El caso de C.V sucedió en una localidad a 80 km de la capital de Catamarca y trascendió públicamente el 14 de enero. La joven, quien ya era madre de un niño de 1 año y medio, dejó a su bebé recién nacido en un paseo público. La fiscal subrogante, Yésica Miranda, decidió, sin tener en cuenta el contexto, imputarla por el delito de “abandono de persona agravado por el vínculo materno filial”.
Ahora, el Juzgado de Garantías de Catamarca deberá resolver sobre un pedido de sobreseimiento solicitado por el defensor oficial, Estanislao Gandini y avalado por el fiscal Jonathan Felsztyna. La secretaria de Mujeres y Género, María Carrizo, señaló que “Casos como estos nos deben hacer repensar la maternidad como una opción y no como un mandato social”.
Cuando el defensor oficial tomó el caso, y tras analizar los informes periciales, advirtió la falta de perspectiva de género y vulnerabilidad de la que el expediente daba cuenta.
La psicóloga que atendió a C.V, destacó el “aislamiento social y dificultad para establecer vínculos sociales y afectivos estables, además de indicadores de inmadurez a nivel emocional. Asimismo, menciona que cuando fue llevada a la Maternidad escoltada por la Policía, “ no comprendía la implicancia de lo sucedido, no tenía formación, ni contención social, expresaba preocupación por su hijo mayor que quedó en su pueblo”.
“Sin dudas estas razones eran las que le condicionaban: tenía miedo, soledad, desarraigo, escasa formación, nula contención, pobreza, en pocas palabras un estado de total vulnerabilidad, que desembocó en el hecho por el cual se la detuvo”, explicó Gandini a Catamarca/12.
C.V. además de vivir en condiciones de hacinamiento y de extrema pobreza, había cursado su embarazo fajada por miedo, para que su padre no lo notara, y parió sola sobre un colchón en un pieza ubicada en el fondo de la vivienda familiar. Ni el padre del hijo que ya tenía, ni el padre de la criatura que estaba por nacer se habían responsabilizado de sus hijos. “Sin embargo, cuando todo trascendió, apareció el supuesto padre salvador, pidió un ADN y dijo que se haría cargo mientras todos lo aplaudían”, destacó Gandini.
“Es por esto que en mi pedido cito a Diana Maffia, cuando explica que el cambio que se está debatiendo en esta sociedad es dejar de ver a la mujer como un objeto reproductor para pasar a ser un sujeto productor de bienes y servicios. Esa transformación de objeto a sujeto, es el verdadero cambio que debemos implementar, con una mirada no solamente desde lo jurídico sino también desde lo político, económico y social siempre”, dijo el abogado.
“Esto significa reconocer lo más importante que es el deseo de ser madre, reconocerle el deseo a la madre. Te dicen como si nada, después lo donas, como si también fuese un objeto. La sociedad le pone sobre su espada la obligación de ser madre y no puede ni cuestionar a ese padre ausente. Pero entiendo que esta cuestión patriarcal es un cambio cultural y son los más difíciles”, agregó el abogado.
En tanto, y desde la perspectiva jurídica Gandini explicó que debe preguntarse en ese contexto si “Realmente hubo un dolo, es decir si realmente tuvo la intención, si tuvo las condiciones y si pudo tener esa determinación. O fue una cuestión determinada por toda su historia”, señaló.
En los fundamentos del pedido que deberá resolver el juez y al cual adhirió el fiscal en el cual recayó la causa, Gandini explica además: “los casos y la valoración de la prueba pueden verse marcados por nociones estereotipadas sobre cuál debe ser el comportamiento de las mujeres en sus relaciones interpersonales. En este caso, hay una doble vulneración de C.V., una por ser mujer y otra por ser pobre, sumado al contexto socio-cultural en la cual ha crecido y que actualmente convive, encomendándosele tareas domésticas por su género -quehaceres del hogar y atención de los niños- en cumplimiento de estereotipos preexistentes en nuestra sociedad que diferencia los roles y se los clasifica de acuerdo a cada género, cumpliendo así las expectativas impuestas por la sociedad en el rol de mujer ideal a la cual debe adherirse sin resistirse”.
Será deseada
Sobre el caso, la secretaria Carrizo explicó: “Casos como estos nos deben hacer repensar la maternidad, como una opción y no como un mandato social. Comprender que no debe ser obligatoria por el solo hecho de ser mujer sino que debe ser elegida libre y voluntariamente por quienes quieran hacerlo. Las maternidad más que un destino debe ser una decisión, un acto de responsabilidad y deseo”.
En tanto, explicó que apoya los fundamentos de Gandini y aclaró: “Si este caso se juzga con perspectiva de género se podrá junto a la Justicia comenzar a construir un camino para la eliminación de estereotipos de género que ha colocado a las mujeres con la injusta carga del rol reproductivo, porque la maternidad será deseada o no será”.