La situación de la isla canaria de La Palma por la erupción del volcán Cumbre Vieja, que inició su actividad hace 20 días, es cada vez más desoladora. Las imágenes satelitales revelaron que la lava cubrió 709 hectáreas y el conteo del desastre indica que 1.005 edificaciones fueron afectadas, 981 de las cuales quedaron destruidas; y 27,7 kilómetros de carreteras fueron destrozadas. En las últimas horas se registró un temblor de 3,5 grados en la escala de Richter.
El monitoreo satelital del Instituto Geológico y Minero de España informó que dos nuevos ríos de lava se formaron en las últimas horas y se dirigen hacia el oeste por dos barrancos, en dirección hacia la colada principal que ya llegó al mar, sobre el archipiélago atlántico de las Canarias.
En tanto, el Instituto Geográfico Nacional informó que a las 21.30 de anoche (2:30 hora argentina) se localizó un movimiento sísmico de 3.5 de magnitud en el municipio de Mazo, a 13 kilómetros de profundidad.
La dirección del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias mantiene activas todas las medidas de precaución hacia la población, tanto en lo que respecta a las zonas de exclusión marítima y terrestre, como a las que fueron evacuadas al comienzo de la erupción.
Cuál es el daño ambiental que dejó la erupción del volcán
Este temblor fue el primero de varios sismos y ocurrió solo tres horas después de que se registrara uno anterior en Fuencaliente, de 3,4 grados en la escala de Richter y también a 13 kilómetros de profundidad.
Por otra parte, también se controla el daño ambiental que la erupción del volcán está provocando en toda la isla de La Palma. Algunas estaciones de control detectaron un aumento en la concentración de dióxido de azufre (SO2).
Por ahora, las emisiones que por el momento no representan un riesgo para la salud, según consideró el Departamento de Seguridad Nacional (DSN).
En las últimas horas, el volcán continuó con su proceso eruptivo "mostrando episodios de incremento y disminución de actividad y generando una colada activa por la que sigue fluyendo magma, hasta desembocar al mar en el área costera de Tazacorte", describió el último informe del DSN.
La emisión de vapor de agua y gases en la zona de contacto de la lava con el agua marina mantiene activa una nube (penacho marítimo), que está siendo objeto de seguimiento y monitorización por parte de los científicos.