Sonó el pitido de arranque y Juntos Por el Cambio ya comenzó a poner en marcha la segunda etapa de la campaña con el objetivo de mejorar la performance en la Ciudad de Buenos Aires. La meta es consolidar los 48 puntos obtenidos en septiembre, evitar filtraciones por derecha hacia Javier Milei, y atraer los votos de las personas que no participaron en las PASO, así como el voto útil de aquellos que votaron a terceras fuerzas. Actualmente, la principal amenaza al oficialismo porteño lo representa el emergente de extrema derecha de "Libertad Avanza", por lo que María Eugenia inauguró este nuevo tramo de la campaña volviendo a endurecer el discurso y girando hacia las posturas más duras de JxC que, entre otras cosas, reclaman para sí la presidencia de la Cámara de Diputados. El tiempo de las palomas quedó atrás: con un discurso más polarizado, Vidal buscará robarle votos a Milei argumentando que ella encabeza la única lista que puede "ponerle un freno al kirchnerismo". El Pro de Patricia Bullrich, mientras tanto, mira con simpatía el crecimiento de la figura de Milei, a quien ya está viendo cómo hacer para sumar de cara al 2023.
El jueves pasado, en una entrevista por Twitch, la candidata porteña María Eugenia Vidal despertó las alarmas del Frente de Todos cuando anunció que, en el caso de repetirse el triunfo de JxC en noviembre, la oposición disputaría la Presidencia de la Cámara de Diputados, que actualmente ocupa Sergio Massa. "Ningúna otra fuerza política que no sea Juntos Por el Cambio lo puede lograr en el Congreso", arengó, acompañada por Horacio Rodríguez Larreta. Este razonamiento, más que representar un exabrupto "golpista" (tal como se lo calificó desde el FdT), sintetiza lo que será el principal eje discursivo de la oposición de cara a las elecciones generales del 14 de noviembre: "Sólo nosotros podemos ponerle un freno al kirchnerismo". En el equipo de campaña de Vidal confían en que JxC todavía puede ampliar su base electoral; el objetivo es llegar al 50 por ciento de los votos y para esto resulta clave apelar al voto útil de aquellos sectores que volcaron su enojo contra el gobierno nacional eligiendo opciones antisistema. Las declaraciones de Vidal, en este sentido, fueron un mensaje directo a los votantes de Javier Milei.
Desde antes de las PASO que María Eugenia Vidal comenzó con un progresivo endurecimiento de su discurso, atenta a las encuestas que advertían que Milei podía llegar a los dos dígitos. "Cerrabas los ojos y parecía que estaba hablando Patricia Bullrich", ironizaban desde el ala dura del Pro. La exgobernadora bonaerense no fue la única, sino que el mismo Rodríguez Larreta selló la recta final de las PASO con un reclamo a favor de la eliminación de las indemnizaciones por despido. Finalmente, los temores del larretismo se confirmaron y el líder de "Libertad Avanza" sacó el 13,7 por ciento de los votos. Ante este resultado, la profundización del giro a la derecha de JxC era inevitable. En la última semana, Vidal no sólo recrudeció su discurso sosteniendo que "no hay que esperar dos años" para ponerle un freno al oficialismo, sino que hizo una fuerte apuesta en defensa de Mauricio Macri en la causa que lo investiga por el espionaje ilegal de los familiares de las víctimas del ARA San Juan. "Perdieron las PASO entonces empezaron la campaña con las denuncias electorales", lanzó Vidal, a través de Twitter, el viernes.
El comando de campaña se enfrenta ahora a un doble desafío: evitar la migración de votos de Ricardo López Murphy hacia el espacio de Milei, a la vez que aprovechar la oportunidad que le presenta el discurso del voto útil para atraer a los votantes enojados con el gobierno nacional. En el primer caso, los equipos de comunicación se muestran confiados en que la coalición conservará la mayoría de los votos que fueron a López Murphy en la interna (un 11 por ciento total). "Ricardo está en la boleta, ¿por qué no lo volverían a votar? Distinto hubiera sido si no hubiera entrado", indicó un colaborador cercano a Vidal, haciendo referencia a la ingeniería que se tuvo que aplicar para modificar el acuerdo partidario original que casi lo deja afuera. Más allá de eso, la estrategia de campaña de JxC proyecta que López Murphy encabezará varias recorridas, a veces con Vidal y Martín Tetaz, otras por su cuenta. "Él no tiene que perder su identidad, no tiene que mimetizarse con María Eugenia", explica una de las figuras que forma parte del equipo de toma de decisiones. El objetivo es que cada candidate tenga también su propia agenda: López Murphy y Tetaz la economía (especialmente la referida a una reforma laboral), Paula Oliveto los temas "institucionales". Vidal, un poco de todo.
Respecto al segundo punto, la mesa de campaña realizó un análisis del desempeño de JxC en cada comuna y empezó a diseñar una estrategia que hace especial hincapié en la zona sur, en donde Milei también hizo una muy buena elección. El diagnostico es que el libertario le sacó también varios puntos al FdT en la elección, por lo que el objetivo es aprovechar que JxC ya no estará ocupado peleando una interna para salir a disputar ese voto más de la antipolítica y "anárquico" que está "defraudado con el gobierno nacional". "Ya no va a estar solo Milei gritando contra el kirchnerismo, ahora vamos a ir nosotros a disputar esos lugares", advirtieron desde Uspallata. Por otro lado, la gran apuesta de JxC de cara a noviembre será también ir a buscar a las personas que no fueron a votar en las PASO, especialmente a les adultes mayores de zona Norte (núcleo de votantes históricos del Pro).
Paralelamente, mientras el larretismo estudia diversas estrategias para evitar el avance de Milei, Patricia Bullrich y él se mandan guiños. "Creo que Milei estará de nuestro lado", sostuvo en una entrevista el lunes. Unos días antes, el economista ultraliberal había asegurado que tenía "afinidades" con la ex ministra de Seguridad y que no descartaba participar de una fórmula con ella. Este coqueteo está directamente vinculado al proyecto presidencial de Bullrich para el 2023, para el cual busca agrupar a la mayor cantidad de expresiones de derecha del arco opositor, pero no es sólo por eso. El crecimiento de Milei - que para el entorno de la presidenta del Pro es consecuencia de que ella no haya sido candidata - corre también el eje discursivo al interior del Pro, como ya se vio con Vidal y Larreta. Este giro a la derecha es también una victoria para Patricia Bullrich, quien observa casi con placer como las ex palomas ganadoras de la pulseada interna debieron cambiar su discurso para, finalmente, arrimarlo al suyo.