e intentar avanzar hacia una sustancia trivalente, de cara a los próximos dos o tres años.

“En este momento, desde el Hospital Militar, nos estamos encargando de avanzar en la etapa regulatoria”, relata el investigador. El apoyo que presta el país, en el marco de un proyecto internacional, es similar a lo que ocurrió en el caso de las pruebas para la vacuna de Pfizer/BioNTech y lo que sucede con la fórmula de Medicago. Mientras que para la primera tecnología, Argentina reunió 6.000 voluntarios, para la segunda fueron 7.800. “Para desarrollar una vacuna apta para los tres virus, el objetivo estará en analizar qué combinaciones se pueden realizar para diseñar la fórmula y, finalmente, abordar cuáles de esas combinaciones funciona mejor. Algo similar a lo que vimos con covid y las pruebas que se realizan para combinar diferentes tecnologías utilizadas como primera y segunda dosis. Sin embargo, antes que nada, el propósito a corto plazo será validar cada una por separado”, describe Pérez Marc.

Y remata: “Al contar con plataformas más flexibles, la capacidad de adaptar nuevas fórmulas para prevenir diversas enfermedades se vuelve muchísimo más sencillo. Todo se puede adecuar más rápido. Si todas las vacunas que están en camino son exitosas, podría cambiar la epidemiología mundial”.

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