Sobrevivientes, familiares y trabajadores del Espacio para la Memoria “Club Atlético” lanzaron una convocatoria abierta para desmontar colectivamente la silueta demarcada con antorchas que se extiende sobre el talud que cubre parte de la superficie donde estuvo emplazado el centro clandestino de detención, tortura y exterminio durante la última dictadura cívico militar. Es que, finalmente, la empresa Autopistas Urbanas (Ausa) removerá el montículo de tierra y el tramo de autopista en desuso que cubre el espacio, el paso previo para poder avanzar con las tareas de excavación del lugar donde, se calcula, permanecieron cautivas unas 1500 personas en 1977. Una estructura de metal reemplaza a la histórica.
“Queremos desmontarlo colectivamente de la misma manera que lo montamos para seguir insistiendo en recordar, en no olvidar, porque olvidar posibilita que estas atrocidades puedan repetirse y no podemos permitirlo”, señaló a este diario Daniel Mercogliano, sobreviviente del CCD e integrante de la Comisión de trabajo que formaron en el Espacio para la Memoria para seguir de cerca las tareas destinadas a avanzar con la investigación del lugar y su preservación.
El retiro del talud, que sostiene la Autopista 25 de Mayo a la altura del centro clandestino, es un paso necesario para avanzar con los trabajos de excavación del lugar y reclamado a las autoridades porteñas por sobrevivientes, familiares de víctimas, trabajadores y organismos de derechos humanos que integran junto a ellas la comisión de trabajo del Club Atlético.
Qué fue Club Atlético
El centro clandestino funcionó durante 1977, entre febrero y diciembre, en el sótano de la sede del Servicio de Aprovisionamiento y Talleres de la División Administrativa de la Policía Federal Argentina, un edificio ubicado en la avenida Paseo Colón entre Cochabamba y San Juan. El edificio fue demolido para construir la autopista y el sótano, la sede del horror propiamente dicha, rellenado.
Entre 2003 y 2004, el gobierno de la ciudad realizó algunas excavaciones que lograron identificar un área pequeña del sótano. Y ya no se pudo avanzar más: para eso, era necesario retirar el talud y el tablero de la autopista que lo atraviesa por los cielos. Recién en 2016 se llegó a un acuerdo con Ausa para avanzar en esas tareas, que deberían haber comenzado en 2017. Tras la insistencia y el reclamo de les trabajadores del sitio, recién en octubre se concretaría, anunciaron hace algunos días.
Como sobreviviente del centro clandestino, Mercogliano opina que los trabajos son “importantes porque lo que uno cuenta se vuelve concreto para el resto”, la prueba física de sus recuerdos. Pero, además, también lo destaca como “una demostración de que la organización colectiva puede lograr este tipo de cosas, rescatar la memoria, mantenerla viva”.
Por eso, antes de que comiencen los trabajos, la comunidad que se encargó y encarga de preservar la memoria en torno del Club Atlético llevará a cabo el desmonte de la silueta histórica que erigieron en 1998 sobre el talud, a modo de homenaje, señalización y reclamo. Está recorrida por antorchas, que se encienden para fechas de conmemoración. Es el ritual del espacio. "La silueta ha cumplido con ser el lugar para conmemorar a familiares, amigos y seres queridos desaparecidos. Es un espacio que fue creado colectivamente en principio para señalizar la existencia allí de un ccd en el pasado. Pero también ha sido un lugar de búsqueda, de encuentro, de lucha, de abrazos. Un lugar donde seguir reclamando sean descubiertos mediante las excavaciones arqueológicas los restos del centro clandestino”, sostuvo Laura Duguine, quien coordinó hasta hace algunos meses (de licencia, por el momento) los trabajos arqueológicos en el lugar.
La cita para desmontarla será el próximo sábado desde las 15, a la que convocan a participar con “la esperanza puesta en lo que viene”, postuló Mercogliano. Ausa quitará el tablero de la autopista que cubre parte del sitio, la columna que está en su centro y el talud, y emplazará un nuevo tablero para continuar la autovía en un lugar que no perjudique el terreno a excavar. Hace un tiempo fue construida otra silueta al costado de la histórica, una estructura de metal recorrida por gradas que completan un esapcio para actos y homenajes.
Recién entonces --se calcula que para febrero del año próximo-- se pueda comenzar a quitar el relleno de lo que fue el sótano para “profundizar las investigaciones” sobre el centro clandestino. “Esta es la lucha histórica de la sociedad que gracias a las políticas públicas poco a pocos se hace realidad. A mas de 40 años de los hechos sólo conocemos la identidad de 300 desaparecidxs de todxs lxs compañerxs que aquí fueron secuestrados. Las excavaciones permitirán recabar información sobre distintos aspectos del funcionamiento de este centro clandestino que colaboran rellenando el vacío de información que el pacto de silencio que las FFAA mantienen hasta el presente", remarcó Duguine.