Con el Obelisco de fondo, anoche se coronaron las parejas ganadoras del Mundial de Tango. Los galardones fueron para Agustín Agnez y Barbara Ferreyra (de San Fernando, Buenos Aires, y San Rafael, Mendoza) en la categoría pista y para Emmanuel Casal y Yanina Muzyka (de Valentín Alsina) en Tango Escenario. Además, en esta categoría hubo un segundo puesto para los porteños Federico Carrizo y Juan Francisco Seguí, en lo que significa el puesto más alto hasta el momento para una pareja de bailarines del mismo género. Aunque la competencia mantuvo la doble modalidad presencial/virtual, todas las parejas premiadas se subieron al escenario cercano al Obelisco.
La ceremonia –una celebración extensa de más de siete horas- incluyó homenajes a Juan Carlos Copes, a María Nieves, a Claudio Segovia, y varias presentaciones musicales. Además, en la competencia hubo un detalle inédito: por primera vez sonó una orquesta actual en la final (la Orquesta Típica Misteriosa Buenos Aires), además de un par de versiones de clásicos del espectáculo de Broadway Forever Tango.
Aunque todavía queda actividad para disfrutar durante el domingo, las finales del Mundial suelen marcar el cierre simbólico del Festival Tango BA, que tras más de un año y medio de pandemia, volvió a la presencialidad. La organización podrá anotarse algunos porotos a favor en el balance. Tras años de discusiones con distintos sectores del tango, la organización de los artistas en distintas agrupaciones que pudieron reunirse con la nueva directora –la bailarina Natacha Poberaj-, dio sus frutos. El resultado final alcanzó un balance entre los reconocimientos a figuras históricas (“los homenajes hay que hacerlos en vida”, sostuvo ante Página/12 Poberaj) y los espacios reclamados por las expresiones más renovadoras del género. Y un mínimo histórico de protestas en redes sociales.
Desde luego, la pandemia afectó y no sólo para el cambio de escenario (tradicionalmente las finales se celebraban en el Luna Park). Los testimonios de los bailarines finalistas y los ganadores daban cuenta del impacto. Agnez y Ferreyra, por ejemplo, vieron frustradas sus respectivas giras por Europa a causa del coronavirus. Según contaron a la prensa, como vivían cerca y sabían que eran rigurosos en sus cuidados, se animaron a comenzar a bailar juntos, para mantenerse en actividad. Conectaron y se convirtieron en pareja por partida doble: en la pista y en la vida. Casal y Muzyka, en tanto, perdieron sus ingresos como bailarines. Él tomó el volante para una app de radiotaxis. Ella se puso a atender el negocio familiar de artículos de limpieza. Que ambos vivan en un barrio tradicionalmente obrero y de larga tradición tanguera como Valentín Alsina completa el cuadro.
En cuanto a los homenajes, hubo un pequeño documental dedicado a Copes, figura emblemática de la profesionalización de la danza, y una entrevista pública a María Nieves, con la que él se hizo famoso. Del primero se reveló una placa en su memoria, que cuando finalmente se reinaugure se instalará en el Teatro Alvear, ya que era la sala porteña favorita del bailarín. De Segovia, presente y con bastón en la platea, se ofreció un pequeño documental matizado por parejas actuales retomando el emblemático show Tango argentino. De Tango argentino quedó flotando una definición notable de su creador: “era un espectaculo de exaltación romántica del tango en sus distintas variantes”.
Finalmente, el homenaje a Nieves corrió por cuenta de Silvia “Cachorra” Toscano, quien la entrevistó en público. Nieves no sólo recordó a Copes y los años iniciales, en los que recorrían los clubes de barrio dando exhibiciones y participando de campeonatos en los que inexorablemente terminaban segundos, también ofreció algunos consejos a los jóvenes bailarines, que abundaban en los 150 metros de sillas apostadas frente al escenario. “Sueño que los chicos jovenes sigan bailando el tango. Hay grandes bailarinas y bailarines. Pero ellos se van a dar cuenta que el tango no es para la pirueta, sino para la elegancia. Sueño con que los pibes se cansen de bailar por el aire y bajen al piso. Que tengan paciencia: por un campeonato no te llenas de guita”. Además, contó cómo impactó el coronavirus en su vida. “El tango no se olvida. Yo con la pandemoa me vine abajo y no puedo bailar mas. Pero di todo lo que podia. Ahora les dejo mi corazón de tango”.
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