El papa Francisco afirmó que siente vergüenza por sí mismo y por la Iglesia católica por los abusos cometidos por religiosos y laicos en Francia y reconoció errores a la hora de atender a las víctimas. Según un informe, al menos 330.000 personas fueron abusadas sexualmente en instituciones católicas cuando eran niños entre 1950 y 2020.

"Desafortunadamente, hay un número considerable. Me gustaría expresar a las víctimas mi tristeza y dolor por el trauma que sufrieron - dijo Francisco en su audiencia general semanal-. Esto es además mi vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza, por la incapacidad de la Iglesia durante tanto tiempo de ponerlos en el centro de sus preocupaciones".

El Pontífice pidió que todos los obispos y superiores religiosos tomen todas las acciones necesarias "para que no se repitan dramas similares".

Este martes, el presidente de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase), Jean-Marc Sauvé, presentó un informe que recoge los abusos cometidos en el seno de la Iglesia católica francesa.

A través de entrevistas con víctimas y del análisis de los archivos eclesiásticos, la Ciase pudo determinar que 216 mil niños fueron abusados por sacerdotes y religiosos, mientras que el número restante corresponde a los casos en los que los victimarios fueron laicos que trabajaron dentro de las instituciones religiosas.

Las víctimas, detalló Sauvé, fueron en un 80 por ciento niños varones de entre 10 y 13 años, mientras que los religiosos agresores rondan el 2,8 por ciento, un porcentaje inferior al de otros países que han investigado estos hechos: en Alemania el promedio es de 4,4 por ciento y en Estados Unidos asciende al 7 por ciento.

El presidente de la Ciase acusó a la institución eclesiástica de “negligencia” por no haber tomado en serio las señales de alarma o denuncias de las víctimas y de haber tratado de encubrir a los clérigos pederastas.