La mayoría de los y las inquilinas destinan más del 30 por ciento de sus ingresos para pagar su alquiler. La tendencia de edad de quienes alquilan se va extendiendo a sectores adultos, que llegan a los 45 años. Casi la mitad de las personas inquilinas se encuentran endeudadas.
Los datos surgen de un relevamiento realizado por Inquilinos Agrupados durante septiembre. Mostró que de 2.400 inquilinos encuestados en todo el país, un 20 por ciento asigna la mitad de su sueldo a pagar el alquiler, un 24 por ciento destina 40 por ciento de los ingresos del hogar y otro 24 por ciento de inquilinos destina el 30 por ciento de sus ingresos a este gasto. En tanto un 12 por ciento de los encuestados destina el 90 por ciento de sus ingresos a pagar el alquiler del hogar.
La encuesta reflejó una situación común en muchos hogares argentinos, de la que quienes cuentan con condición inquilina no están exentos: el 49 por ciento de los y las inquilinas se encuentran endeudados. En su mayoría, el 30 por ciento, con la tarjeta de crédito. Otras deudas contraídas por estos hogares son con el pago de servicios, con algún familiar o con el banco en 16,5; 15,2 y 14,8 por ciento, respectivamente.
En tanto el porcentaje de personas con deudas en el alquiler es de apenas 5,8 por ciento. Desde la agrupación interpretan que "es bajo porque lo último que se deja de pagar es el alquiler y cuando no se puede pagar son desalojados legalmente o por la fuerza".
El 80 por ciento de las respuestas se concentran en la franja etaria entre los 26 y los 45 años. "Lo que demuestra es que la condición inquilina se va extendiendo a sectores adultos, llegando a los 45 años, mientras que en 2001, según datos del Indec, llegaban a los 40 años", aseguran desde Inquilinos Agrupados.
Ley de alquileres
La Ley de Alquileres sancionada el año pasado en plena pandemia es atacada abiertamente por la oposición y no cuenta con una defensa clara del oficialismo. Uno de los principales argumentos en su contra tiene que ver con que la responsabilizan por el aumento de los nuevos contratos de alquileres en el último año desde su entrada en vigencia.
En efecto, dado un contexto de inflación que ronda el 50 por ciento, la encuesta reveló que para el 50,6 por ciento de los consultados la renovación de contratos de alquiler tuvo aumentos de hasta el 60 por ciento. El 28,8 por ciento aseguró que los incrementos estuvieron entre el 70 y el 150 por ciento y un 17,7 por ciento respondió que los ajustes se movieron entre 20 y 30 por ciento.
Mientras que durante los primeros meses había muchas denuncias por incumplimiento de la ley, la encuesta relevó que el 56,7 por ciento de los inquilinos cuenta con un contrato a tres años y para el 68,2 por ciento la actualización es anual, lo cual muestra una mejora en su aplicación.
Casas sin gente
En este contexto, la ACIJ denuncia que el porcentaje de viviendas ociosas en Buenos Aires casi que duplica el promedio de otras ciudades latinoamericanas, que alcanzan alrededor del 5 por ciento. En efecto en 2019 un 9,2 por ciento de inmuebles para uso residencial estaban vacíos en la Capital Federal, mientras que el déficit habitacional alcanzaba a 11,6 por ciento de acuerdo al último censo en 2010.
El reporte sobre Hábitat en Crisis que realizó la ACIJ resalta que los barrios con más viviendas vacías son Puerto Madero, Retiro, Recoleta y Palermo, evidenciando una correlación entre la ociosidad y el precio del metro cuadrado. Desde la asociacón aseguran que se trata de una especulación: hacen esperar al inmueble vacío generando escasez en el mercado. Eso aumenta indefectiblemente los precios y recién ahí vuelven a ponerlos en alquiler.
Buenos Aires no es la única ciudad con esta problemática. Un 80 por ciento de la población de Berlín es inquilina. Esta última semana se realizó un referéndum que salió a favor de expropiar 240.000 viviendas para que el Estado pueda regular el mercado inmobiliario, un sector altamente concentrado donde reina la especulación. Se espera que la medida, que se suma a la compra por parte del gobierno de 14.750 viviendas, tenga un fuerte impacto a la baja en los alquileres de la capital alemana.