En 2013 Paula tenía 25 años y trabaja en el Consejo Escolar de Florencio Varela, un ámbito donde los acosos eran moneda corriente, un funcionario de esa institución le ofreció la titularidad del cargo a cambio de sexo. Paula denunció el episodio en la fiscalía penal de Florencio Varela, al consejero lo condenaron con tareas comunitarias y a ella la despidieron, así se maneja el poder cuando una mujer denuncia: el castigo como disciplinamiento.
Ese mismo año conoció a Daniel Zisuela, concejal de Florencio Varela quien le prometió que le conseguiría un trabajo. “Un día me invitó al bar Prins que está en el Cruce Varela y me ofreció que tenga sexo con él con un pago a cambio. Ya me venía manoseando, yo no tenía para comer en mi casa, ni siquiera una cama donde dormir y en ese momento tenía la tutela de mi sobrino discapacitado. Mi mamá era la única que trabajaba y pagaba las cuentas. No tuve otra alternativa. Acepté por necesidad. El problema fue que más tarde las cosas se fueron agravando. Si no hacía lo que él decía me golpeaba, me obligó a tener relaciones sexuales con otras mujeres y hombres, una vez me negué y me dio una golpiza terrible. Después fui conociendo a otras chicas que eran seleccionadas por él para entregarlas a otros tipos que son funcionarios municipales y miembros de sindicatos”, así relata Paula los primeros episodios de horror.
Zisuela era más que un abusador, era el creador de una red de trata de menores de edad, tenía poder, dinero y se creía intocable, había montado toda una estructura de cómplices y colaboradores porque esta red de explotación sexual por la que pasaron más de 40 jóvenes, no la sostiene un solo hombre, involucra a funcionarixs, dirigentes políticxs y sindicales de esa localidad del conurbano bonaerense. “Toda la municipalidad sabía lo que él hacía, pero nadie hizo nada porque, además, Zisuela era familiar de un alto jefe de policía de Quilmes de apellido Centurión”, cuenta Paula en comunicación con Las12.
Cuando Paula no soportó más el calvario y decidió alejarse de Zisuela, tuvo que pasar a la clandestinidad, hasta que fue detenido en 2018. Estaba aterrorizada porque Zisuela le había jurado varias veces que la mataría: “Cuando se enteró que iba a irme me golpeó muy feo y me amenazó de muerte, me dijo que iba a contratar a un drogadicto para que me mate y parezca un accidente y nadie se iba a dar cuenta. Desde ese momento viví escondida, estaba deprimida, me quise suicidar.”
Una extensa red de cómplices de los abusos
Entre lxs colaboradores del concejal proxeneta, que ahora también serán investigadxs, las víctimas mencionan a Mirta Rojas, referente de Libres del Sur y candidata a concejal en la lista de Florencio Randazzo en Varela, quien lo visitaba asiduamente en el Consejo Deliberante. Paula asegura que “Ella le entregaba chicas a Zisuela y recibía un dinero a cambio. Eso lo vi dos veces, una vez en el Concejo Deliberante y otra en El Jagüel, un restaurante que está frente al Consejo. Rojas tiene un merendero, hay jovencitas que están siendo abusadas por esta señora que además tiene custodia policial mandada por la municipalidad. Es terrible lo que está pasando. Es una persona que se comprobó que era cómplice de Zisuela, y que está implicada en el delito de prostitución.”
La lista de dirigentes gremiales y políticxs denunciados en la Justicia como involucradxs en la red de trata de Zisuela es larga, a muchxs Paula lxs vio entrar y salir de la oficina que Zisuela tenía en el Concejo Deliberante donde realizaba sus “transacciones” y “vendía” a las pibas.
Ahora se abrirá una segunda causa, en la que se investigará la responsabilidad en el entramado de explotación sexual de personas que figuran en el expediente como Darío Olmedo, secretario general de ATE Varela, Juan Olmedo, ex secretario general de UOCRA, Diego Giménez, ex tesorero de UOCRA y candidato a concejal en la lista de Juntos, Hugo Pereyra, secretario de Articulación Institucional del Municipio de Florencio Varela, Amancia Báez, gerente de Anses de Florencio Varela, Isabelino “Negro” Barraza, funcionario de la Subsecretaría de Seguridad y Defensa Civil de la Municipalidad de Florencio Varela, Franco Risso, subsecretario de Defensa Civil, Coordinación y Logística del municipio, Pamela Sosa, ex colaboradora de Daniel Zisuela, militante del Frente de Todos y Cacho Escobar, empresario vinculado a UOCRA.
Víctimas no, sobrevivientes
Paula logró escapar de un infierno en el que durante cuatro años padeció torturas, golpes, abusos sexuales y violaciones. Logró alejarse de uno de los hijos sanos del patriarcado, ese que cree que puede disponer del cuerpo de una persona como una mercancía que es de su propiedad, que se puede explotar, que tiene un precio, que no tiene ni nombre, ni voz, ni identidad, un cuerpo mercancía que fue ultrajado innumerables veces, al que se le propició todo tipo de vejaciones.
“Económicamente hoy corto el pelo para comer, me dejaron sin laburo, en Varela no puedo trabajar en ningún lado porque soy lepra para la municipalidad, me tildaron de buchona por denunciar. Pero no me arrepiento, yo elegí decir la verdad porque no quiero que utilicen más a las chicas por un plato de comida. Éramos un objeto, que él utiliza para su beneficio y el de sus amigos de la municipalidad y del sindicato”, asegura.
