Rotación, enroque, alternancia, oxigenación, reacomodamientos, reasignaciones, reubicaciones, cobertura de vacantes, lucha contra el desempleo, una ayuda para mis amigos, etc... A lo que pasó esta semana en el gabinete salteño se lo puede llamar de muchas formas, pero decirle cambios es muy presuntuoso. Igual el propio gobernador Gustavo Sáenz adelantó que los reemplazos fuertes, dícese ministros, serían después de las elecciones nacionales.
La verdad es que entre la pandemia y el estilo de gestión personalista del gobernador, el gabinete provincial tiende al anonimato y por momentos a la intrascendencia. Esa es la única forma de explicar como se pueden dar el lujo de dejar vacante a la Secretaría General por más de un mes, sin que haya consecuencia administrativa alguna.
La designación de Matilde López Morillo, absolutamente desconocida más allá de las paredes del Grand Bourg, hace pronosticar que en la Secretaría General se terminaron los tiempos en los que Matías Posadas salía de gira con Francisco Aguilar a supervisar los hospitales, y que por el contrario tendrá unas misiones bastante más concreta: chequear que lo que firma Sáenz esté bien redactado y que no contenga nada que pueda ser usado por el próximo gobernador como amenaza para mandarlo preso. Cumplida esas dos tareas, la flamante funcionaria habrá justificado el sueldo.
Mas evidente aún es lo de la Secretaría del Interior, sin titular desde fines de abril, cuando Mario Cuenca decidió renunciar por su candidatura a senador por el departamento de Güemes, sin que nadie fuera capaz de avisarle que esa regla del urtubeicismo que obligaba a irse del Ejecutivo a los candidatos ya no corría más, y que con una licencia le alcanzaba.
Pasaron cinco meses y recién el viernes Javier Diez Villa retomó las tareas que dejó Cuenca a medias... si es que existen tales tareas. Pero por lo que dijo Sáenz el ex diputado arranca con el encargo de ser el primer filtro para los intendentes, diputados, senadores y concejales. El tiempo dirá si el perfil de nuevo secretario (filtro) tendrá carácter resolutivo o dilatorio (el famoso ya te lo soluciono dame un par de días...).
Un dato a tener en cuenta es que antes el rol político recaía en el tándem Ricardo Villada – Posadas, que por carácter y perfiles hacían una especie de juego de policía bueno - policía malo, mientras que el ministro de Gobierno retaba a los salteños, el ex secretario les hacía sana sana. Ahora con el pocas pulgas del ex diputado ocupando el lugar de Posadas en ese tandem, pasará que Villada retará a los salteños y Diez Villa los mandará a la cama sin postre. Chau policía bueno.
De los ocho movimientos solo dos son incorporaciones de personas que aún no pertenecían a la estructura gubernamental, una es Manuela Arancibia, que saltó el charco y pasó de la municipalidad al Grand Bourg, al hacerse del Inprotur (también vacante desde abril).
El otro es el presidente de la Liga de Fútbol, Sergio Chibán, que hasta ahora le fue mejor con los bingos que con los ascensos de los equipos salteños, y reemplazará en Deportes a Marcelo “Cristóbal Colón” Córdova, que según explicó Sáenz, en estos dos años "descubrió" a los pueblos originarios y le resultó más interesante dar una mano ahí, que andar repartiendo pelotas y camisetas por los barrios. Asumió en un cargo a medida (porque lo crearon el viernes exclusivamente para él): secretario de la Delegación de Asuntos Indígenas.
Igual hay que reconocer que esta rotación interministerial de los funcionarios del Ejecutivo es una "política de Estado" que viene de la gestión anterior, porque si sube el desempleo, que no sea por andar echando gente del gabinete.
De ministros y alianzas
Completada la primera tanda de modificaciones, el gobernador anunció que la próxima será después de las elecciones nacionales fijadas para el 14 de noviembre. Ahí se augura que Sáenz podría reemplazar a algunos de los ministros.
Ojalá que tenga el domicilio legal de todos para mandarle el telegrama de despido, porque si se lo quiere entregar personalmente, con más de uno se le va a complicar porque primero hay que ver si los encuentra. A excepción del ministro de Salud, Juan Esteban, que, pandemia mediante, es una figura habitual en los medios, quizás este sea el gabinete con mayor perfil bajo de las últimas décadas.
Desde que asumió hace dos años, Sáenz solamente desplazó a la ministra de Salud, Josefina Medrano y la elección del 15 de agosto hizo lo propio con Posadas, el resto viene invicto. “Equipo que gana no se toca”, dice el refrán futbolero, “más vale malo conocido, que bueno por conocer”, dice el dicho popular. Se desconoce con cual de los dos se siente más identificado el gobernador, que ahora deberá probar la valía de su gabinete en un contexto de pospandemia.
