Desde Roma. El 3 y 4 de octubre se harán elecciones en 1348 municipios de Italia, entre ellos cinco de las principales ciudades del país (Roma, Milán, Turín, Nápoles y Bolonia), para lo cual están convocados a votar unos 12 millones de personas. Pero las previsiones que han difundido numerosas encuestas después de más de un año y medio de pandemia, presentan un panorama más bien incierto pero que podría producir ciertos cambios dentro de la derecha, especialmente en La Liga de Matteo Salvini.
En dos regiones (equivalentes a las provincias argentinas), Toscana (la región de Florencia) y Lacio (la región de Roma) se votará además para elegir a dos nuevos diputados que deberán sustituir a dos que renunciaron porque fueron destinados a otros cargos. En la región de Calabria (sur del país) se votará también para sustituir a las autoridades regionales.
Veda electoral
Desde el 17 de septiembre está prohibido difundir nuevas encuestas electorales para no influenciar el resultado del voto y hasta ese momento los números no eran claros. La prohibición de difundir encuestas incluye también la segunda vuelta, que se hará el 17 y 18 de octubre entre los dos principales candidatos que no hayan superado el 50 por ciento de votos favorables el 3 y 4 de octubre.
Buena parte de los candidatos se presentan como representantes de la centroizquierda (Partido Democrático -PD -, Movimiento 5 Estrellas -M5S-, Italia Viva de Matteo Renzi, socialistas y comunistas) y de la derecha y centroderecha (Forza Italia de Silvio Berlusconi, la Liga del derechista Matteo Salvini, y Fratelli d’Italia -FDI- de la ultraderechista Georgia Meloni). A veces se presentan como alianzas desde el principio. Las más de las veces sin embargo tienen calculado aliarse a sus amigos recién en la segunda vuelta.
En algunos municipios como Roma, hay numerosos candidatos para alcaldes (23 en Roma), incluso de partidos muy pequeñitos. Pero éstos se unen con otros partidos para votar en la segunda vuelta el candidato de su tendencia política (centroizquierda, centroderecha) que más votos haya sacado en la primera vuelta, negociando así algún puesto o rol en el Consejo Municipal. Un acuerdo para la segunda vuelta abriría el camino también, dicen los analistas, para eventuales alianzas ante la próxima elección del nuevo presidente de la república (que votan sólo los parlamentarios), en enero, y para las elecciones políticas de 2023.
En Roma, aparte de la actual alcaldesa Virginia Raggi del M5S que se candidatea de nuevo, los tres candidatos principales son Roberto Gualtieri del PD, Enrico Michetti de la centroderecha y Carlo Calenda, un ex PD que se presenta con una lista propia. Raggi, que no ha hecho una trayectoria muy apreciada, está siendo ayudada a toda costa por sus seguidores. El fundador del M5S, el cómico Beppe Grillo, ha puesto en Internet un foto montaje de Raggi vestida como en la Antigua Roma, con un casco y un escudo de guerrera, y subtitulando “Virginia, ¡adelante con coraje!”.
Según algunas encuestas, la centroizquierda podría obtener más votos que la derecha y la centroderecha en Milán, Bolonia y Nápoles. Pero el resultado de las elecciones en Roma y en Turín aparece siempre incierto. Raggi, según las encuestas, se podría colocar detrás de los candidatos de la centroderecha y de la centroizquierda en los resultados de la primera vuelta.
El caso Turín
Turín es el otro caso raro. Turín y Roma están gobernados actualmente por dos mujeres, las dos del M5S. Según una investigación del Centro Luigi Bobbio encargada por la Universidad de Turín y publicada antes del 17 de setiembre, el 42 por ciento de los entrevistados en esta ciudad no respondió a la pregunta si votaría o no, dado que el voto no es obligatorio en Italia. Tampoco respondieron a quien votarían. Tradicionalmente recordada como el corazón industrial de Italia -porque siempre fue base de la Fiat entre otras empresas- Turín ha tenido una larga tradición de gente que no vota. En 2016 por ejemplo no votó el 42,82 por ciento de la población con derecho de voto. Cinco años antes no votó el 34.5 por ciento. Por esta razón algunos medios dijeron que en Turín ganará seguramente el candidato “Sr. Abstencionismo”. Otras encuestas dicen en cambio que en Turín la pelea será muy dura, porque los candidatos obtendrán un número similar de votos, en torno al 40 por ciento de las preferencias.
El M5S, que en las pasadas elecciones municipales de 2016 y en las políticas de 2018 estuvo entre los partidos más votados, en los últimos años ha perdido muchos electores pero podría transformarse sin embargo en la aguja de la balanza, es decir cambiar el panorama de Roma y de Turin si en la segunda vuelta si se alía con la centroizquierda o la centroderecha. A una eventual alianza con el PD en el balotaje se mostró favorable el actual ministro de las Relaciones con el Parlamento, Federico D’Inca, del M5S. Y esta disposición le pareció muy bien al líder del PD, Enrico Letta. ”Me parece que dijo algo muy sabio que comparto- comentó Letta-. Forma parte de nuestro espíritu de convergencia con el cual estamos tratando de trabajar para una coalición lo más amplia e incisiva posible”.
Cambios en la centroderecha
Lo que aparece más claro a los analistas de la prensa italiana, es que estas elecciones podrían limitar considerablemente el liderazgo que tenía Matteo Salvini en la centroderecha a nivel nacional. Mostrando la polarización del país -otro de los problemas con los que se debe enfrentar Italia-, estas elecciones podrían abrirle el paso definitivamente a la ultraderechista Georgia Meloni como líder de todo el arco derecha-centroderecha. Su partido, FDI, no forma parte del actual gobierno conducido por Mario Draghi, a diferencia de la Liga y de Forza Italia. Y esto tal vez la favorece entre los “no vax” (que se niegan a vacunarse) y “no Green Pass” (que rechazan el pase verde que da el Ministerio de Salud italiano después de la segunda dosis de la vacuna anticovid y que permite la circulación en los lugares de trabajo y en Europa). Meloni ha conseguido al parecer, buenas opiniones entre los criticones, que solo saben lanzar insultos al gobierno cuando en realidad éste ha manejado discretamente bien la pandemia. El gobierno está integrado por formaciones opositoras como el PD, M5S, Forza Italia y La Liga (Salvini no ahorra críticas de todas maneras) porque la pandemia y las ayudas económicas que Europa destinó a cada país para afrontar esta crisis, empujaron a estos partidos a ponerse de acuerdo para afrontar los desafíos de momento bajo la coordinación de un economista con gran experiencia en el mundo bancario internacional como Draghi.
El candidato de la centroderecha en Roma, Enrico Michetti, un abogado que definía el coronavirus como algo de poca importancia, oficialmente no pertenece a ninguno de los partidos que lo apoyarán pero al parecer ha recibido el mayor sostén de parte de Meloni. Si logra colocarse primero o segundo entre los más votados en estas elecciones, podría contribuir también a bajar la importancia de Salvini a nivel nacional. De hecho las encuestas realizadas por la empresa IPSOS el 14 de setiembre, dicen que que la Liga conseguiría el 20,5 por ciento de los votos mientras FDI llegaría sólo al 18,8. Otra encuesta realizada por Secure Web Gateway (SWG) habló en cambio del 20 por ciento para la Liga y del 21 para FDI.