Paula escribió, guardó y memorizó, datos, audios, conversaciones de los encuentros, nombres de personas, de lugares, un cúmulo de información que fue trascendental para llevar al banquillo de los acusados a ese hombre que se creía de su propiedad. “Aporté muchísimo a la fiscalía, porque siempre pensaba que algún día lo iba a denunciar. No me mataron, estoy viva y eso lo agradezco porque yo sabía que podía perder la vida con todo esto.” Paula es una sobreviviente, recuperó su voz y su identidad, fue la testigo clave en el juicio contra su explotador, pero no estaba sola, junto a sus compañeras que también vivieron el mismo infierno unieron fuerzas para terminar con la impunidad de la que gozaba Zisuela.
“El hacía comidas en el restaurante Humberto y en El Jagüel, nos citaba supuestamente por una actividad política, pero al finalizar la comida y la charla, seleccionaba a la chica que se iba con él o con otros tipos.” Zisuela engañaba a las jóvenes con una promesa de trabajo, una vez que llegaban al lugar donde las citaba no podían negarse, las jóvenes entraban en un círculo de manipulación donde eran amenazadas y castigadas si no cumplían con las imposiciones y los requerimientos de Zisuela. Tampoco era posible denunciar, nadie en todo Florencio Varela se atrevía a hacerlo, tenía poder y dinero y aunque todxs conocían sus actividades ilícitas parecía intocable, hasta que una denuncia llegó a las manos del fiscal Daniel Ichazo, quien estuvo a cargo de la investigación de la causa y en 2018 fue detenido.
Brenda Acuña es otra de las chicas que pudo denunciar, cuando Zisuela comenzó a prostituirla tenía 16 años, se encontraba en situación de calle, como muchas de las chicas que el concejal explotaba sexualmente. “Él se obsesionó con ella, la pasó muy mal, como no tenía adónde ir estuvo viviendo un tiempo en mi casa”, cuenta Paula y agrega: “Todas éramos su mercadería y nos ponía precio, eran chicas que estaban en una situación muy difícil, lo hacían por necesidad y también por miedo, porque una vez que ingresabas no podías salir fácilmente. Eran engañadas porque él les hablaba de una propuesta de trabajo y después no te daba opción. A nosotras nos hacía llevar gente para repartir volantes, después elegía a las pibas que le gustaban y nos obligaba a que le llevemos a esas pibas, nos cagaba a trompada para que las llevemos. Ellas aceptaban porque no tenían para comer. El abusaba porque tenía poder y plata y nos tomaba como un objeto que vendía y se enriquecía con nosotras. En varias oportunidades lo vi con un maletín negro lleno de plata y acostumbraba a tener en los sacos, rollos y rollos de muchísima plata.”
Cuando la impunidad se acaba
El pasado jueves 16 de septiembre el Tribunal Oral Criminal N°2 de Quilmes encontró culpable a Daniel Zisuela del delito de “facilitación y promoción de la prostitución de menores de 18 años, facilitación y promoción de la prostitución de personas mayores de edad agravada y corrupción de menores de 18 años agravada” y lo condenó a 13 años de prisión.
El defensor de Zisuela es Omar Luis Daer, quien fue abogado de Carlos Saúl Menem en la causa por la venta ilegal de armas a Ecuador, Paula cuenta las provocaciones que debió soportar durante el juicio: “cuando llegué al tribunal Daer gritó ‘ya empezó el show’ burlándose de mí y en la sala me miraba como desafiándome. Zisuela me miraba fijamente todo el tiempo. Estuve tres semanas sin poder dormir porque me acordaba de la mirada de ese hombre que tuve que soportar.”
Si bien tanto el juicio como la investigación fueron históricas ya que es la primera vez que la justicia de esa localidad condena a un político poderoso por un delito de este tipo, la pena no fue ejemplar y las denunciantes manifestaron su disconformidad: “Me siento triste y decepcionada, trece años de cárcel es muy poco para lo que hizo esta persona, no puedo explicar con palabras lo que pasamos en carne propia yo y todas las chicas. Con Brenda, fuimos a presenciar el veredicto y nos quebramos de la impotencia porque nos arruinó la vida en todo sentido, no solo a nosotras sino a muchas otras chicas que miedo o por vergüenza no pudieron hablar”, relató Paula.
La fiscal del juicio, María de los Ángeles Attarian Mena pidió 20 años de prisión para Zisuela y que se tomen en cuenta como agravantes, además de sus cargos políticos, “la pluralidad de víctimas, la violencia innecesaria al someter a las jóvenes y la extensión del daño que causó el acusado en las víctimas, incluso al día de hoy”. Mena apeló la condena a la Cámara de Apelaciones de Quilmes. Además, se abrió una nueva investigación penal sobre todas las personas mencionadas por las denunciantes durante el juicio que fueron colaboradores y participantes de la red de prostitución que lideraba Zisuela.
“Pasaron muchas chicas que aún no denunciaron, pero no pierdo la esperanza que se van a acercar y van a hablar, es difícil enfrentar la etapa en donde todos te discriminan cuando una denuncia como me pasó a mí, por eso estamos incentivando a que se animen y hablen, que no tengan miedo.” Paula agradece a la fiscal Mena y al fiscal Ichazo, el trabajo de ambxs mostró un gran compromiso en defensa de las jóvenes denunciantes y fue clave para que avance la nueva causa que involucra a lxs colaboradores de Zisuela. “Quiero que se haga justicia y se investigue a los cómplices de este degenerado que hoy están trabajando en la Municipalidad de Varela y que no arruinen más a las chicas que están con una necesidad”, concluyó Paula anhelando que nunca más ningún poderoso goce de impunidad.