Aunque no participó el sábado de la reunión de gobernadores que convocó el presidente Alberto Fernández luego de anunciar la modificación de su gabinete tras los entredichos con el kirchnerismo, el gobernador salteño Gustavo Sáenz sí estuvo presente en la jura de los nuevos funcionarios, que se realizó ayer en el museo del Bicentenario de la Casa Rosada.
Si bien se trató de un acto meramente institucional, y el salteño fue en su carácter de máxima autoridad de la provincia, se suma un nuevo capítulo a la oscilante relación que mantiene con la cúpula nacional y que tuvo sus primeros chispazos el mismo día de las PASO, cuando afirmó que el gobierno no hacía las cosas bien y reclamó autocrítica.
Asumieron Juan Manzur como jefe de Gabinete de Ministros; Santiago Cafiero, como ministro de Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Aníbal Fernández, en el Ministerio de Seguridad; Julián Domínguez, en Agricultura, Ganadería, y Pesca; Jaime Perzyck, en Educación, y Daniel Filmus, en Ciencia, Tecnología e Innovación. Además, Juan Ross juró como secretario de Comunicación y Prensa.
Además de Sáenz, también estuvieron presentes los gobernadores de Misiones, Oscar Herrera Ahuad; de Catamarca, Raúl Jalil; de Buenos Aires, Axel Kicillof; de Santa Fe, Omar Perotti; de La Rioja, Ricardo Quintela y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Por videoconferencia participaron los mandatarios de Entre Ríos, Gustavo Bordet; de Formosa, Gildo Insfrán; de Santa Cruz, Alicia Kirchner; de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, y de San Juan Sergio Uñac.
Y participaron legisladores nacionales como el salteño Sergio Leavy y el diputado provincial Ramón Villa.
Una semana de idas y vueltas
El 15 de agosto durante los festejos por la elección provincial que hizo el frente Unidos por Salta, un eufórico Sáenz proclamaba la existencia del “salteñismo” y aseguraba que la provincia no era ni celeste ni amarilla, ya que los candidatos que apadrinaba se impusieron a los de Juntos por el Cambio y a los del Frente de Todos (que en las provinciales se enfrentaba al oficialismo provincial). Pero esa vez no hubo críticas contra el gobierno nacional.
Diferente fue la situación el 12 de septiembre, cuando a punto de ingresar a votar en el ex Colegio Nacional, fue abordado por periodistas y allí volvió a reclamar por un nuevo espacio nacional, pero sorprendió cuando disparó que: “No estoy con la lógica de amigo-enemigo de la grieta. En Argentina debe abrirse un debate sobre este tema, porque los que estuvieron antes no hicieron las cosas bien, y los de ahora no están haciendo las cosas bien, todos cometen errores”.
Y agregó que: “No hay autocrítica de ningún gobierno, ni del anterior, ni del que está ahora. Lo que la gente común está esperando es que los políticos se pongan a trabajar para solucionarles los problemas que son los verdaderos enemigos: la pobreza, la desocupación, la falta de oportunidades”.
Lo sorprendente del reproche es que la pata peronista de colaboradores del gobernador salteño, forma parte del Frente de Todos, uno de los extremos de la grieta de la cual reniega Sáenz.
Tras los resultados de ese día, el mandatario no apareció por ninguno de los dos bunkers en los que había candidatos afines, a pesar de la buena elección que hizo el FdT. Y a partir de ahí se mantuvo sin hacer declaraciones públicas, ni siquiera cuando comenzaron las internas en el seno del gobierno nacional.
Recién el viernes en una entrevista al canal de noticias nacional TN, admitió haberle mandado un mensaje de apoyo al presidente Fernández, pero no a la vicepresidenta Cristina Fernández, “porque no tengo su teléfono”.
Descartó ofrecerse como mediador porque “acá no hay que buscar mediadores, ni conciliadores, tienen que sentarse dos personas que en algún momento decidieron armar esta fórmula y lo deben hacer por el bien de la república, los argentinos y por sobre todas las cosas sin posturas intransigentes y tratar de resolver este tema lo más rápido posible, para reconciliarse entre ellos no solamente, porque tenemos que buscar reconciliarnos con la gente. Acá las culpas son compartidas”.
Igualmente se colocó fuera de la coalición gobernante y dijo ser parte de los gobernadores que apuestan a defender la institucionalidad y respetar las decisiones que tome el presidente. Pero lo pidió a este que escuche a la gente porque “no está contenta con el rumbo del gobierno, debe modificar el rumbo del gobierno porque todo esto genera incertidumbre en los mercados, en aquellos que quieren invertir y genera más incertidumbre, ansiedad y tristeza en la gente porque la está pasando mal”.
El último capítulo hasta ayer había sido el faltazo a la reunión del sábado, tanto en forma presencial como virtual, y de la que no hubo ninguna versión oficial al respecto. Las redes sociales de Sáenz tienen como último posteo una referencia a la Fiesta del Milagro, y nada subió referido a lo que pasó en estos días o a su participación en la jura de los ministros.