Emiliano Martínez (7). Impecable en cada una de las oportunidades que le tocó intervenir, especialmente un remate cruzado en el primer tiempo, un mano a mano y un toque desde cerca en el segundo. Otra vez con la seguridad que ya se va haciendo característica en los centros. Atento para funcionar como líbero cortó un peligroso avance con la cabeza, para redondear una buena actuación.
Nahuel Molina (5). Le ganaron la espalda un par de veces en el segundo período, en los momentos más flojos del equipo. Insinúa mucho cuando pasa al ataque, pero esta vez subió muy poco, porque en el primer tiempo, sobre todo, el equipo volcó todo el juego por la izquierda.
Cristian Romero (7). El más firme en el fondo. Bien de arriba, efectivo en los cruces. En el período inicial fue salida clara desde el fondo, buscando a ras del piso a Lo Celso o a Paredes. En una de las incursiones ofensivas estuvo cerca de definir de cabeza.
Nicolás Otamendi (5). No cometió errores serios, aunque alguna vez salió lejos a destiempo, o llegó un segundo tarde en alguna de las llegadas profundas de los paraguayos. Armó un innecesario revuelo en el final en un córner, quedándose un par de minutos en el piso, reclamando una falta que no había existido.
Marcos Acuña (4). Llegó con lo justo por una lesión. Corrió mucho en el primer tiempo yendo a buscar por el lateral, pero no pudo terminar ninguna bien. Y en uno de esos ataques metió un deficiente centro atrás, propiciando un contraataque que los rivales no pudieron capitalizar. Lo mejor de lo suyo fueron un par de pases a Correa por la raya. Se fue lesionado a los diez minutos del segundo tiempo.
Rodrigo De Paul (5). Desordenado, embarullado, perdió muchas pelotas en el primer tiempo, ante la presión de los paraguayos. Antes de que lo reemplazaran levantó un puntito su actuación con un disparo de media distancia, que provocó una buena atajada de Silva.
Leandro Paredes (5). Irregular, como casi todo el equipo. Mejor en el arranque de los dos tiempos aportando prolijidad en las asociaciones a ras del piso. Recuperó un par de pelotas difíciles en el momento en que Paraguay amenazaba con llevarse por delante al equipo. No tuvo ninguna oportunidad de hacer valer su remate de media distancia.
Giovanni Lo Celso (6). Alguna pelota bajada con lujo, un par de pinceladas distintivas y la sensación de que de sus pies podía surgir en cualquier momento un estiletazo de gol, pero falló en el último toque. Las buenas intenciones de juntarse con Messi solo se dieron esporádicamente.
Angel Di María (5). Volcado en casi todo el primer tiempo por la derecha no recibió mucho juego y se fue a buscar por el otro lado, pero sin pesar como otras veces. En el segundo tiempo se quedó en la izquierda, y ahí insinuó un poco más hasta que Scaloni decidió su reemplazo.
Lionel Messi (6). Lejos de su mejor nivel, pero haciendo girar al equipo sobre su batuta en los mejores momentos. Arrancó de muy atrás, metió un par de pases en profundidad de esos que suelen resolver los partidos pero le pegaron mucho, se cansó y se fue apagando de a poco. En un tiro libre de muy buena posición, uno de esos que hacen temblar a los arqueros contrarios, le pegó muy mal.
Joaquín Correa (5). Inquieto, movedizo, se manejó sobre los costados y fue muy buscado por Messi, Di María y Lo Celso. Tuvo tres oportunidades muy claras para convertir, pero no las pudo aprovechar, un poco porque se chocó con el arquero o los defensores paraguayos, y otro poco porque demoró la definición. Su actuación hizo extrañar a Lautaro Martínez.
Nicolás Tagliafico (5). Sin demasiados problemas en la marca , pasó al ataque un par de veces pero muy aislado, con más voluntad que juego.
Alejandro Gómez (6). Reemplazó a De Paul, en el momento en que el equipo se perdía en la nebulosa. Lo mejor que ofreció fue un remate de media distancia en chanfle, que salvó el arquero paraguayo con una espectacular volada.
Guido Rodríguez (5). No aportó demasiado, más allá de un par de quites.
Julián Alvarez. Jugó poco tiempo.
Nicolás González. Lo mismo que Alvarez.