Durante el primer semestre del 2021, la pobreza en la ciudad de Salta y alrededores se ubicó en el 42,3 por ciento, que representa un total de 272.274 personas, que a suy vez integran los 60.665 hogares que con los ingresos que tienen no llegan a cubrir la canasta básica total. Mientras que dentro de ese grupo, la indigencia se ubica a nivel personas en el 11,2 por ciento y llega al 8,7 de los hogares que no cubren siquiera la canasta básica alimentaria.

Este número de pobres e indigentes se registra sobre un total de 643.327 personas incluidas en la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec), que toma en cuenta solo el aglomerado urbano de la capital salteña y los alrededores, por lo que en la medición no se incluye al norte de la provincia, una región históricamente postergada.

En comparación al primer trimestre del 2020 la situación es levemente mejor, ya que en ese período la pobreza estaba en 45,5%, un claro reflejo de la compleja situación económica agravada por la pandemia, que desde marzo de ese año paralizó prácticamente toda la economía y trajo fuertes consecuencias para el sector de trabajadores informales.

Paradójicamente, en la segunda mitad de ese año la situación en Salta mejoró bastante, ya que las ayudas diseñadas por el gobierno nacional, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que llegó a unos 400 mil salteños, impactaron positivamente en los hogares salteños y en consecuencia redujeron la pobreza al 41,7%, cuando en la mayoría del país siguió incrementando, inclusive en ese semestre la provincia estuvo por debajo del promedio nacional, que era del 42%.

En estos primeros seis meses del 2021 la tendencia a la baja se revirtió y volvió trepar el índice al 42,3 por ciento actual, seis décimas más, que significan otras 7 mil personas que quedaron por debajo de la línea de la pobreza.

Sin embargo, a nivel regional Salta siempre se ubicaba entre los peores registros, mientras que ahora solo está por debajo de La Rioja, que tiene 37,8, lo que deja a las claras el deterioro en el que está sumido el Noa y que repercutió aún peor en las demás provincias, especialmente en Santiago del Estero, que llega al 50,2% de pobreza.

El promedio regional alcanza el 44,7%, por lo que la provincia se encuentra por debajo de la media del Noroeste. La zona del país con peor registro es el Noreste con un promedio del 45,4%. Allí Gran Resistencia, con el 51,9 de pobreza, registra el segundo índice más alto del país, solo por detrás de la entrerriana Concordia, que tiene la abrumadora cifra del 56,1 %.

A nivel regional se observaron disparidades en la evolución. En el Gran Buenos Aires (GBA), que es la región con mayor cantidad de población, y la Patagonia hubo una reducción de la incidencia de la pobreza e indigencia, mientras que en el resto de las regiones aumentó.

Para el Indec la incidencia de la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la canasta básica alimentaria (CBA) y a la canasta básica total (CBT) mediante sus ingresos monetarios.

En ese sentido observaron que en promedio con respecto al semestre anterior, el ingreso total familiar aumentó un 32,4% y las canastas regionales promedio aumentaron 28,4% (Canasta Básica Alimentaria) y 25,5% (Canasta Básica Total).

Sin embargo, ese incremento de los ingresos por sobre la inflación se evidenció estadísticamente solo en la región central, ya que el NOA empeoró con respecto al registro anterior.

A nivel nacional el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,2%; en ellos reside el 40,6% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 8,2% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 10,7% de las personas.

Esto implica que en los 31 aglomerados urbanos medidos, en la pobreza se encuentran 2.895.699 hogares, que incluyen a 11.726.794 personas; y, dentro de ese conjunto, 756.499 hogares son indigentes, lo que representa 3.087.427 personas.