Durante los primeros meses de 2005, la escena under de la música argentina permaneció casi desierta: la onda expansiva de la tragedia de Cromañón avanzó sobre los espacios culturales e impuso nuevos parámetros para el desarrollo de los espectáculos que no cabían en un bar, pero tampoco llenaban estadios. El documental Sonidos subterráneos, de Leonel Crets, llevará a la señal televisiva de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) los testimonios de quienes habitaron ese terreno de frontera que el 30 de diciembre de 2004 se parceló para siempre en un antes y un después.

Ganadora de la categoría UNDER25 en el festival Buenos Aires Series, la producción contrasta los dos hemisferios que la masacre trazó sobre el ambiente del rock argentino, y reconstruye sus diferencias a través de las voces de Fernando Aleman, cantante y bajista; Gonxalo Verde, organizador de eventos y músico, y del productor Nacho Sarka. Darío Camejo, sobreviviente de la tragedia, revive esa noche que lo cambió todo.

Como premio por haber triunfado en el certamen, la serie será emitida por el canal UN3, perteneciente a la UNTREF, a partir del jueves 30 de este mes.

Inspirado por su experiencia como músico post Cromañón, Crets gestó la idea del documental como proyecto de una materia que cursó mientras estudiaba Producción Digital en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). “Es una idea que yo venía curtiendo, pensando y diagramando por el hecho de ser músico y de haber tocado en bandas desde los 15 años”, contó al Suplemento Universidad.

Con 10 años de under a cuestas, Crets sintió la necesidad de contar una historia que conjure el fantasma tantas veces invocado por los “productores, músicos, dueños de boliches” con los que conversaba antes de tocar: “Nos decían que antes de Cromañón la cosa era distinta”. “Buscamos dar una contracara de la información que se manejaba. Siempre se habló desde las víctimas, desde el lugar, desde el Estado, pero no había encontrado nada acerca de cómo había afectado a las bandas chicas”, explicó.

Con una producción rudimentaria en cuanto a recursos –“no buscamos un fondo; yo salí con mi cámara y ni teníamos corbatero, usamos el celular”–, Crets logró construir un relato que recoge la mirada de los pequeños conjuntos sobre el acontecimiento. Unos días antes de la pandemia, quedó seleccionado para el Buenos Aires Series, y luego ganó en su categoría, para la que califican menores de 25 años.

“Antes se tocaba en cualquier lado donde había un tomacorriente: donde se podía. Y casi no había restricciones por parte de los municipios a la hora de dar un show, en el que básicamente pasaba de todo. Eso tenía cosas buenas y cosas malas”, detalló, en sintonía con los testimonios recogidos para la producción.

El panorama después de Cromañón estuvo marcado por la clausura de muchos espacios: “No podían aguantar la cantidad de exigencias que les pedía el Estado. Era un montonazo de plata y la mayoría de los lugares empezaron a cerrar. También dejaron de haber productores como Omar Chabán, que se lo mostró como un gran demonio, pero que en realidad fue una persona que ayudó mucho a las bandas y que dejó un espacio vacío en el under”, opinó.

El impacto que significó la tragedia, en términos de acceso a los escenarios, repercutió en las bandas en crecimiento, ubicadas en el borde divisorio entre los grupos capaces de llenar estadios y los conjuntos que convocaban a algunas decenas de invitados. Locales míticos del rock nacional, como el sótano de Unione e Benevolenza, sufrieron fuertes modificaciones para volver a abrir sus puertas, mientras que otros, como Cemento –al igual que República Cromañón, propiedad de Chabán– cerraron definitivamente.

Para Aleman, cantante y bajista de Deportivo Alemán, el problema era “para las bandas que estaban tocando para 200 o 300 personas, que no tenían el poder del armado de un show a gran escala y a las que les quedaban muy chico los lugares donde se podía tocar”. Según el músico, muchos grupos dejaron de presentarse en vivo y pusieron fin a sus carreras como consecuencia de la pérdida de escenarios.

“Cromañón podría haber pasado en los últimos 30 o 40 años en cualquier lugar, y no pasó de casualidad. Después estuvo el foco puesto ahí, con todos los medios de comunicación. Los funcionarios involucrados estuvieron prohibiendo más que solucionando”, expresó Aleman en diálogo con este suplemento.

Voces para alumbrar

“La desidia”, “Dolor” y “Seguir adelante” se titulan los tres episodios del proyecto de Crets. Las voces de Sarka, coordinador del estudio Pronoise, y de Verde, músico y organizador de eventos, aportan a la construcción del estado de situación previo a la tragedia y señalan las diferencias fundamentales que se impusieron con las restricciones a las que tuvieron que atenerse a la hora de gestionar eventos.

Por su parte, Camejo, sobreviviente de Cromañón, recorre esa penúltima noche de 2004, en la que, junto a su esposa pudo escapar del boliche. La pareja había entrado en compañía de una amiga y de su hija; las dos murieron más tarde.

Los capítulos, de diez minutos de duración aproximada cada uno, cruzan testimonios con registros audiovisuales tanto de la tragedia como de recitales anteriores y posteriores.

Como consecuencia de la clausura de muchos de los puntos icónicos del underground nacional, nacieron nuevas formas de presentarse. Se multiplicaron los acústicos y las presentaciones reducidas al aire libre. “Por un lado, eso estuvo bueno porque amplió el espectro de posibilidades, pero por otro lado precarizó el laburo de los artistas, porque ya no cobraban y tenían que llevar sus equipos y su sonido”, comentó Aleman.

A pesar de las medidas preventivas que anegaron el campo del rock argentino luego de ocurrido el desastre, señaló que lo que queda “es la consciencia de la gente en cuidarse y evitar esas cosas”. “Hoy por hoy hay lugares donde no se da ninguno de los protocolos que se exigían en esa época y no pasa nada”, subrayó.

Sonidos subterráneos quedará disponible de forma gratuita en el canal UN3, a través de su plataforma online (www.un3.tv) o bien mediante su aplicación para dispositivos móviles y para Smart TV.

Para Crets, la emisión por UN3 significa “un honor y un lujo”: “Recuerdo que cuando estaba en la facultad, todo el tiempo nos mencionaban al canal. Nos mostraban ejemplos con series de UN3. Hoy en día poder estar estrenando una serie propia en esa plataforma es un gran triunfo de mi trabajo, ya que va a tener mucha visibilidad”.