BMF (ayer se estrenó por Starzplay) viene a sumarse al catálogo de The Godfather of Harlem, Empire y Power. O sea, series centradas en clanes mafiosos donde la cultura negra y el sueño americano se logra a los tiros. De hecho, el título responde al acrónimo de “Black, Mafia, Family” presente en esta entrega que está basada en un caso real. Desde finales de los ’80 y por más de una década, los hermanos Flenory engendraron uno de los emporios criminales más influyentes de los Estados Unidos. Big Meech (Demetrius Flenory, hijo real del criminal) era el líder carismático. Southwest T (Da'Vinchi) tenía una visión empresarial para el negocio. Y si parecen nombres de raperos no es por pura coincidencia.
“Esta historia es relevante porque es universal pero además tiene muchos paralelos entre lo que pasa en la actualidad y que podés rastrear hasta el final de los ’80: es una conversación muy rica”, le dijo Randy Huggins a Página/12. Para su creador y productor, los ecos provienen del caldo social, el narcotráfico y el rol que ocupa el Hip Hop. La serie se apoya visual y sonoramente en la escena y en sus figuras. “Pusimos todo nuestro cerebro para hacerlo increíble y al filo, quisimos capturar la esencia de cada era”, dice Huggins.
La serie, por otra parte, cuenta con el aval de varios pesos pesados del género que realizan papeles secundarios. “50 Cent es uno de los productores y fue quien tuvo la idea de que Demetrius encarne a su padre. También fue el responsable de convocar a Snoop Dogg. En cuanto a lo de Eminem, tengo que darme el crédito por eso. Detroit es mi hogar, llamamos a la gente adecuada y así fue como salió”, explicó el responsable de la serie. Para el realizador, sin embargo, el gran diferencial es el modo en que se relata el cuento, como un gran flashback en el que unos adultos recuerdan su pasado. “Esto es como Kevin: Creciendo con amor más Los Sopranos pero ubicado en Detroit de los ’80 y ‘90”, graficó Huggins.