Pandemiartos ya de estar hartos; barbijados y barbijudos; delirantes, antas y antos repentinamente superades por la realidad que nos circuncida; hermanos y hermanas en Discépolo; nacandpopos y nacandpopas; clasemediáticos que sufren por vivir en el sueldo equivocado; personas de mente abierta, pero no a cualquier cosa: ahí vamos.
Quiero comenzar esta columna llevando alivio a los posibles lectoros y lectoras. Finalmente, A. (mi analista, ¿recuerdan?) pudo comunicarse con su analista, porque este había terminado la comunicación con su propio analista, quien, a su vez, por otra línea, dialogaba con su analista.
No sé si con todo esto se habrán calmado las angustias y ansiedades postelectorales, pero al menos circuló algo de dinero. Las sesiones no son gratuitas, como tampoco lo es el cantimpalo, y, como es popularmente sabido, la plata no hace la felicidad, pero calma los nervios.
Entonces, un poco más calmos, aunque sea a nivel autoperceptivo, encaramos una nueva semana de vida en este, nuestro querido país, que bien podría formar parte de esa región que el planeta conoce como “Medio Desoriente”.
Pero todo cambia. En pocos días...:
*El presidente pasó de buscar nombres que le sean gratos para completar su gabinete a buscar nombres, más gratos aún, para denominar a su recientemente anunciado nuevo descendiente. (Y lo felicitamos en serio, con todo cariño, tanto a él como a la Primera Dama).
*La oposición también cambió: pasó de festejar un triunfo absolutamente inesperado a reconocer (al menos, debieran hacerlo) que no hubo tal triunfo en la realidad real. Los votos que emigraron del oficialismo no fueron a sus arcas (ni a sus cuentas suizas o panameñas) sino que se quedaron en sus casas, a la espera de mejores condiciones climáticas, geopolíticas, socioantropológicas o, al menos, gastronómicas.
*Un “eclownomista” más cercano a un casting de los Tres Chiflados que al Poder Legislativo nacional obtuvo un importante porcentaje de votos en la Capital, gracias a extrañas prestidigitaciones que le permitían transformar privilegios en libertades y derechos en persecuciones. Con su extraño principio de igualdad: “Todos tienen derecho a hacer lo que YO quiera”. y, seguramente, con el apoyo logístico y pecuniario de entidades aptas para hacer de supervillanas en cualquier película, armó una “flauta de mercado” con la que llevó unos cuantos votos hacia Hamelin.
*La sedicente izquierda hizo una buena elección, probablemente captando votos descontentos y disconformes. Será ahora su tarea lograr que ese fantasma siga sobrevolando la sociedad, pase lo que pase.
*El Ex Sumo Maurífice ha demostrado que puede escribir tan mal como pronuncia. Su hit, “Nobiembre”, ha hecho furor en las redes. Parece que uno de sus adyacentes le advirtió: “Va con ve corta”; “Ah, okey”, entonces corrigió y quedó “Nobiemvre”. Es que él no tiene un trebón nivel como su exvice… ¿o era bice?
*El oficialismo se vio envuelto en una feroz interna entre los que propalaban: “¡¿Adónde joraca se fueron nuestros votos?!” y los que sostenían: “¡No nos importa adónde joraca se hayan ido, siempre que vuelvan antes del 14 de noviembre!” (y escribían “noviembre” bien, para demostrar su profundo antimacrismo). No se sabe exactamente quiénes y quiénas aportaban a uno u otro bando, pero parece que alguien les recordó la “verdad peronista número 21", dicha hace unas semanas por la primera candidata bonaerense del Frente, y como eso es algo que les (nos) gusta a todos, se resolvió la cuestión.
*La Corte tuvo sus propias elecciones. Son solo cinco y eligen a uno/a. No se sabe si se resuelve mediante el consenso, el sorteo, el paniqueso, el cara o ceca, el “tatetí suerte para mí" o algún otro tipo de jurisprudencia.
*La prensa hegemónica criticó duramente al Gobierno por haber perdido las elecciones. Luego se dieron cuenta de que, al perder las elecciones, el Gobierno había hecho exactamente lo que ellos querían. Entonces pensaron en elogiar al Gobierno por haber perdido las elecciones. Pero ahí se dieron cuenta de que la gente a la que habían lobotelectomizado podía quedar más confundida aún de lo que ya estaba. Entonces, se dieron cuenta de que no sabían qué hacer. Y siguieron haciéndolo.
Mientras tanto, en el planeta Tierra, se siguen derritiendo los polos, quemando los bosques, glifosatando los cultivos, privatizando el agua, guerreando por dioses imaginarios (que al veces son el mismo para los dos bandos), legislando el narcisismo y, como dice la canción, “jugando con cosas que no tienen repuesto”. Menos mal que están los carpinchos para poner un poco de justicia.
Sugiero acompañar esta columna con el video “El Pelado Pepe: la infestadura”, de RS Positivo ( Rudy -Sanz), instalado en el canal de YOuTUbe de dichos autores. Alertamos a las mentes sensibles que el video contiene escenas de ignorancia explícita y prejuciosa, lamentablemente parecida a algunas personas de la realidad.