Mientras la campaña de las elecciones Generales, aplicando la jerga del boxeo, aún parece estar en los rounds de estudio, en Salta, la política descubrió a Maximiliano Sánchez, uno de los dos argentinos nominados al premio que se otorga al mejor estudiante del mundo. Esta semana tuvo homenajes en Diputados, el Senado y se sacó fotos con candidatos, ministros, legisladores nacionales y las máximas autoridades de la provincia y la Nación: Gustavo Sáenz y Alberto Fernández.
Propuesto al galardón por la profesora Eva Fernández, elegida a su vez como la mejor docente en 2018 por la Fundación Varkey que organiza el Global Student Prize 2021, la historia del chico wichi de 17 años es una oda a la perseverancia en una coyuntura estructural totalmente adversa.
Por eso las fotos con el gobernador de Salta y el presidente argentino, así como son totalmente merecidas para Maxi, para ambos Estados deberían representarse como una trompada en la mandíbula.
Porque, resumiendo brevemente su vida, los primeros grados de primaria debió deambular por varias escuelas a kilómetros de su comunidad hasta que recién cuando iba a tercero construyeron una escuela en la zona, lo que permitió que los otros chicos de parajes cercanos, que permanecían fuera del sistema educativo, vayan también a estudiar.
En la secundaria nuevamente tuvo que retomar el peregrinar hasta el pueblo de Mosconi, a un kilómetro de su casa, pero que para otros de sus compañeros pueden llegar a ser más de 5 kilómetros. En conclusión, de los 15 chicos que estudiaron en la primaria, Sánchez cuenta que solo siguieron siete.
En el 2020 la virtualidad académica lo encontró sin conexión a internet y con un celular reciclado como único dispositivo electrónico, por lo que perdió un par de trimestres que debe recuperar ahora.
En tanto la app que desarrolló para traducir de wichí a castellano y al revés, está basada en un historial de discriminación que sufren todos en la comunidad, pero que particularmente lo personalizó en su abuela, quien debe penar con trámites y empleados de Anses que se escudan en la falta de entendimiento para no finiquitar una jubilación. Obviamente la app debe estar programada para funcionar sin conexión a internet.
Pero, eppur si muove, y a pesar de todo esto, Sánchez, con su talento y constancia logró visibilizar otro aspecto de las limitaciones estructurales que tienen las comunidades originarias, ya que generalmente son noticias con hechos relacionados a su (literal) supervivencia o luchas territoriales.
Claramente, la responsabilidad que le cabe al Estado nacional y provincial, es independiente de que hoy las cabezas sean Gustavo Sáenz o Alberto Fernández, porque los obstáculos que debió superar el joven llevan décadas, y solo Dios, la Pachamama o Zeus, saben cuántos Sánchez quedaron en el camino sin chances de poder trascender, como afortunadamente pasó ahora.
Pero por lo menos de la reunión con Fernández, Sánchez se va con algunas promesas en las alforjas: un colegio secundario en la zona de las comunidades, mejorar la conectividad a internet y ayuda para poder desarrollar la aplicación.
Menos fructífera parece haber sido la reunión con Sáenz, de la que solo se fue con una fuente/placa/plato grabada con su nombre y un apretón de manos del mandatario salteño.
En el parte de prensa oficial de la Gobernación sobre ese encuentro, destacaron que el mensaje que transmitía el estudiante era “que pese a las dificultades, la superación es posible y las metas se pueden alcanzar. Por ello, este joven de 17 años ayuda permanentemente a los pares de su comunidad para que no abandonen sus estudios”.
Faltó que pongan de remate: “de nada, Maxi. Si como Estado no te la hacíamos tan difícil, hoy con suerte aspirarías a ser empleado de la municipalidad de Mosconi”...
Más allá de que Sánchez obtenga o no el premio, la clave para saber si las fotos sirvieron para algo, o simplemente fueron unas fotos, será entrevistar en un año al joven wichí para que cuente cuanto cambió su vida y la de la comunidad.
Pungueo electoral
Está faltando cerca de un mes y medio para el 14 de noviembre y, si bien los candidatos abordan algunas actividades, las prioridades apuntan a reorganizar la estrategia de campaña. En el Frente de Todos están en la tarea de regatear “la oferta” de Jorge Guaymás para trasladar su apoyo a... la lista que integra en tercer lugar. Después se quejan porque la gente no vota.
Justamente en el ausentismo reconoció Emiliano Estrada estará una de las llave para sumar votos, por lo que para noviembre deberá evaluar si le conviene gastar plata en afiches con su cara o pagar una buena cantidad de remises que busque a los "compañeros" remolones y los lleven a votar.
En tanto Juntos por el Cambio se presenta como una triada con Juan Carlos Romero a la cabeza en su carácter de dueño de la franquicia, Alfredo Olmedo como el padre de la criatura y el primer candidato, Carlos Zapata, como la criatura. Esta semana anduvieron de gira por Buenos Aires y fueron a visitarlo a Horacio Rodríguez Larreta, para embeberse de anti kirchnerismo explícito, la clásica clave del éxito para JxC en esta temporada (y siempre) y de paso garantizarse los votos del PRO, que inicialmente llegaron para su ahora compañera de lista, Inés Liendo.
Sospechando que los votos de ceontroderecha ya están sobre la mesa y que no hay mucho para sumar entre los ausentes de la PASO, Zapata, sin sutilezas ya pidió por el voto útil a los que hace dos semanas lo hicieron por Guillermo Durand Cornejo y Felipe Biella. Técnicamente, dijo, "soy el único que le puede ganar al kirchnerismo en Salta".
Durand Cornejo, atento al intento de piratería electoral, salió a marcar terreno y sacó sus credenciales de "luchador" histórico anti k. Pero el senador capitalino también se erigió como el adalid de la salteñidad que defenderá los intereses de la provincia por sobre las disputas que puedan llegar a tener los dos espacios enfrentados, por lo que a esta altura no sería extraño que se lo vea recorrer el interior con el poncho al hombro como alguna vez lo supo hacer el ¿ex? PRO Martín de los Ríos.
En realidad, pensándolo bien, lo extraño sería verlo a Durand Cornejo recorrer el interior, pero la necesidad tiene cara de hereje y de no ser electo, se le cortaría una racha de 18 años ocupando alguna banca legislativa provincial o nacional.
Y el tercero en discordia es el “independiente” Felipe Biella, ya casi resignado a ocupar el papel de actor de reparto, que también le sirve en su primera experiencia grande electoral, por eso se mantendrá firme en su postura de participar en noviembre. Además, en estos tiempos tumultuosos y volátiles, no vaya a ser cosa que se enrarezca el ambiente y Biella pase a ocupar el lugar de receptor del voto castigo que tantas alegrías le trajo al Partido Obrero hasta no hace mucho tiempo.
Igualmente, el resultado en Buenos Aires, y el tembladeral que ocasionó en el Frente de Todos nacional, movió el eje de la elección y da la sensación de que mucho de lo que se votará aquí estará referenciado con lo que pasa allá (Casa Rosada, Olivos, Congreso, etc), de ahí que por más propuesta o idea local que quieran esgrimir por fuera del discurso de la grieta, pueda llegar a caer en saco roto.
Al final tanto libros escritos en los últimos años, de comunicación política, marketing de campaña y análisis de discursos, para que toda argumentación en el 2021 termine con algo que se utilizaba a mediados del siglo XIX y que se podría resumir en: "Viva la Santa Federación, Mueran los salvajes unitarios", y después nos quieren hacer creer que a la grieta la inventó Jaime Durán Barba.