Eliana y Daniela, de la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps), llegaron de Córdoba este fin de semana con la expectativa de vivir en CABA un momento histórico. Ahora descuelgan de las rejas del Congreso un gran cartel negro con letras blancas que reclama: "Etiquetado claro ya". El clima en las puertas del palacio legislativo después de la confirmación de que no hay quórum para el tratamiento de la Ley de Etiquetado Frontal en la Cámara Baja se resume en dos palabras: enojo y tristeza.
"Durante todo el fin de semana seguimos el minuto a minuto. Sabíamos que estaba complejo el escenario político, pero teníamos la esperanza de que nuestros representantes estuvieran a la altura de las circunstancias. No fue así: volvió a ganar la industria de los ultraprocesados y a perder la salud pública", expresó Maga Merlo Vijarra, coordinadora de Salud de Fundeps, y agregó: "Tenemos bien presentes a los diputados que dictaminaron a favor de este proyecto hace unos meses y que hoy no concurrieron al recinto".
Las organizaciones de la sociedad civil y de la academia que militaron el proyecto y participaron del debate llegaron temprano para exigir el quórum. Instalaron un monitor para la transmisión de la sesión que no fue. Preparaban un acto con la participación de una banda, que tampoco fue. Hasta último momento, incluso después de que se supiera la mala noticia, pensaron en hacerlo --un escenario viajaba en micro--. Finalmente se canceló.
En la esquina de Entre Ríos flotaba un globo negro con letras blancas que pedía por la ley. Igual que el cartel en las puertas del edificio, replicaba la simple estética que sería la cara visible de la norma en los productos. Rodeando aquel cartel había otros que aludían a los excesos de nutrientes críticos, alguna bandera y banners de las organizaciones. Sus integrantes entraban y salían del Congreso; algunes permanecieron siempre adentro; otres esperaban afuera novedades y detalles. "Estuvimos en los balcones del recinto esperando que arrancara la sesión y que fuera un día festivo. Nos fuimos desilusionados", dijo Ariana Krochik, de Consciente Colectivo.
No había ganas de convencerse de la pérdida de la oportunidad para aprobar este proyecto que el 30 de noviembre pierde estado parlamentario. A pesar de que los titulares de todos los medios ya habían anunciado la caída de la sesión, los integrantes de las organizaciones se esperanzaban con la reunión de labor parlamentaria que se realizó a las 13.30, en la que el presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, intentaba negociar con la oposición. Como el lunes por la tarde se lanzó un tuitazo, y "etiquetado" se volvió tendencia en la red social.
"Triste. Con ganas de llorar. Bronca." Eso respondió Anabella Cabrera, otra joven de Consciente Colectivo, cuando se le preguntó qué sentía tras lo ocurrido. Y continuó: "Por conflictos de intereses entre los diferentes bloques, e incluso dentro de los mismos bloques, no se presentan en pos de la gente. La ley no es para el oficialismo ni la oposición, sino para el pueblo". "Una vergüenza que no se haya dado quórum para legislar por la salud pública. Una patada en la cara. Esperamos que en estos días se pueda llamar a sesión y el proyecto no pierda estado parlamentario", manifestó Federico Pellegrino, de Eco House.
El abogado ambientalista Enrique Viale estaba muy "enojado". "Quieren encubrir la labor de los lobbies en un no quórum. El que no dio quórum respondió a los lobbies de las grandes corporaciones de los ultraprocesados. Todo lo demás, las excusas, son mentira. Lo cierto es que si había quórum teníamos ley. Esta ley no prohíbe ningún alimento. Le pone una etiqueta para que el consumidor sepa lo que tiene. Ni eso podemos tener en la Argentina", protestó. "Están envalentonados con el resultado de las PASO: pareciera que quieren retroceder en derechos", cuestionó. Y destacó que la norma ya rige en otros países, como Uruguay, México y el "ultra conservador" Chile.
La Federación Argentina de Graduados En Nutrición trabaja hace años en torno a la alimentación escolar, uno de los ejes del proyecto. Laura Barbieri, su presidenta, señaló: "Nos interesa que los entornos escolares estén preservados del patrocinio engañoso y la publicidad". “El lobby de la comida chatarra no tiene partido político, así que millones de argentinos, principalmente niños, niñas y adolescentes, van a seguir consumiendo comida malsana, porque diputados que debieran hacer su trabajo con idoneidad mezclan interés partidario y lobbies en vez de representar los intereses del pueblo”, agregó su compañera Mara García.
En el Congreso estuvieron, además de las agrupaciones mencionadas, Sanar, Consumidores Argentinos, la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, la Alianza x el Clima, la Red Ecosocialista del Movimiento Socialista de los Trabajadores y el Colectivo Reciclador. Por la mañana se acercaron a las puertas el Partido Verde, La Cámpora, Barrios de Pie, Nuevo Encuentro y el Partido de los Trabajadores Socialistas. "Vamos a seguir exigiendo la sanción de este proyecto, que recepta los mejores estándares de protección de derecho a la salud, la alimentación adecuada y la información, y que está basado en la mejor evidencia científica", concluyó Merlo Vijarra.