El mercado energético europeo está en vilo de cara al invierno a raíz de la escalada en el precio del gas. Los valores ya están en niveles máximos en el Reino Unido, Francia, España, Alemania e Italia y todavía no llegaron las temperaturas más bajas, que impactan al alza sobre la demanda residencial y la generación de electricidad.
Es muy probable que de algún modo la ola de precios altos impacte también en el invierno de 2022, lo cual encarecería las importaciones de GNL que hace la Argentina. Mientras tanto, hay indefinición sobre el lanzamiento de una nueva ronda del Plan Gas y no está claro el esquema de financiamiento para nuevos gasoductos.
Diversas causas
En el Viejo Continente, el gas superó los 25 dólares por millón de BTU, frente a valores del orden de los 5 dólares hace un año. Entre las causas que explican este fenómeno está un prolongado invierno pasado, que obligó a utilizar reservas, junto a la primavera también fresca, limitación del suministro proveniente de Rusia y Noruega y el crecimiento de la demanda proveniente de Asia, que compite con Europa en el mercado del gas licuado, a partir de la recuperación económica y la sequía que redujo la generación hidroeléctrica.
Además, la falta de viento redujo la generación eléctrica en el Mar del Norte, lo cual impacta en la demanda de fuentes alternativas, en un cuadro de creciente abandono del carbón a raíz de los compromisos de los países en materia climática y mayor uso del gas, que es un energético relativamente menos contaminante.
A causa del encarecimiento del gas y del carbón, su reemplazo tradicional en Europa, el precio de la electricidad superó los 100 euros por megavatio/hora, el mayor valor en una década. El director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA), Fatih Birol, aseguró que "los recientes incrementos de precios en el mercado del gas son resultado de múltiples factores y es erróneo ligarlos a la transición hacia la energía limpia". En cambio, la IEA le tiró un palo a Rusia diciendo que "podría hacer más para incrementar la oferta de gas hacia Europa".
Ante la suba de la factura energética, los países europeos evalúan aumentar subsidios para hogares con bajos ingresos y las industrias que utilizan el gas como insumo para la producción recortan la actividad. De cara a este invierno, Europa depende más de lo usual de la producción de Rusia y de Noruega, su segundo mayor proveedor.
Días atrás, el enviado en seguridad energética del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Amos Hochstein, dijo que si Europa "tiene un invierno realmente frío en enero y febrero, podría quedarse sin suministros". En cambio, los gobiernos europeos salieron a tranquilizar a la población. El Ministerio de Energía británico, por ejemplo, publicó un documento en donde dice a la ciudadanía que "no deben estar preocupados por la supuesta falta de gas. Más allá de que los precios del gas son actualmente altos, estamos confiados de que la cadena de suministro es segura ahora y en el invierno".
Impacto local
El precio del gas importado tiene impacto directo en la economía argentina ya que en el período invernal es necesario completar la oferta local con cargamentos de GNL, junto al ingreso del gas de Bolivia y los combustibles líquidos. Este año, los contratos rondaron los 7 dólares por millón de BTU y se calcula que la factura del gas natural está en el orden de los 1000 millones de dólares, que se suma a la compra de líquidos.
"Los futuros a mayo de 2022 cotizan actualmente 14 dólares el millón de BTU y gasoil importado está en 16 dólares. Este año Bolivia nos envió 14 millones de metros cúbicos diarios pero para el año que viene no esperamos más de 12 millones por el declino natural de sus yacimientos", advierten en Gobierno.
Si bien se espera que los precios del gas licuado se acomoden el año que viene, las importaciones saldrán más caras que en 2021 y las necesidades podrían ser mayores, dada la situación incierta de Bolivia, la mayor actividad económica prevista y la posibilidad de que continúe el escenario sequía que reduce la potencia de la hidro.
El encarecimiento del gas hace más atractivo el precio interno promocional del Plan Gas, que es de 3,50 dólares de base y 4,73 dólares en invierno. Así, el Gobierno amaga con el lanzamiento de una nueva ronda del plan que apunta a Vaca Muerta, aunque también se topa con los cuellos de botella en los gasoductos que conectan la Cuenca Neuquina con los puntos de consumo, sobre los cuales tampoco hay definición en materia de financiamiento más allá de su mención en el Presupuesto 2022.