El resultado del 14 de noviembre, a priori, no cambia nada en Salta, como sí podría hacerlo una puja electoral provincial. Pero los eventuales cambios ministeriales podrían dar pistas del mapa político que se viene para los próximos dos años.
Obligado por la necesidad de recursos que le permitan gobernar en los años atípicos del coronavirus, Sáenz tuvo que salirse de cualquier coalición que tenga olor a Cambiemos, y alinearse con el gobierno nacional. Con el PJ como punto de contacto, la alianza en pos de la gobernabilidad mutó a una coalición electoral que quedó sellada a fuego cuando Wado de Pedro les dejó en claro a los del Frente de Todos salteño que para las nacionales las listas eran con el peronismo saencista adentro.
Ahora la incógnita es si esta alianza entre nación y provincia se reflejará en los próximos cambios de gabinete, y sumará a algunos de los nuevos socios. No sería una novedad, porque cuando el gobernador asumió en el 2019, cedió al PRO, su principal socio en ese entonces, nada menos que el Ministerio de Producción y Desarrollo sustentable, que quedó a cargo del referente de ese espacio en Salta, Martín de los Ríos.
Pero además designó al otro macrista destacado de por entonces, Alberto Castillo, al frente de REMSA, la pudiente sociedad anónima encargada de administrar los recursos mineros de la provincia. Eso significa que desde hace dos años el manejo y las políticas para el campo, la industria, los desmontes y los recursos del litio, quedaron en manos de un sector del PRO.
¿Tendrá igual suerte el FdT en el reparto de gabinete? Así como al macrismo le interesó copar los lugares referidos a la producción, para el peronismo/kirchnerismo agarrar Desarrollo Social es siempre una muy buena alternativa y puede servir como prenda de unidad pensando en el 2023.
Igual, seguramente todo dependerá de con qué ánimos terminen la actual campaña, porque hasta aquí la alianza, por lo menos en términos de resultados, fue positiva; pero son las Generales de noviembre las que definen cuántos, quiénes y cómo van al Congreso.
Un triunfo de Juntos por el Cambio, puede que llene la alianza nación - provincia de preguntas y quieran romperla, pero Sáenz sabe que Juan Carlos Romero no solo le copó el espacio de centro derecha, sino que también cambió la cerradura como para que no se le cuele nadie que él no quiera. Mientras que el gobierno nacional es consciente de que solo con lo que tiene el FdT en Salta no pelea ni una concejalía. Así que como la necesidad tiene cara de hereje todo parece indicar que tendrán que ir juntos de la mano.
Barro tal vez
La Convención Constituyente, hizo su debut el jueves, y lo que arrancó a puro bronce durante el juramento de los convencionales y posteriores discursos grandilocuentes, terminó en el barro pidiendo un cuarto intermedio de una semana para intentar consensuar un reglamento interno “sin chicanas”, como pidieron desde el bloque oficialista.
La Asamblea que modificará la Constitución todavía no ranquea en la calle, y la mayoría de los salteños no están muy enterados de que es lo que van a discutir. Otra duda es si realmente van a discutir, porque después del tironeo por las comisiones y el reglamento, en el oficialismo estarían evaluando que ante la primera dispersión del debate en el recinto, cortarlo aplicando la mayoría de 38 convencionales que ostenta.
Es que el saencismo sabe que si bien ellos son mucho más, la oposición tienen un par de jugadores que si les permiten tomar vuelo, a la Constitución la sacan con suerte en el 2030. Por ejemplo el FdT tiene a Sonia Escudero y Guillermo Martinelli, expertos en encontrar grises en las redacción de los artículos, y pintarlos del color que más les conviene, o Daniela Planes, que ya demostró que hará valer el último espacio institucional que le quedó a la izquierda en Salta para pudrirla en vivo y en directo.
Además esta semana, el presidente de la Convención, Antonio Marocco, debió encargarse de aclararle a sus pares del interior, que le gestionarán las licencias laborales con goce de haberes y se les dará unos pesos para que puedan cargarle nafta al auto.
Faltó aclararle que el café que sirven en el recinto es gratis, y que si tenían pensado quedarse a dormir en la Legislatura para ahorrar alojamiento, que lo piensen dos veces porque dicen que de noche en ese edificio aparecen fantasmas de antiguos legisladores ávidos por debatir ideas, y sabemos que en estos tiempos que corren semejante propuesta asusta hasta al más valiente convencional.