El presidente de Chile, Sebastián Piñera, condenó este lunes el ataque xenófobo contra inmigrantes ocurrido el sábado pasado aunque insistió en frenar el ingreso ilegal de extranjeros al país bajo el lema de "ordenar la casa". La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) realizó este lunes las primeras diligencias en el marco de la causa abierta por la quema de pertenencias de venezolanos acampados en la localidad de Iquique. Los agentes levantaron un catastro de las personas afectadas y evaluaron los objetos quemados.
"Condenamos categóricamente la brutal agresión que un turba descontrolada cometió contra un grupo de inmigrantes irregulares, estamos haciendo todo lo necesario para que ese crimen no quede impune", dijo Piñera en un mensaje audiovisual. "Como gobierno estamos cumpliendo nuestro compromiso de poner orden en nuestra casa, promoviendo una migración legal, ordenada y segura que proteja los derechos de los migrantes", agregó el mandatario de derecha.
Con el objetivo de desincentivar la inmigración ilegal, el gobierno chileno aprobó este año una nueva Ley de Migraciones más estricta y anunció un proceso de deportaciones con el que pretende echar a 1.500 extranjeros durante 2021. Esa medida recibió duras críticas de organizaciones como Amnistía Internacional o la ONU que alertaron que las expulsiones no cuentan con las garantías judiciales.