Los presidentes de River, Rodolfo D’Onofrio, y de Vélez, Sergio Rapisarda, quedaron formalmente imputados este martes por el exceso de público en los partidos de fútbol del último fin de semana por delitos que contemplan penas de prisión de hasta dos años.
D’Onofrio y Rapisarda fueron responsabilizados como máximas autoridades de la Comisión Directiva de cada uno de sus clubes, pero el avance de la investigación podría extender las acusaciones a otros integrantes de ambas conducciones, especialmente a quienes tenían responsabilidad directa en la organización de los partidos que sus equipos disputaron en calidad de locales.
Así lo confirmó el fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques, tras los allanamientos al estadio Monumental dispuestos en la víspera por la fiscal a cargo de eventos deportivos del Ministerio Público Fiscal porteño, Celsa Ramírez.
La fiscalía a cargo de Ramírez había imputado a las comisiones directivas de ambos clubes por haber permitido que ingresaran a los respectivos estadios más concurrentes que los que habían sido autorizados mediante una disposición especial del gobierno que permitió el regreso de los simpatizantes a las canchas.
Pero el lunes el fiscal general Mahiques explicó que, además del artículo 205 del Código Penal (que reprime la violación de normas dispuestas para controlar una pandemia), los directivos de ambos clubes pudieron haber infringido el artículo 239 de esa misma ley, que castiga a quien desobedeciere o se resistiera a una indicación de un funcionario público.
La defensa de Rapisarda
"No hubo incumplimiento del aforo, cumplimos todos los protocolos correspondientes y presentaremos todas las pruebas en la Justicia. Nos tomó de sorpresa todo esto porque fuimos muy prolijos", se defendió Rapisarda en declaraciones al portal Doble Amarilla.
Y agregó que "el público habilitado era de 16.300" y que esa cifra "no se alcanzó": "Todos los socios y abonados a palcos tenían un código QR y se los chequeaba en cada uno de los accesos", explicó el mandamás velezano.
Las figuras que pesan sobre ambos dirigentes –como cabezas de sus respectivas comisiones directivas- son las mismas que se vienen aplicando en todos los casos de infracciones a la normativa dispuesta a través de decretos de necesidad y urgencia (DNU) desde el inicio de la pandemia en todos los fueros judiciales del país.
Para River, 787 personas de más
Durante el allanamiento concretado el lunes en River fueron secuestradas cámaras de seguridad, servidores donde quedaron alojadas las imágenes del sistema de monitoreo, registros de los molinetes y documentación sobre el personal estable y contratado para el operativo de acceso a las gradas.
De acuerdo al club de Núñez, se registró el ingreso de 787 personas de más al Monumental para presenciar el Superclásico. Esta irrisoria cifra motivó el allanamiento posterior.
De acuerdo con la capacidad del Monumental, River tenía autorización para albergar hasta 36.000 espectadores, un número excedido según el registro tomado por las autoridades porteñas al final de la jornada del Superclásico. El propio club, en un informe interno que lleva la firma del gerente de Infraestructura, Rodrigo Pecollo, contabilizó que las personas asistentes al Monumental fueron 36.787, una cifra superior al límite.
Ese total se desglosa de la siguiente manera: Belgrano Alta, 4483 espectadores; Belgrano Media/Baja, 1173 y 1109; Centenario Alta, 2788 y 1745; Centenario Media/Baja, 2014 y 2671; San Martín Alta, 3926 y 893; San Martín Media/Baja, 3296; Sector Prensa, 453; Sívori Alta, 3505 y 2427; Sívori Media/Baja, 887 y 5017.
En esa planilla, dentro de la columna "Estado", River dejó constancia que el ingreso a todos los sectores del Monumental se dio en "modo normal".