Martín Sosa dice que Vocales Argentinas (Shagrada Medra) tiene que ver con un momento placentero, casi lúdico, en su trayectoria. Porque su nuevo trabajo, ya disponible en las plataformas digitales, “recupera una pasión de la infancia y de mi adolescencia; crecí escuchando grupos vocales y podría afirmarte que la mayor del repertorio de música argentina, que puedo cantar de memoria, lo aprendí por los grupos vocales que mi viejo me hacía escuchar. Vocales argentinas es un poco una recuperación de aquel abanico de grupos, de una influencia que incluye a Los Cantores de Quilla Huasi, Los Andariegos, Grupo Vocal Argentino y Buenos Aires 8”.

El recorrido folklórico que ofrece el trabajo del santafesino se compone de ocho canciones con arreglos propios y su dirección musical, junto a la participación especial del Grupo Vocal 2 a 4, Jorge Fandermole, Myriam Cubelos y Rubén Goldín, entre muchas voces más. “Me había quedado pendiente un trabajo así, que en algún momento realicé en la década del ‘80 y recuperé luego con un taller de ensamble vocal en 2019, durante el Encuentro Nacional de Músicos de Rosario. Lo di en llamar ‘Vocales de Carnota’, con una trilogía de canciones de Raúl arregladas para voces. A partir de ahí me dio ganas de volver a escribir. Suelo decir que el disco es una travesura, porque no lo busqué sino que expandí la idea. Redacté un proyecto, que consistió en escribir para voces ocho canciones de ritmos folklóricos argentinos, y lo presenté en el Fondo Nacional de las Artes donde me dieron la beca. Ese fue el primer eje del trabajo, después aparecieron todas las otras fases del proyecto, con su producción, operativas y estrategias”, continúa Sosa en diálogo con Rosario/12.

-¿La grabación de todas las canciones fueron como dejan ver los video clips de “Lluvia” y “Sólo luz”?

-La idea inicial era poder ir a los lugares de residencia de los músicos y las músicas, pero en dos o tres canciones pudimos hacerlo así. En el resto fue apelar no sólo al talento sino también al amor y la amistad de grabar desde sus casas. Me mandaron las tomas, que compaginamos y editamos. Cuando a mitad de laburo vi que estaba quedando lindo, me atreví a mostrárselo al Negro (Carlos) Aguirre para ver si le interesaba editarlo por Shagrada Medra. Cuando me dijo que sí, le pusimos el acelerador a fondo para llegar al final.

-Mencionabas a Carnota, que figura en el repertorio, ¿cómo llegaste a elegir las demás canciones?

-La selección de repertorio y autores me puso en la situación de aprender canciones nuevas, porque elegí correrme un poco del lugar de autor, tomar distancia y hacerlo desde otro lugar, más lúdico. El criterio de selección tuvo como referencia aquellas tres obras de Carnota que había arreglado (“Sólo luz”, “El otro camino”, “La casi trunca”), y también me propuse incorporar autores emergentes, compañeros que admiro y cuyas composiciones merecen ser divulgadas. Empecé por mi hermano, Mario Hugo Sosa (“Coplas malditas”), tremendo autor y escritor. Y traté de hacer un pequeño mapeo regional: de la zona de Cuyo proviene Analía Garcetti (“Amor cuyano”), de La Rioja es Ana Robles (“Lluvia”), luego incorporé a Juan Quintero (“Vidalero”), fue como ir salpicando con diferentes autores y provincias. “Hay secretos” es una canción emblemática de Canticuénticos que me atreví a versionar, de Ruth Hillar, y cuenta con la participación muy especial para mí de mi hija de 11 años. Luego elegí las sonoridades de cada canción. Ya a medida que hacía los arreglos me imaginaba quién podía cantarlos. Y apareció otro criterio que tiene que ver con la resultante final, porque busqué cantantes que tuvieran una trayectoria como solistas, para que estuvieran compenetrados con los códigos de interpretación de la música folklórica. Eso le iba a dar un peso mayor a la interpretación del género. A su vez, son solistas que habitualmente no cantan en grupos vocales, aun cuando seguramente lo hicieran en coros. En el caso de Robles y Garcetti se trata de autoras e intérpretes, que participan en sus canciones. Mauro Bertotti, Mariano Rodríguez, Sergio Chiconi, son de la zona. El Grupo Vocal 2 a 4 es de Santa Fe; Patricia Gómez es del norte de la provincia. El dúo Vilma Wagner y Octavio Taján participa también. Y están los rosarinos de siempre, ciudad que es mi segundo hogar: Myriam Cubelos, Marcelo Stenta, Fander, Rubén (Goldín), ¡y lo hice cantar a Juancho Perone!

-Es destacable la participación de Goldín en “Lluvia”.

-Cuando elegí ese tema, de Ana Robles, la línea melódica me tiró enseguida el timbre de voz de Rubén. Lo escribí pensando en él. Cuando se lo dije a la autora le encantó, y ella también se dio un lugar de solista en la canción, lo que me pareció fantástico. Rubén canta sólo la línea melódica, eso es algo que no hice con Fander (en “El otro camino”), que canta la línea melódica pero también partes corales. También fue el desafío de unir las puntas de un mismo lazo, al venir Rubén del rock nacional o la canción urbana.

Según Sosa, “pareciera que el grupo vocal es un formato anacrónico, pero lo cierto es que está bastante invisibilizado en los grandes festivales y en la industria del disco. A excepción de la tarea épica que hace el Cuarteto Karé, que me encanta, el género vocal pareciera ser de otra época, si bien fue muy importante en la difusión de la música argentina. Me parece que en Santa Fe, así como en Argentina, hay una tarea vocal y coral que es muy importante pero que va por otro circuito, por fuera de los medios de difusión. Existe y hay que ir a ese encuentro. Por eso, me propuse también llamar la atención del ambiente coral y vamos a editar las partituras”.

Vocales Argentinas se presentará oficialmente el miércoles a las 22 por el Canal de YouTube de Shagrada Medra, en el ciclo “La Hora Azul”, “donde se hace una gran ronda de escucha abierta y se muestran los discos del catálogo del sello”, concluye el músico, que tiene previsto una presentación presencial antes de fin de año.