Luego del primer encuentro público entre la alta dirección de las FARC y el ELN, las dos principales guerrillas de Colombia anunciaron ayer su voluntad de sumar fuerzas para lograr una paz completa en el país, que está amenazada por el “grave fenómeno” del paramilitarismo.
“Hasta hoy no vemos voluntad en una lucha frontal por parte del Estado y del gobierno contra el paramilitarismo”, aseveró el máximo líder del ELN, Nicolás Rodríguez, alias Gabino, al finalizar tres días de intensas reuniones en La Habana con el secretariado de las FARC, encabezados por su jefe Timoleón Jiménez, alias Timochenko. “Gabino” subrayó la “tremenda responsabilidad” del Estado colombiano y recordó la cantidad de líderes sociales asesinados por paramilitares durante el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ambos grupos insurgentes afirmaron en una declaración conjunta que mantienen objetivos comunes, con caminos diversos pero complementarios, como el de buscar que la sociedad tenga una función protagónica en el logro de la paz. Las dos guerrillas coinciden en hacer de los derechos de las víctimas el “corazón de la búsqueda de la paz”, para que haya verdad plena sobre los últimos setenta años de sangrienta guerra en el país. “Buscaremos que el presente esfuerzo por la solución política comprometa a las distintas fuerzas que participan en el debate hacia las elecciones del 2018 y trataremos de evitar que los llamados a la guerra, que hace la extrema derecha, hagan reversar este impulso por el logro de un nuevo país con equidad”, aseguraron.
Sobre esa cita electoral, Gabino descartó la posibilidad de que el ELN logre un acuerdo de paz con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos antes de ese plazo, ante la complejidad del proceso. “Si llevamos más de 52 años en estado de guerra, no podemos hacer las cosas mal o de manera precipitada. Al construir un acuerdo de paz, las cosas llevan su proceso”, aseveró el líder del ELN. Por su parte, el líder de las FARC destacó los avances en la implementación de los acuerdos, como la aprobación por el Congreso de Colombia de novedosas leyes que van a abrir las puertas a la democracia y van a permitir mayor participación y protagonismo a sectores que durante muchos años fueron excluidos.