Las deportaciones masivas de migrantes haitianos por parte de Estados Unidos despertaron la preocupación de la ONU, que advirtió que personas con solicitudes de asilo serias pueden estar en riesgo. El gobierno norteamericano comenzó a expulsar a cientos de miles de haitianos que llegaron hasta la frontera entre México y EE.UU tras un peligroso recorrido desde Sudamérica.

Expulsiones exprés

Unos 15 mil haitianos y haitianas que llegaron a la ciudad fronteriza de Del Río, en el estado de Texas comenzaron a ser deportados por Washington. Los migrantes han estado varados durante días bajo el puente que cruza el río Grande que divide a México de Estados Unidos. Muchos viajaron desde Chile o Brasil, donde residieron en los últimos años.

Según el secretario de Seguridad Interior estadounidense, Alejandro Mayorkas, los haitianos recibieron información errónea de que podían quedarse en EE.UU. como refugiados bajo el “Estatuto de Protección Temporal” (TPS) debido a la crisis política tras el asesinato de Jovenel Moise a principios de julio y el terremoto que devastó al país en agosto. El TPS alcanzaba a los haitianos que quedaron en EE.UU. después del terremoto de 2010 en el que murieron 200 mil personas en el país caribeño. Tras el magnicidio de Moise se extendió el TPS para los haitianos que estaban en suelo estadounidense antes del 29 de julio, pero no alcanzaba a los que llegaron después de esa fecha.

Patrullas ecuestres

"Hemos reiterado que nuestras fronteras no están abiertas y que la gente no debería emprender ese peligroso viaje", agregó. "Si usted entra ilegalmente a Estados Unidos, será devuelto", remarcó Mayorkas en conferencia de prensa desde la ciudad fronteriza. El funcionario llegó a Del Río tras la polémica desatada cuando fueron difundidas imágenes de los guardias fronterizos que recorrieron la frontera a caballo e hicieron retroceder a migrantes haitianos. Una de las fotografías tomadas por el reportero gráfico de la AFP, Paul Ratje, muestra a un policía montado a caballo atrapando a un hombre por la camisa.


"La situación era de tensión y los migrantes empezaron a correr alrededor de ellos (...) Muchos comenzaron a correr para intentar escapar de los jinetes y uno de los agentes agarró a un hombre de la camisa y lo hizo dar vueltas mientras el caballo trotaba en círculos", dijo Ratje sobre una de las fotos.

Las patrullas ecuestres fueron desplegadas en los últimos días cerca del río Bravo donde acampaban miles de migrantes, en su mayoría haitianos, según dijo a los medios el jefe de la patrulla fronteriza, Raúl Ortiz. "Les pedí que averiguaran si las personas estaban en peligro y que recopilaran información sobre los contrabandistas", agregó. "Controlar un caballo en un río es difícil". La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, calificó el hecho de “horrible”. "No tengo todo el contexto, pero no imagino en qué contexto eso sería apropiado", afirmó en una rueda de prensa.

Familias expulsadas

Al menos tres vuelos salieron de Texas para aterrizar en la capital Puerto Príncipe. Cerca de la mitad de los más de 500 migrantes expulsados por Estados Unidos eran menores de cinco años y nacieron fuera de Haití. Antes de cruzar el río Grande, los haitianos habían residido durante varios años en Chile y Brasil donde llegaron entre 2016 y 2017.

Familias enteras viajaron hasta México para intentar solicitar asilo en Estados Unidos, como el caso de Jeanne, que habló bajo condición de anonimato. Ella, su esposo y su hijo Mael de tres años que cuenta con pasaporte chileno viajaron durante dos meses hasta llegar a Del Río y gastaron cerca de 10 mil dólares. "En Santiago tenía un pequeño negocio, mi esposo trabajaba. Logramos ahorrar dinero: esto es lo que nos permitió viajar hasta Estados Unidos", relata.

"Es una cosa inexplicable. Nadie puede realmente transmitir lo que es este horror", dijo Jeanne. "Si hubiera sabido por lo que iba a pasar, nunca hubiera hecho este viaje", lamentó. La pareja contó que gastó 7.000 dólares para llegar a México y 2.000 más para alcanzar la frontera de Texas. Jeanne dejó su país tras finalizar sus estudios de administración de empresas en 2016. "Si hubiera podido encontrar trabajo, nunca me hubiera ido. Ahora la situación en el país ha empeorado mucho", dice.

"Biden sabe lo que está haciendo"

Cientos de haitianos se mostraron frustrados tras su expulsión y luego de haber gastado miles de dólares para llegar hasta EE.UU. "Biden sabe lo que está haciendo, pero no le importa. Nos trata a nosotros y a nuestros hijos peor que a las bestias", gritó una mujer desde la terminal aérea en Puerto Príncipe. Otro de los migrantes deportados se refirió a las condiciones en el centro gestionado por la agencia migratoria estadounidense tras haber cruzado el río Bravo.

"No teníamos camas para dormir, dormíamos solo con una fina sábana de plástico para cubrirnos, en un espacio con demasiado aire acondicionado. Y dormíamos en el piso de concreto", cuenta Garry Momplaisir, de 26 años, quien pasó cinco días en el lugar. "No podíamos ducharnos. Había baños pero no había lugar para lavarnos", agrega Momplaisir, expulsado junto a su esposa y su hija de cinco años.

Políticas trumpistas

Por su parte, el líder de la mayoría del Senado estadounidense, Chuck Schummer, del partido demócrata, instó al presidente Joe Biden a terminar con las deportaciones masivas de migrantes haitianos, una política que advirtió tenía actitudes “detestables y xenófobas” similares a las que se vieron durante le gestión del exmandatario republicano Donald Trump.

"Insto al presidente Biden (...) a poner fin inmediatamente a estas expulsiones, y a terminar con esta política del Título 42 en nuestra frontera sur. No podemos continuar con estas políticas detestables y xenófobas de Trump que ignoran nuestras leyes de refugiados", dijo Schumer en el pleno del Senado. La oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos anunció que la mayoría de los migrantes serán expulsados bajo el Título 42, una política del gobierno que restringe la inmigración debido a la pandemia de coronavirus.

"Todos hemos visto estas horribles imágenes procedentes de nuestra frontera sur, con solicitantes de asilo haitianos, que simplemente buscan escapar de la tiranía (...) siendo recibidos en nuestras puertas con una (indignidad) inimaginable", añadió Schumer. "Las imágenes de migrantes haitianos siendo golpeados con látigos y otras formas de violencia física son completamente inaceptables. Este comportamiento debe ser abordado y debemos rendir cuentas. Las imágenes revuelven el estómago", sostuvo.

Desde la ONU se sumaron a la preocupación por las expulsiones masivas. "Estamos seriamente preocupados por el hecho de que parece que no ha habido ninguna evaluación individual en los casos (de Haití)", señaló la vocera del organismo internacional, Marta Hurtado. "Quizás algunas de estas personas no han recibido la protección que necesitaban", agregó y subrayó que todos los solicitantes de asilo tienen derecho a que sus demandas sean consideradas.