"Se necesita un ambicioso impuesto mínimo global sobre las multinacionales, mucho más alto que el 15 por ciento que está ahora sobre la mesa y lo más cercano posible al 25 por ciento, para acabar con la dañina competencia fiscal entre países y reducir el incentivo de las multinacionales a trasladar sus beneficios a los paraísos fiscales", señaló la Comisión Independiente para la Reforma del Sistema Impositivo Corporativo (ICRICT).
El pedido de este grupo de expertos, entre los que sobresale el Nobel Joseph Stiglitz, y el reconocido economista Thomas Piketty, es en respuesta al informe "Pandora Papers" publicado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que destapó una larga serie de operaciones por medio de empresas fantasmas que permiten a las personas más ricas del mundo transferir enormes sumas de dinero hacia los paraísos fiscales.
El ICRICT propone gravar las ganancias de las multinacionales no en función de dónde establecen su casa matriz, que suele ser en lugares de opacidad fiscal como Luxemburgo, Suiza, Hong Kong o el Reino Unido, sino en base a sus actividades reales, es decir, dónde se ubican los factores clave: empleo, ventas y activos.
También la prestigiosa organización Tax Justice Network se hizo eco del informe Pandora Papers. "Cada año, el mundo pierde 427 mil millones de dólares en impuestos a raíz de los paraísos fiscales. Eso equivale al salario anual de una enfermera que se pierde cada segundo en favor de las corporaciones y los individuos más ricos del mundo. No es casualidad que el pequeño club de países ricos que tienen el control de las reglas globales impositivas sean los responsables de dos tercios de los abusos tributarios. Los principales bloqueos a la transparencia son responsabilidad de los Estados Unidos y el Reino Unido. El Presidente Joe Biden debe hacerse cargo de su propia retórica sobre bajarle la persiana a las finanzas ilícitas comenzando con su propio país", indicó Alex Cobham, CEO de la entidad.
Pandora
Los Pandora Papers surgieron a partir del estudio de 12 millones de documentos durante un año por 150 medios de prensa del planeta. Entre los nombres que destapan están el ex primer ministro británico Tony Blair y su esposa; el ex director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn; el rey Abdalá II de Jordania; el círculo más próximo al presidente ruso de Vladimir Putin; los músicos Julio Iglesias, Shakira, Elton John y Ringo Starr; el entrenador del Manchester City Pep Guardiola y el primer ministro de República Checa, Andrej Babis.
La lista también incluye a 14 jefes de Estado de América Latina, de los cuales tres están en el poder: Sebastián Piñera (Chile), Guillermo Lasso (Ecuador) y Luis Abinader (República Dominicana). Argentina es el tercer país del mundo con mayor cantidad de beneficiarios finales de las firmas off-shore. Entre los nombres púbicamente conocidos destacan Zulema Menem, hija del expresidente Carlos Menem; Mariano Macri, hermano menor del ex presidente; el futbolista Angel Di María y el fallecido Daniel Muñoz, ex secretario del difunto presidente Néstor Kirchner. También aparece el ex consultor político de Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba.
Impacto
"La elusión y la evasión fiscal tienden a reducir los ingresos públicos, pero también han generado un cambio en la composición tributaria hacia los impuestos indirectos, especialmente en los países en desarrollo, lo cual ha contribuido claramente a aumentar la regresividad del sistema. La forma más eficaz de acabar con los paraísos fiscales sería adoptar lo que podría ser un acuerdo internacional verdaderamente histórico: que todos los beneficios mundiales de las multinacionales tributen en función de sus actividades reales en cada país mediante un prorrateo formulario y que se adopte un ambicioso impuesto mínimo efectivo global del 25 por ciento sobre las multinacionales", señaló José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia y presidente de la ICRICT.
La evasión tributaria a partir de la operatoria con paraísos fiscales está estrechamente ligada con la desigualdad, en la medida en que permite a las personas ricas no pagar dinero cuyo uso por parte del Estado tiende a equilibrar la balanza social de los ingresos.
"Cuando las compañías más grandes y las personas más ricas engañan con sus impuestos, todos sufrimos de peores servicios públicos. Los gobiernos cuentan con menos recursos para redistribuir y aumenta la inequidad", explica Cobham.
Gabriel Zucman, profesor asociado de economía en la Universidad de California, Berkeley, y miembro de la ICRICT dijo que "las empresas ficticias, es decir, sociedades sin sustancia económica, cuyo único propósito es eludir los impuestos u otras leyes, deben ser prohibidas. La manera de conseguirlo no es complicada: necesitamos un acuerdo mundial. Y los principales obstáculos para acabar con las empresas ficticias no son las Islas Vírgenes Británicas o Vanuatu, a las que probablemente se pueda obligar a unirse a un acuerdo de este tipo, sino los grupos de personas en Estados Unidos y en Europa que utilizan a los gobiernos de los paraísos fiscales como excusa".