El Gobierno buscará este martes arrancar con un empujón fuerte el paquete de medidas de asistencia a la porción de la sociedad a la que no le llegó la recuperación. Así, luego de la derrota de las PASO, intentará cerrar con empresarios y gremios un aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) de entre 10 y 13 puntos. De concretarse, se pasaría por unos puntos la inflación estimada para este año en el Presupuesto 2022. Y en paralelo, se definirá el mayor gasto que hará el Estado en ayuda, dado que el alza del mínimo impacta directamente en planes sociales y compensaciones de sectores bajos.
Cerca del mediodía, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, otro de los albertistas confirmados en el cargo, comandará una reunión virtual por Zoom con empresarios del Grupo de los Seis (Bancos nacionales, la Bolsa, Cámara de la Construcción, Unión Industrial, Sociedad Rural y la Cámara Argentina de Comercio) para cerrar con la CGT y la CTA una suba adelantada a lo esperado.
La mesa del Consejo del Salario debía realizarse el 30 y será este 21, con la idea de darle un respaldo al Gobierno en el marco de la toma de medidas. A tales fines, hubo este lunes una reunión previa del sector empresario en el que se abordaron las posibilidades de aumento y no se descartó el número antes mencionado. "No se hablaron techos posibles, pero sí puntos de partida", contó a Página I12 una fuente empresaria que estuvo en la negociación.
En ese paquete de decisiones económicas pos PASO que hoy anunció el presidente Alberto Fernández en el marco de la jura de los nuevos ministros, habrá otros puntos centrales que apuntan a sectores informales y también registrados. Lo confirmó el flamante jefe de Gabinete, Juan Manzur, que refirió a "anuncios económicos y sanitarios". Así, se prevé anunciar la suba del piso del mínimo no imponible para el pago del Impuesto a las Ganancias, que pasará de los 150 mil pesos actuales a 175 mil. Asimismo, además del aumento a jubilados por ley, habrá un bono a los pasivos de la mínima. También está en carpeta el anuncio de créditos a tasa cero para asalariados formales, un esquema que calca el aplicado hace 15 días a trabajadores monotributistas.
Se espera también un capítulo vinculado al sistema de asistencia y planes, con actualizaciones a algunos programas puntuales. Y no se descarta que haya una especie de ayuda al estilo IFE, pero con un mayor nivel de segmentación. También se trabaja en estímulos para pyms productivas. Lo que aún está en debate es un bono por única vez para trabajadores del sector privado, algo que está charlado con algunos empresarios.
Con la inflación en el eje
La zanahoria del aumento en el Salario Mínimo se fue corriendo para adelante a la espera del cálculo de la inflación para este año, que se conoció hace unas horas cuando el ministro de Economía, Martín Guzmán, envió al Congreso el Presupuesto 2022. En esa ley, se especifica que se decidió pasar de un alza del 29 a una del 45 por ciento para este año. Ese recalculo tiene que ver con una actualización forzada por una inflación que sigue estadísticamente a la baja pero que impone desafíos que no son sencillos de cumplir.
En el Economía confían, de todos modos, en que se puede llegar a un indicador de precios que esté en esos niveles. Hoy, la inflación anual supera al 50 por ciento, pero entienden cerca del ministro que es posible seguir bajándola. Para que eso ocurra, detallan, tendría que haber un alza promedio en los precios de 2,4 por ciento mensual en el período que va desde septiembre a diciembre. Así, se acercaría a ese número. "Es posible", argumentan, y aclaran que aún siguen siendo volúmenes muy elevados. La única duda está puesta en evitar un desborde en los precios, sobre todo, el último mes del año, que es el más activo por las fiestas de fin de año.
Naturalmente, en el marco de las internas con el kirchnerismo por el manejo de la economía, el rumbo y los precios, en Economía y la Casa Rosada siguen con el mismo diagnóstico de las razones del alza. Aseguran que hay tres patas que explican la inflación: la monetaria, fiscal y cambiaria; la puja distributiva que se da entre precios y salarios; y los mecanismos de apoyo y acuerdo, como los planes de cuidado de los precios. El problema que afronta el Gobierno es que, según fuentes internas, la más relevante es la primera en un escenario en que no sobran dólares como metralla para estabilizar el tipo de cambio nominal.