La inflación en abril se ubicó en el 2,6 por ciento y acumula en sólo cuatro meses un alza del 9,1 por ciento, informó ayer el Indec. La suba de precios el mes pasado estuvo impulsada por el aumento del gas en todo el país, alimentos y bebidas, las cuotas de los colegios privados e indumentaria. Además, entre enero y abril tuvo especial impacto sobre los precios el incremento tarifario de los servicios públicos y la educación privada. Si se anualiza el actual ritmo de inflación, 2017 cerraría con un avance de precios cercano al 30 por ciento, bien por encima de la pauta oficial del 17 por ciento que intenta sostener el Banco Central. Otra brecha puede aparecer entre la inflación y el promedio de las negociaciones paritarias. Se descuenta que los salarios no van a poder recuperar el poder adquisitivo perdido el año pasado, pero a este ritmo de incremento de precios y por las perspectivas paritarias, pueden incluso quedar empatados o perder nuevamente capacidad de compra. Si el salario real no crece, empeorarán las perspectivas de recuperación del consumo y, con ellas, las de la producción y el empleo industrial. Atentos a estas tendencias, las consultoras de consumo masivo empiezan a poner en duda que las ventas vayan a mejorar este año y los economistas cada vez descreen más del crecimiento del 3 a 3,5 por ciento que el Gobierno dice que se va a registrar a lo largo de 2017.
El dogma macrista solía advertir que los subsidios generalizados en realidad eran antipopulares porque se financiaban con emisión monetaria que automáticamente tenía impacto en la inflación. De modo que la reducción de subsidios, junto a la contracción monetaria, constituía el eje central de un programa antiinflacionario. En la práctica se verificó exactamente lo opuesto. La eliminación de subsidios a los servicios públicos fue junto a la devaluación del peso en diciembre de 2015 el principal factor de suba de los precios minoristas. Según el informe publicado ayer por el Indec, los servicios subieron en el último año 32,2 por ciento mientras que los bienes lo hicieron un 24,4 por ciento, para redondear un promedio en los últimos doce meses de 27,5 por ciento.
El aumento del precio del suministro de gas en todo el país determinó que el rubro servicios básicos y combustibles para la vivienda subiera un 9,7 por ciento mensual, mientras que el alquiler lo hizo en un 2,2 por ciento. La suba de la boleta de gas en abril en un porcentaje que ronda el 40 por ciento fue posterior al incremento en la electricidad, que se aplicó de forma desdoblada en febrero y marzo, que para los usuarios de menor consumo tuvo un piso del 60 por ciento. En junio llegarán las boletas con el aumento del agua y después de las elecciones habrá una nueva ronda de incrementos de la luz y el gas, según el cronograma dispuesto por el Gobierno.
En abril, alimentos y bebidas (con un incremento del 2,2 por ciento) aportó 0,8 punto porcentual a la inflación general del 2,6 por ciento. Los lácteos subieron un 5 por ciento en relación a marzo, donde se destacó el aumento de la leche entera en sachet (4,4 por ciento), queso cremoso (6,3), manteca (6,1), yogur firme (11,4) y dulce de leche (5,9). La carne subió un 2,5 por ciento. En el desagregado por cortes, la nalga avanzó un 4,9 por ciento, seguido por la paleta (4,8), cuadril (4,7), carne picada común y asado (3,5 por ciento). También mostraron incrementos de precios otros alimentos centrales en la canasta básica de consumo, como la sal fina (3,3) y el azúcar (2,8 por ciento). Las bebidas no alcohólicas subieron un 2 por ciento impulsadas por el agua sin gas (2,5 por ciento).
Al mismo tiempo, se registraron una serie de bajas de precios en el rubro de frutas y verduras. Por ejemplo, la manzana cayó un 1 por ciento y el limón, 22 por ciento. La banana bajó 7,4 por ciento; la batata, 14,7; y la lechuga, 13 por ciento. En cambio, el tomate avanzó 7,1 por ciento y el zapallo anco avanzó un 2,2 por ciento.
El rubro indumentaria mostró un aumento del 5,1 por ciento, por el incremento del 5,9 por ciento en la ropa y del 3,5 por ciento en el calzado. Otro de los factores que impulsó la inflación en abril fue la cuota de los colegios privados, que avanzó por encima del 30 por ciento. El capítulo de educación subió 3,2 por ciento en abril. Por su parte, los precios de los medicamentos se incrementaron en promedio un 2,2 por ciento.