Después de un año y medio de exposición, en lucha contra el covid-19, cerca de 1.200 enfermeras y enfermeros quedarían sin trabajo por decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de trabajadores de la salud que, bajo promesa de una futura incorporación a la planta permanente, ingresaron en marzo de 2020 para desempeñarse, muchos de ellos, en las salas de terapia intensiva. “Hubo 36 enfermerxs fallecidos y todos se expusieron al contagio; en vez de agradecerles y homenajearlos, les quieren dar la baja”dijo en diálogo con Pagina/12 Héctor Ortíz, enfermero y delegado de ATE del Hospital Durand.
“Los que ingresaron fueron 2.000, pero muchos renunciaron por los bajos salarios, la exposición y el maltrato”, agregó Ortiz. Por su parte, Carolina Cáceres, enfermera del Hospital Tornú y referente de una asociación de licenciadas en Enfermería, sostuvo que “ahora dicen que eran contratos transitorios, pero el ministro de Salud de la Ciudad (Fernán Quirós) se había comprometido a incorporarlos a planta permanente en forma progresiva”.
Los contratos, que vencían en septiembre, fueron prorrogados hasta fines de octubre, pero la situación de incertidumbre persiste. Cáceres afirmó que “no hay una explicación sobre una medida que es solo financiera, porque ahora solo piensan en aportar fondos a la campaña electoral”.
“La situación es tremenda porque el gobierno ni siquiera le comunicó a los compañeros lo que va a pasar con ellos”, dijo la enfermera del Hospital Tornú y referente de la Asociación de Licenciadas en Enfermería (ALE). Recalcó que “la realidad es que los contrataron bajo la promesa de que iban a quedar en los hospitales, porque ese fue el compromiso que asumió el ministro Quirós con nuestra Asociación, ya que aseguró que se iba a producir el ingreso a la planta permanente en forma progresiva”.
Lo que está pasando ahora es que “desde el gobierno se les está anunciando a los compañeros y compañeras que se les va a dar de baja, lo que significa un manoseo increíble porque las y los trabajadores de la salud han puesto su vida en riesgo trabajando durante la pandemia”. Cáceres consideró que “es una barbaridad lo que hacen porque las plantas permanentes de los hospitales no estaban llenas, todo lo contrario, porque antes de la pandemia estábamos mal y ahora vamos a estar peor por la falta de personal”.
Explicó que “antes de la pandemia, todos trabajaban el mayor tiempo posible, sin jubilarse, pero por la pandemia, hubo muchos que optaron por jubilarse por temor a la enfermedad y porque estaban en edad de jubilarse”. Insistió en que “ahora estamos peor que antes, porque hubo compañeros fallecidos, porque muchos renunciaron y por eso no hay ningún motivo para que tomen la decisión de darlos de baja”.
Señaló que el despropósito es mayor porque “a muchas personas se las preparó, nosotros mismos las preparamos, para que puedan trabajar en las áreas de terapia intensiva”: Agregó que “es una inversión que se hizo para que pudieran cubrir los puestos en los sectores de mayor gravedad y ahora se los quiere dar de baja sin una explicación, sin una evaluación sobre el trabajo que realizaron”. Aseguró que lo que está pasando “confirma lo que veníamos diciendo, desde la Asociación, en cuanto a que somos descartables para el gobierno” de Horacio Rodríguez Larreta.
“Y todo esto está pasando por motivos financieros, para destinar más plata para la campaña electoral” con vistas a las elecciones legislativas de noviembre. Carolina Cáceres precisó que en el Tornú “hay unos 50 contratados, mientras que en la sala de terapia intensiva somos apenas tres los que somos planta permanente”.
Ortíz, enfermero del Hospital Durand, le dijo a Página/12 que las y los enfermeros incorporados en la Ciudad, a partir de la pandemia, fueron “unos 2.000, de los cuales un 40 por ciento se fue como consecuencia del mal trato que recibían, de los sueldos bajos o por el temor a contagiarse del covid”. Puntualizó que la mayoría de esos enfermeros y enfermeros trabajan en terapia intensiva.
Dijo que la información que tienen es que la resolución del Gobierno de la Ciudad es “darle la baja por lo menos al 60 por ciento” de esos trabajadores de la salud. Ortíz sostuvo que están “preocupados y con mucha bronca porque estos compañeros y compañeras han dado la salud y la vida en algunos casos, porque murieron 36 compañeros en la Ciudad, y ahora Quirós y Rodríguez Larreta les quieren dar la baja”-
Para oponerse, están realizando asambleas y movilizaciones en los hospitales y la semana próxima se hará una protesta generalizada en todos los hospitales porteños.
Ortíz comentó que ahora se conoció una resolución del Ministerio de Salud porteño para prolongar la emergencia sanitaria hasta el 31 de octubre. “Hay que ver si esto cambia la situación, porque en el Durand, de un total de 184 contratados querían dejar solo a 74, lo que significa dejar afuera a más de cien compañeros, a más de cien familias”. Recalcó que “el déficit en enfermería es enorme y es anterior a la pandemia, pero como ellos no quieren invertir en Salud, ahora quieren cortar los contratos, en lugar de agradecerles por el trabajo que han realizado”.
Ortíz subrayó que los enfermeros y enfermeras “realizaron un trabajo de sumo riesgo, con sueldos que oscilaron entre los 45 y los 55 mil pesos, lo que es muy bajo teniendo en cuenta el riesgo que corrieron en medio de la pandemia, en condiciones muchas veces de precariedad y recibiendo maltrato”.
La resolución 871 de la Subsecretaría de Planificación del
Ministerio de Salud porteño es la que dispone las bajas y está firmada por el
titular del área, Daniel Ferrante. Allí se dice que el gobierno, por medio de
un DNU, dispuso incorporar enfermeros para “prevenir y reducir el
riesgo de contagio en la población” por covid-19. Las incorporaciones
comenzaron el 15 de marzo de 2020 y luego, mediante sucesivas prórrogas, se
mantuvo la vigencia hasta septiembre del corriente año. Habría una nueva prórroga
hasta fines de octubre, pero ya se produjeron bajas entre el personal externo,
que trabajó en la vacunación, fuera de los hospitales.