Desde Barcelona
Ayer no solo las plazas argentinas se llenaron de pancartas e indignación contra el fallo del 2x1 de la Corte Suprema. También las de Barcelona, Amsterdam, Estocolmo, París mostraron al mundo su repudio por lo que se consideran un atentado hacia la Justicia y la Verdad. Esta tarde se sumarán las de Madrid.
“Basta de impunidad. La memoria florece en cada lucha” pudieron leer grande en el suelo los turistas que, como cada tarde, atraviesan la plaza Sant Jaume, corazón administrativo de Barcelona. “2x1 Nunca más, ¿eso qué es?” algunos preguntaron y Martín Mozé, miembro de H.I.J.O.S. Barcelona, al empezar su discurso les respondió. “Haremos pedagogía porque queremos contarles cómo ha empezado todo esto: El 24 de marzo de 1976...” y Martín habló de torturas, de 30 mil desaparecidos, de 500 niños robados, de madres, de abuelas, de un plan económico neoliberal salvaje, de la deuda externa, del Plan Cóndor... Repasó una por una las razones por las que ayer esas trescientas personas en la plaza Sant Jaume se ponían el pañuelo blanco al cuello, del mismo modo que lo hacían en tantas ciudades argentinas y del mundo.
Martín Mozé recuperó su identidad en 2009 gracias al trabajo de H.I.J.O.S. Córdoba y las Abuelas de Plaza de Mayo y desde 2010 reside en Barcelona, promoviendo ahora de este lado del charco la lucha por la Verdad, la Justicia y la Memoria. En su afán por tender puentes entre las víctimas de la dictadura argentina y la franquista, la organización busca estar cada día más conectada con la sociedad española, con lo que la convocatoria de ayer por la tarde fue pensada no sólo para los argentinos residentes sino para todos aquellos que, debido al silencio de la mayoría de los medios locales, no tienen ni idea de lo que es -y lo que supone- la sentencia del 2x1. “Ahora con el gobierno de Macri vemos todo un retroceso no solo en materia de derechos humanos sino también en políticas económicas, con medidas que son muy parecidas a las que se sufren aquí con Mariano Rajoy: recortes a cada uno de los logros que hemos conseguido con la lucha social”, expresó Mozé en el centro histórico de la capital catalana.
“La sentencia según la cual se rebajaría la condena a genocidas es una nueva embestida del órgano judicial, así como lo es que la cúpula religiosa nos sugiera reconciliación con los asesinos de nuestros padres y hermanos. Eso no va a pasar hasta que no nos pidan perdón y nos digan dónde están nuestros 30 mil desaparecidos”, le recordó Mozé a una audiencia, en su mayoría, argentina. “Seguiremos aquí hasta que no quede ningún genocida en las calles, ni en España, ni en Argentina, ni en México ni en el Mediterráneo. Sin memoria no hay futuro”, concluyó el representante de H.I.J.O.S. Barcelona, arropado por una gran ronda de personas visiblemente emocionadas.
Uno de ellos, el alcalde Gerardo Pisarello -un tucumano que cubre la licencia maternal de la alcaldesa Ada Colau, convirtiéndose en el primer intendente latinoamericano de Europa, escuchaba conmovido las palabras de Mozé no solo en su piel de representante institucional ni en la de argentino, sino en la de hijo de un asesinado en la dictadura militar del 76 y “hermano de las demás víctimas”, tal como lo expresó al comenzar su intervención. “Soy hijo de una generación que creció en medio del horror, vi a mi madre perseguida por coches paramilitares todos los días, la vi desesperada cuando recibió la noticia –como tantas otras mujeres– de que su marido había aparecido torturado y asesinado”, contaba Pisarello a muchas personas que, por primera vez, veían de cerca a su alcalde. “Yo soy de una familia que tuvo la suerte de que el cadáver de mi padre apareciera, pero hay muchos de los que están presentes aquí que no tuvieron esa posibilidad. Pasamos una experiencia que nos marcó muchísimo. Yo no estaría hoy en el Ayuntamiento de Barcelona si no fuera también por esa biografía, muy dura pero enormemente digna”, confesó el intendente.
Pisarello también aprovechó para ir hacia atrás y contextualizar en la historia lo que hoy se está reivindicando, el por qué de tantas plazas alrededor del mundo levantándose al unísono. “Los Juicios a las Juntas Militares en Argentina fueron algo inédito en el transcurso del Siglo XX. El planeta entero escuchó las condenas a responsables de delitos atroces y luego, cuando la impunidad intentó volver con leyes de Obediencia Debida y Punto Final vimos cómo la fuerza de la calle consiguió, a pesar de todo, mandar un mensaje de dignidad que deslumbró al mundo”, evocó Pisarello. “En un país como este, donde la dictadura franquista causó estragos, donde todavía hay miles de personas en las cunetas e hijos que no saben dónde están sus padres, todavía recuerdo la admiración con la que se veía lo conseguido por los movimientos de derechos humanos en Argentina”.
Como “un enorme retroceso” calificó el intendente de Barcelona la reciente sentencia de la Corte Suprema que “desconecta a la Justicia argentina del Derecho internacional de los derechos humanos nacido después de Nüremberg para decirle nunca más a estos delitos aberrantes”, a la vez que manifestó su preocupación por la actitud del gobierno de Macri “al poner en cuestión los hechos ocurridos durante la dictadura”.
Finalmente –y antes de dar paso a la intervención de la Plataforma argentina contra la impunidad– Pisarello quiso hacer hincapié en el valor de la presión internacional. “Los derechos nunca han caído del cielo, siempre han sido conquistados, porque son límites al abuso de poder. Y cuando digo poder no me refiero solo al político sino también al privado, que está detrás de estos crímenes de lesa humanidad porque muchos grupos empresariales importantes querrían la impunidad para reproducir aquellos modelos económicos que exigen la represión”, concluyó el representante de un gobierno municipal que en todo momento apoyó la querella contra los crímenes del franquismo llevada a cabo en Argentina, cerrando este acto organizado por H.I.J.O.S. Barcelona en repudio a la impunidad de ambas –y todas las– dictaduras.