El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, le pidió a la primera dama de Brasil, Michelle Bolsonaro, que inste al presidente Jair Bolsonaro a vacunarse contra el coronavirus, tal como lo hizo ella en oportunidad de viajar con el mandatario a la ciudad estadounidense.
"Envíe a su esposo a vacunarse también para que deje de ser un peligro para los demás", tuiteó el funcionario al compartir una noticia de The New York Times sobre la inoculación de Michelle Bolsonaro.
La vacunación en Estados Unidos de la primera dama generó polémica en Brasil, luego de que políticos e infectólogos opinaran que fue una acción "absurda" y de "desprecio" al Sistema Único de Salud brasileño (SUS) y al Programa Nacional de Inmunización (PNI).
De Blasio ya había cuestionado al mandatario sudamericano, que llegó a Nueva York días atrás para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) como el único líder en hacerlo sin haberse vacunado.
La asistencia de Bolsonaro a la cita anual incluso se había puesto en duda por su condición de no vacunado, pero Naciones Unidas le garantizó la presencia dado que su sede tiene territorialidad propia, si bien está emplazada en Nueva York.
En cambio, para moverse por la ciudad el brasileño tuvo que respetar las medidas que rigen para los lugares públicos neoyorquinos, y en esa condición apareció comiendo pizza parado en una vereda, frente a un local gastronómico, ya que tenía prohibido el ingreso por no contar con inmunización anticovid.
Tras su regreso al país el miércoles, Bolsonaro dio negativo para covid-19 luego de permanecer aislado por el viaje a Nueva York, donde se mostró en varias ocasiones sin máscara durante su estadía, incluso saludando a seguidores en medio de una aglomeración.
El mandatario, de 66 años, no está vacunado contra el coronavirus y repite que será "el último" brasileño en recibir el inmunizante. Luego de contraer el virus en julio de 2020, aseguró que sus exámenes revelan un alto nivel de anticuerpos, algo que no descarta la vacunación.
Esta semana, Bolsonaro cumplió 1.000 días de gestión, en momentos en que su popularidad cayó al peor nivel desde su asunción en 2019, con sólo 22 por ciento de las opiniones favorables.