Desde Berlín
Si bien la decoración navideña aún no llega, desde el domingo pasado lo que está claro en Alemania es que el pedido a Papa Noel va a ser llegar con las negociaciones de las coaliciones resueltas. Es que “Navidad” y “coaliciones” son las dos palabras que, por acá, más suenan. ¿Algo frívolo? No tanto, o por lo menos no para la población alemana que vivió el pico más alto de contagios y muertes la Navidad pasada.
Y que continuó encerrada hasta muchos meses después de las Pascuas, con una Merkel que por primera vez tuvo que ponerse amenazante para evitar una ola de contagios (recordemos su frase de diciembre del 2021: “Si tenemos demasiados contactos ahora antes de Navidad y después constatamos que fue la última Navidad con los abuelos, habremos perdido mucho. Deberíamos evitarlo”), cuando las familias y sobre todo, el enorme volumen de emprendedores que trabaja todo el año es pos de la venta en los mercados navideños, los vieron suspendidos. Atentos a esto, los candidatos de los partidos mayoritarios, vienen asegurando que para ellos también, obviamente, es prioritario resolverlo antes de las fiestas.
Es que las elecciones de este domingo en Alemania proclamaron a los socialdemócratas del SPD como ganadores (25,7%), pero por muy poco margen frente a los conservadores, el partido de la canciller Angela Merkel, la CDU-CSU con un mínimo histórico (24,1%).
Como ningún partido tiene mayoría propia, ahora comenzarán las negociaciones entre los partidos para la formación de una coalición de gobierno. Una negociación que puede llevar meses y genera muchas fricciones e incertidumbre.
No obstante, los dos candidatos, Olaf Scholz (SPD) y Armin Laschet (CDU-CSU) no dejan de repetir desde el domingo que ambos intentarán formar gobierno.
Así dadas las cosas, el foco hoy está puesto en la palabra y decisión de las fuerzas minoritarias. Principalmente del ahora por ambos (SPD y CDU-CSU) codiciado partido de los verdes, no sólo por haber sido el que más creció en estas elecciones con el 14,8%, sino porque es el que representa las preocupaciones de las nuevas generaciones en pos de impulsar más políticas climáticas y de igualdad.
Seguidos, por los liberales del FDP que obtuvieron un 11,5% y que fueron los primeros, en boca de su líder, Christian Lindner, en decir que se reunirían primero con los verdes, pidiéndole directamente por todos los medios desde el domingo a Annalena Baerbock ponerse ellos de acuerdo entre ellos antes de negociar con el SPD o con la CDU.
Un FDP que se sitúa más cerca de la CDU-CSU y llama a aumentar las inversiones y a respetar las reglas fiscales, sobre todo en lo que se refiere a la gobernanza económica de la UE.
Por el obvio cordón sanitario, queda fuera de las alianzas posibles, la ultraderecha de AfD, (10,3%) a la que nadie quiere emparentarse. Y la izquierda poscomunista de Die Linke que quedó al límite y entraría en el Bundestag con un 5% de los votos.
Coalición semáforo
El líder del SPD, Olaf Scholz, destacó el "gran éxito y los aires de cambio que desea la población" y por eso apuesta a "formar Gobierno cuanto antes” confiado en que cuenta con todos los demás de aliados.
¿Su preferencia? La llamada coalición semáforo, formada por el SPD, los Verdes y el FDP. Pero también habría posibilidades para una coalición Jamaica, en la que se integraría la CDU junto a los ecologistas y a los liberales. La vía de una coalición de izquierdas (SPD, Verdes y Die Linke) sería más improbable, pero los socialdemócratas no lo verían con malos ojos si las peticiones del FDP fuesen excesivas.
Laschet bajo presión
Mientras que un poco creíble y desprestigiado Laschet, por la magnitud de la derrota que significaron estas elecciones para su partido, se apresura por ganarse el favor de los verdes.
Sin embargo, la presión sigue creciendo en torno al líder conservador. Laschet ha sido objeto de críticas y peticiones de dimisión por parte de su propio partido, la CDU, y también ha visto cómo su principal aliado, el partido hermano bávaro CSU, ha cortado los lazos con él. El dirigente del SPD "Olaf Scholz tiene más posibilidades de ser canciller en este momento, claramente", dijo el líder del partido conservador bávaro CSU, Markus Söder, distanciándose claramente de Laschet.
En cualquier caso, Alemania se abre por primera vez desde la década de 1950 a una alianza a tres bandas, ya que matemáticamente, la única opción bipartidista posible es una nueva gran coalición, que ni el SPD ni la Unión quieren.