La Selección Argentina de futsal se quedó a un pelito de la épica en la final del Mundial FIFA de Lituania 2021. Sufrió la expulsión de una de sus figuras en la primeraparte, perdía 2-0 con Portugal a falta de 12 minutos, marcó el descuento con un terrible golazo de Angel Claudino y, en el último segundo, el palo le rechazó el remate a Santiago Basile y lo que hubiese sido una levantada inolvidable al equipo de Matías Lucuix. Fue 2-1 final para los lusos, que festejaron su primer título del mundo, y subcampeonato para la Selección, que no pudo defender el título conseguido en Colombia 2016.
"No nos podemos reprochar nada. Si perdés de esta manera te tenés que ir con la cabeza en alto. Espero en cuatro años poder jugar la revancha", reflexionó tras el encuentro el propio Lucuix, quien tuvo un gesto notable durante la ceremonia de premiación.
A modo de consuelo, además del tamaño segundo puesto, Nicolás Sarmiento fue elegido como el mejor arquero del certamen por segundo Mundial consecutivo. Por su parte, Portugal se quedó con el premio al mejor jugador para el veterano habilidoso Ricardinho y el Balón de Plata para Pany, quien marcó los dos goles de la final (y ocho en el torneo). El podio lo cerró Brasil, que venció 4-2 a Kazajistán por el bronce y cerró un certamen un tanto decepcionante debido a la eliminación ante Argentina en semifinales.
Un inicio caliente
Portugal inició el encuentro con una presión alta que, por momentos, complicó la salida limpia desde el fondo argentino. El platinado Claudino se veía obligado a aguantar la pelota y forzar individualidades, con el riesgo que implica hacer eso desde la última línea, pero con el correr de los minutos Argentina se fue acomodando y a través del pelotazo largo, el estilo de juego que mejor le sale, llevo peligro al arco de Bebé.
El partido se jugaba a todo o nada, con varios cruces calientes en los primeros minutos. El capitán Leandro Cuzzolino recibió la amarilla por un patadón bien dado para cortar una contra y, ya comprometido por la tarjeta, frustró también un ataque de dos contra uno con un notable quite.
Argentina coqueteó con el 1-0 con un disparo de Basile tras una jugada preparada de pelota parada que dio en el palo, su gran némesis durante toda la jornada, como se comprobaría en el cierre.
Gritos, expulsión y gol
El partido interrumpió su vibrante desarrollo con una incompresible acción de Cristian Borruto, quien le dio un cortito en el estómago a Ricardinho mientras lo marcaba. Tras unos largos y hasta cómicos gritos de dolor del diez portugués y luego de revisarla por videoarbitraje, la terna optó por expulsar (correctamente) al delantero, segundo goleador argentino en el torneo.
La Selección tuvo que aguantar dos minutos con uno menos y realizó una gran tarea durante ese pasaje de constante toqueteo portugués en el borde del área, pero cuando Basile ya se disponía para entrar y completar los cinco jugadores, Pany armó una gran jugada individual y puso el 1-0 luso sobre el cierre de la primera parte.
Por la remontada
Las cartas estaban echadas al comienzo de la segunda parte. Argentina proponía y Portugal, miraba más el reloj que la pelota. De todos modos, los lusos casi se encuentran con el 2-0 tras un jugadón de Erick, quien dejó a dos en el camino y la picó sobre Sarmiento para encontrarse con el rechazo final del travesaño.
Argentina se sostenía gracias al gran nivel de Damián Stazzone, tanto en defensa como en ataque. Las apariciones del heroico número 2 eran igualmente un síntoma de la falta de ideas del equipo nacional, que empezaba a ver cómo Sarmiento volaba de un lado a otro. Y en eso se lo hizo pagar Portugal con una jugada preparada que Pany mandó a guardar.
Los de rojo eran puro jolgorio pero, apenas sacó del medio Argentina, Claudino, con funciones mucho más ofensivas ante la ausencia de Borruto, se inventó un golazo: fue dejando lusos de izquierda a derecha y sacó un remate cruzado inatajable que se transformó en el 1-2 y revivió las esperanzas albicelestes.
La mejor Argentina
Revitalizada, la Selección empezó a encontrar una y otra vez jugadas de gol ante un Portugal inmerso en un rapto de locura total. La más clara la tuvo Matías Edelstein, quien capturó un rebote y, con el arquero vencido (aunque poco margen), definió afuera. Para agarrarse la cabeza.
El laborioso Alan Brandi -goleador argentino del Mundial y con muchos minutos ante la ausencia de Borruto- pivoteaba cada pelota hasta dejar vacía la barrita de energía y era la mejor vía de Argentina para generar peligro. Primero, descargando con Claudino quien definió al pecho de Bebé y, luego, generando infracciones para los zurdazos de Cuzzolino. El capitán, minutos antes, salvó a los suyos con un providencial despeje en la línea ante un remate de taco cuando Sarmiento ya estaba vencido.
Con 3 minutos y 30 segundos en el reloj, ya era tiempo de sacar a Sarmiento y poner a un arquero-jugador. Argentina circulaba de lado a lado en busca de alguna fisura en el abroquelamiento portugués e incluso se ilusionó con una grosera mano dentro del área que los jueces optaron por no penar tras revisarla en el videoarbitraje.
Y a falta de un minuto, Claudino no pudo darle la pincelada final a un verdadero jugadón colectivo. Claro que esa no sería la última: la tuvo Basile cuando ya no quedaba más que rematar y el destino, en forma de palo, le impidió mejorar aún más el gran torneo de la Argentina en Lituania.