Como sucede con muchos animales cuyas costumbres son nocturnas o de temperamento tímido, del ocelote o gato onza (Leopardus pardalis), sólo había comentarios de pobladores que daban cuenta de su presencia en Catamarca. En agosto de 2019, mientras uno de estos felinos buscaba agua en medio de las yungas de la provincia pudo ser fotografiado y filmado por primera vez por el biólogo Gonzalo Martínez.
“Fue una enorme alegría cuando vi el primer registro. Fue entender que todavía existen aéreas en la provincia en las que puede habitar un animal como este, que vive en bosques primarios, y eso es muy bueno porque te indica la calidad de ambiente en la que está. Es decir, un ambiente con una muy buena conservación y sin la intervención del hombre”, explicó Martínez a Catamarca/12.
Con el estudio que fue publicado en la revista Acta zoológica en febrero de este año, se confirmó la presencia actual del ocelote en la provincia. "Antes estaba incluida como sitio probable de presencia en base a registros no documentados de pobladores locales”, contó Martínez.
Conocido vulgarmente como ocelote, el leopardus pardalis es un felino de tamaño mediano, carnívoro y con hábitos principalmente nocturnos y terrestres. Habita diversos ecosistemas en el continente americano desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina. Su presencia en las provincias del país, está asociada a bosques y selvas en buen estado de conservación, principalmente en la Selva Paranaense, donde el Parque Nacional Iguazú tiene la mayor cantidad de registros.
El biólogo, detalló que para la obtención de estos primeros registros se colocó una sola cámara trampa en las inmediaciones de un arroyo y al borde de un sendero de animales que atraviesa la selva. “Se realizaron dos campañas de muestreo con el método de fototrampeo. El 26 de agosto de 2019 se colocó la cámara y se la programó para efectuar tres disparos fotográficos en intervalos de 5 segundos y luego un video de 30 segundos. El primer registro se produjo el día 30 a las 5.38 cuando el individuo apareció solo en la primera fotografía y no se pudo filmar”.
Ante la emoción de esta primera imagen, Martínez decidió hacer un segundo muestro un año después. Esta vez, el felino apareció a las 21. 09 y no sólo cayó en la trampa de la fotografía sino que fue filmado durante 30 segundos mientras olfateaba un cebo de atún colocado en un tronco.
Esas imágenes fueron más claras y contundentes para la identificación de la especie. “Además del patrón de sus manchas, se distingue claramente que su cola es muy corta y ancha en relación con el cuerpo que es otra característica diferenciable de los felinos de tamaño pequeño”, refirió. (Ver video)
“Con estudios futuros y con mayor esfuerzo de muestreo, es decir mayor cantidad de días y de cámaras activas, se podrá determinar si se trata del mismo individuo o no y si existe una población reproductiva en el lugar”, aseguró el profesional.
Según contó, “el ocelote tiene una amplia distribución en la región neo tropical y su estado de conservación es de preocupación menor a nivel mundial. Sin embargo, en Argentina actualmente se encuentra en estado vulnerable”.
Las principales amenazas que enfrenta esta especie son la degradación de su hábitat y la caza furtiva. De hecho, se estima que las poblaciones de ocelotes habrían declinado un 30% en los últimos 25 años a causa de estos factores, y por la reducción notable de su lugar producto de los desmontes para el avance de la frontera agrícola.
“En Catamarca aún hay grandes áreas con selva y bosque en muy buen estado de conservación que deberían ser protegidas y que solamente gracias a su fuerte pendiente o terreno escarpado no han sido modificadas por la actividad humana. Con la confirmación de la presencia de este felino en la provincia es imprescindible tomar medidas efectivas de gestión y conservación, como la creación de áreas naturales protegidas estrictas para preservar las poblaciones más australes del ocelote en las yungas”, concluyó Martínez.