En la frontera entre Argentina y Bolivia, un pibe se la juega de mula para hacer unos pesos. Sabe que lo que lleva puede complicarlo. Zafa de Gendarmería de casualidad, entrega lo que trajo, le dan unos billetes e inmediatamente va a gastarlos. "¿Está tu papá? Decile que tengo plata", le pide a un nene que lo atiende en una ventana. La película Karnawal, ya en cartelera, es la historia del Cabra, un pibe de un pueblo del norte argentino a quien, como a todxs, lo mueve su deseo: competir con su cuarteto en el campeonato de malambo. Y para hacerlo necesita plata.
Martín López Lacci le pone cuerpo al Cabra, y sabe lo que es la pasión por el baile: empezó a bailar malambo de muy chico por su hermano en Campo Quijano, y a los 13 años fue campeón nacional. "Cabra es un bailarín que sueña con ser campeón, y no la tiene muy fácil", le dice a El NO el malambista respecto a su debut actoral. "No tiene figura paterna, no tiene el apoyo que necesitaría de parte de su familia. Su madre tampoco puede hacerse cargo, y ahí se arma un embrollo." Básicamente, piensa López Lacci, "el Cabra tiene que ser el adulto en su juventud".
"Me gusta el malambo, mal", se entusiasma. "Creo que es como una terapia. Cada vez que pasa un ensayo salgo renovado. Voy después de un día agitado, o de haberla pasado mal, y cuando me estoy cambiando ya estoy con buenas vibras. Es muy bueno, porque hace que el malambo sea muy desestresante, y me pone de buen humor", admite.
¿Se puede separar al personaje cuando hay tantas coincidencias? "Cuando subís a un escenario, tenés que interpretar algo", detalla. "En el malambo no se puede subir sonriendo, sino que se considera a los gauchos muy serios, muy salvajes, y eso hay que interpretarlo cuando bailás. Ser salvaje, serio, enojado, creo que coincide con quién es el Cabra en la película. Cuando zapatean, Martín y el Cabra son básicamente el mismo", plantea López Lacci. "En Karnawal se muestra que compite en un cuarteto de malambo, y ahí si falta uno no compite nadie. El Cabra intenta no fallarle al grupo, además de lo que le gusta bailar", se planta.
La película de Juan Pablo Félix estrenó este jueves 22/9 en salas porteñas e inaugura el 1/10 el 7º Festival Internacional de Cine de las Alturas en Jujuy. En resumen, es una combinación de road movie andina y espagueti western autóctono, que en el marco de paisajes y costumbres norteñas (en las fechas del desentierro de los diablitos, que da inicio al carnaval) muestra la pasión del Cabra por bailar, lo único que parece moverlo en la vida.
► Del reggaetón al folclore
En la previa del certamen, su papá tiene una salida temporal de la cárcel. A pesar de su ausencia en la vida del Cabra, es una figura que parece querer cerca en una vida rodeada de ausencias físicas o emocionales, con una madre que lo protege pero no lo escucha, y un padrastro al que no le importa demasiado. Entre pueblos y quebradas, el (poco) tiempo que pasa con su padre de todas maneras amenaza constantemente que el Cabra pueda realizar su sueño con el cuarteto, aunque también muestra que le preocupa su futuro. Las ambivalencias de la vida de lxs pibxs en casi cualquier barrio humilde.
El Cabra no parece tener mucho para decir, y acumula una bronca que se manifiesta en cada silencio que sostiene y en las contadas palabras que expresa. En realidad, esa bronca acumulada se manifiesta en el malambo, un baile tradicional que la hibridación cultural y las modas musicales fueron relegando en los grandes centros urbanos, pero que aún se mantiene vivo para todas las generaciones en muchas zonas del interior del país (y que resiste en las ciudades).
Esa hibridación mezcla las problemáticas que viven lxs pibxs y el contexto en el cual escriben y cantan, como popularizaron Wos o L-Gante, y permea a la juventud en el norte también, pero no logra desplazar del todo a los géneros tradicionales. López Lacci asegura que, aunque la pandemia redujo las reuniones, "en una misma joda empezás escuchando reggaetón o trap pero al final terminamos escuchando Lázaro Caballero o Los Manseros Santiagueños", celebra.
► Zapateando sobre los mandatos
La película recupera el marco en el cual el Cabra atraviesa su viaje emocional: el agobio del lugar abierto sin donde ir, y el papel relegado que tienen las mujeres en la historia (casi no hay personajes femeninos). El leitmotiv de Karnawal es parte de eso también. López Lacci afirma: "El malambo es muy conservador, muy tradicional".
"Es una danza donde el hombre seduce a la mujer zapateando. Hasta hace poco, había gente que decía que las chicas no pueden zapatear competitivamente o hacer shows, porque 'no es de chicas'". De hecho, recuerda que se hizo un campeonato de malambo femenino y se armó lío. "Había rubros de malambo femenino, pero que haya un campeonato fue un revuelo. Se volvió toda la gente loca", recuerda.
Realizada en coproducción entre Argentina, México, Bolivia, Brasil, Chile y Noruega, la película ya se presentó en festivales alrededor del mundo y cosechó diversos premios. López Lacci viajó a las presentaciones en México y España, y estos días se encuentra en Buenos Aires.
Desde la primera vez, las luces porteñas le llamaron la atención. De gira por la presentación de la película, confiesa que sale poco de Campo Quijano, y cree que por eso en Buenos Aires le pareció todo tan loco. "La primera vez que vine no conocía restaurantes chinos, mexicanos, asiáticos... Allá no se ven ni a palos. Fue en 2017, y veía a muchísimas personas con iPhone. ¡Y en Quijano no veías la manzana ni a palos! En Salta tampoco... Era algo muy raro, de cheto", cuenta.
En esos primeros viajes, la impresión era que "la gente estaba muy loca", pero con el tiempo cambió de opinión. "En Buenos Aires las personas pueden hacer cosas que en Salta no son muy comunes. Allá te ponés el pelo rosa y todo el mundo te mira, pero acá en Buenos Aires no: podés hacer la tuya y a nadie le importa", compara. Y recuerda que en ese momento empezó a pensar: "Los locos somos nosotros, allá en Salta, que no podemos ser tranquilamente. Somos más conservadores. Amo Salta y a su gente, pero algunas cosas estaría bueno que cambien", concluye.