Desde Roma
El Vaticano, que por decisión del papa Francisco está tratando de hacer más trasparente todo el manejo de su economía, todavía debe aclarar la dudosa adquisición de un edificio en Londres por lo cual se esta llevando adelante un proceso judicial. Pero también posiblemente tendrá que lidiar con las consecuencias de las recientes revelaciones de la investigación de Pandora Papers (una investigación de la que participaron 600 periodistas de 150 medios y de 117 naciones distintas) sobre la discutida organización católica Legionarios de Cristo, acusada de tener fondos offshore - es decir en países que son paraísos fiscales y donde las empresas no pagan impuestos y los propietarios pueden quedar anónimos- por valor de 295 millones de dólares.
El juicio por la compra del palacio en Londres
El juicio por malversación de fondos de la Secretaría de Estado vaticana (sede del secretario de estado vaticano, virtual primer ministro) que se estaba realizando dentro del Vaticano desde el 27 de julio contra el cardenal Angelo Becciu, otras nueve personas y cuatro empresas, este miércoles prácticamente fue reducido a cero y deberá comenzar desde el principio el 17 de noviembre, con la previa presentación de pruebas y declaraciones completas a los abogados defensores. Así lo decidió el Tribunal de Justicia Vaticano.
Los abogados defensores se habían quejado ante el Tribunal porque algunos de los imputados nunca fueron interrogados y por no haber recibido, entre otros, el texto de un interrogatorio hecho por los jueces a un miembro de la Secretaria de Estado, monseñor Alberto Perlasca. Perlasca fue jefe de la sección administrativa de la Secretaría de Estado entre 2009 y 2019 y fue uno de los que teóricamente autorizó la compra del inmueble de Londres que causó todo este proceso. El fue interrogado varias veces por los jueces con quienes colaboraba pero sus interrogatorios no fueron revelados completos a la defensa.
El edificio en Sloane Avenue, una zona cotizada de Londres, fue comprado por más de 200 millones de euros, pero para eso se habría utilizado una cuenta bancaria de la secretaría de estado donde confluían fondos del Obolo de San Pedro -donde llegan donaciones para obras de caridad- , y del Instituto para las Obras de Religión o IOR, en realidad el Banco Vaticano. Se acusa a los imputados además de haber pagados considerables comisiones a las empresas que gestionaron la compra. El cardenal Becciu -que se hizo muy amigo del papa Francisco desde que fue elegido papa- , en el momento de la operación era Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado Vaticana, donde había sido nombrado en 2011 por el papa Benedicto XVI y estuvo hasta 2018.
Tres de las cuatro empresas imputadas, HP Finance LLC con base en Miami (EEUU), Sogenel Capital Investments (en Suiza) y Prestige Family Office (en Suiza y Mónaco), son dirigidas por otro de los acusados, Enrico Crasso, quien durante casi 20 años tuvo en sus manos la gestión de los fondos financieros de la Secretaría de Estado.
El poder económico de Legionarios de Cristo
Fundada originariamente en México por Marcial Maciel Degollado, la congregación de los Legionarios de Cristo (también muy difundida en los Estados Unidos) cayó un poco en desgracia cuando se descubrió que Maciel Degollado no sólo había repetidamente abusado sexualmente de jóvenes seminaristas sino que siendo un sacerdote, tuvo relaciones con varias mujeres de las que al parecer tuvo al menos dos hijos. El Vaticano, por orden del papa Benedicto XVI en 2006 lo destituyó y lo suspendió “a divinis” es decir para siempre en toda función religiosa. Después de esto el Vaticano envió varias “visitas apostólicas” a las bases de los legionarios, es decir algunos investigadores para verificar la situación de la congregación a la que se sometió a un período de “purificación”. Pero de los negocios offshore nada se habló entonces, al menos públicamente.
Según los 11,9 millones de documentos recolectados en todo el mundo por los periodistas de Pandora Papers -en Italia participó la revista L’Espresso-, los Legionarios estarían entre los miles de clientes de los 14 estudios internacionales que “fabrican” offshore y entre los 29.000 beneficiarios de este tipo de empresas. Las revelaciones de Pandora Papers han tocado a personajes famosos como los cantantes Shakira, Elton John y Julio Iglesias además de presidentes, reyes y políticos. En Italia incluso, un jefe de la camorra (la mafia napolitana), Raffaele Amato (actualmente en la cárcel), un ex nazi-facista Delfo Zorzi y un ex jugador de fútbol y hoy entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti. En el caso de los Legionarios de Cristo se trataría de fondos de inversión que valen unos 295 millones de dólares.
Los Legionarios se defienden diciendo que esos fondos tienen que ver con una sola persona, un sacerdote, pero que la congregación no ha estado inmiscuida. El sacerdote al que se refirieron en una declaración, sin dar su nombre, es según la prensa italiana el mexicano Luis Garza Medina, que históricamente se había ocupado de las finanzas de la congregación y había trabajado junto a Maciel Degollado. Garza Medina habría fundado en 2011, con dos hermanos suyos, dos fondos de inversión, Salus Trust y AlfaOmega Trust, ubicados en Nueva Zelanda. “Estas dos empresas son independientes de nuestra congregación. Nuestro único fondo - explicaron -, es el Retirement and Medical Caritable Trust”, que fue institutido para recibir donaciones destinadas a la cura de la salud de los sacerdotes y personas consagradas, y otros objetivos religiosos y caritativos. Otras medios aludieron en cambio a que quien se lleva todas las ganancias de los dos fondos de Nueva Zelanda sería un tercer fondo creado por la congregación. Tal vez el Retirement and Medical Caritable Trust.
Ni el Vaticano ni el Papa han hecho comentarios sobre este tema todavía. Pero seguramente lo harán cuando salgan a relucir más detalles y la Santa Sede decida investigar por su cuenta.