La música cuenta, entre sus vastos territorios, con artistas que llevan la conmoción en la garganta, uno de ellos es, sin dudas Mario González, o simplemente Jairo, como se lo conoce desde hace varias décadas. El oriundo de Cruz del Eje desembarcará el 9 de octubre, a las 21, en el Teatro Provincial “Juan Carlos Saravia” para recrear algunas de las canciones más memorables de su carrera y el celebrar el lanzamiento de su nuevo álbum “50 años con la música”.
Jairo, que compuso junto a Astor Piazzolla, Charles Aznavour, Gilbert Becaud, Horacio Ferrer y María Elena Walsh entre otros, propondrá un concierto especial en formato íntimo, acorde a los protocolos vigentes, para festejar el reencuentro con el público salteño.
“Para mí es muy significativo el hecho de volver a cantar a Salta, porque hace muchos años que no voy. Salta es un lugar en donde no he tenido la oportunidad de cantar muchas veces y creo que ésta es una muy buena ocasión, con estos 50 años con la música, para llevar un show con un repertorio acorde a la celebración”, indicó en diálogo con este medio. Además, en una conversación extensa evocó al Cuchi Leguizamón y dijo, entre otras cosas, que la poesía de Manuel J. Castilla “es incomparable” porque “hay muy pocos poetas que han alcanzado su nivel escribiendo canciones. Son contados con los dedos de una mano”.
Para celebrar su aniversario, Jairo editó un disco donde se rodea de invitados, algunos de ellos del NOA. El primer volumen cuenta con la participación de Eruca Sativa y Abel Pintos en “Milonga del Trovador”, Luciano Pereyra en “Caballo Loco”, Lisandro Aristimuño y Juan Carlos Baglietto en “Había una vez”, Víctor Heredia y León Gieco en “Milagro en el Bar Unión”. También están Pedro Aznar, Raly Barrionuevo, Elena Roger y Escalandrum. Nahuel Pennisi, Marcela Morelo e incluso un cierre familiar junto a sus hijos Lucía, Iván, Mario y Yaco.
La segunda parte del disco incluirá versiones junto a Jorge Rojas, Nacha Guevara, Sandra Mihanovich, Fuerza Bruta, La Bruja Salgueiro y muchos más. En ese marco, el artista adelanta detalles sobre el particular repertorio que ofrecerá en pocos días en la capital provincial
- ¿Cómo seleccionó las canciones de este trabajo, celebratorio y muy particular?
- Fue un trabajo conjunto con el productor, Lito Vitale, que le dio la personalidad y el color deseado al material. Él, no es solamente el músico extraordinario que conocemos, sino un productor muy inteligente. Buceamos en el repertorio acumulado en estos años, que es muy amplio. Preferimos canciones que hubieran sido importantes en algún momento dado de mi trayectoria, canciones que hayan sido éxitos o no, que hayan marcado una bisagra en mi carrera. Seleccionar fue una tarea muy complicada.
Una vez que tuvimos el repertorio, tratamos de encontrar canciones distintas respecto del estilo, melodías y demás. Entraron el juego muchas cosas porque quisimos que fuera un disco coherente, que no fuera una selección de hits y nada más
Una vez que lo logramos, pensamos en quiénes podrían acompañarnos, porque queríamos que fuera un disco en el que participaran otros artistas. Así fue y afortunadamente todos accedieron de una manera extraordinaria con mucho afecto, con mucho cariño. Cada sesión que hicimos fue una auténtica fiesta.
Este fue un trabajo extraordinario y significativo para mí, creo que de todos los discos que he grabado, este tiene este componente emocional que lo hace diferente también.
- Así que el balance de esa interacción con otros es positivo…
- Claro. Soy un gran defensor de la evolución de la música y los nuevos intérpretes, trato de seguirlos, apoyarlos y conocerlos. El cantar es algo extraordinario y maravilloso, me ha procurado tanta fortuna, tanta felicidad, que quiero lo mismo para aquellos que tienen vocaciones precoces para cantar.
En un disco donde cantó a Borges, tuvo la oportunidad de entonar una melodía del Cuchi Leguizamón ¿Cuál es la opinión acerca de su música?
El Cuchi Leguizamón es uno de los grandes nombres de la música argentina. Cuando hablo de la música argentina, me refiero a la música en general. No me gusta discutir los distintos estilos, si la música es clásica o popular: la música es una sola, expresa al que la compone y, junto con el que la compone, está expresando a todo su pueblo. En ese sentido, sin lugar a dudas, el Cuchi está entre los más importantes.
El disco al que hace mención fue un trabajo en principio editorial y se llamaba Borges cantado. Convocaron a 12 compositores y entre ellos estaba el Cuchi Leguizamón. En ese momento yo tenía 25 años, era muy joven, tenía dos o tres discos estados. Y al editor le gustó que yo formará parte de ese disco. No sé por qué la razón. Por supuesto que me halagó, pero me sentía como un intruso, porque los demás tenían una categoría y una trayectoria muy importante.
Participé componiendo una de las músicas para un poema de Borges y afortunadamente otro de los compositores era el Cuchi. Hizo una música para una canción que luego tuvo una incidencia muy importante sobre el disco, porque durante la dictadura fue prohibida la difusión. Es una canción que habla de los ejércitos libertadores y de la gente valiosa de la Argentina en una época, que ya no existe, que ya no hay.
En lo que puso el Cuchi como estribillo, uno de los versos dice “no se aflija en la memoria de los tiempos venideros, también nosotros seremos los tauros los primeros. El ruin será generoso, el flojo será valiente, no hay cosa como la muerte para mejorar la gente”. A esta observación tan profunda de Borges, en una de sus poesías, el Cuchi le puso una música de milonga muy lenta, de canción amilongueada.
-Su admiración creció con esta experiencia….
- En una oportunidad María Elena Walsh me presentó al Cuchi , pero no he tenido la suerte o el privilegio de tratarlo mucho más. Siempre lo he seguido de lejos y con gran admiración, por supuesto, a través de su obra y de grabaciones que han quedado de él mismo y que se pueden ver en YouTube o las redes sociales.
Para mí fue una maravilla poder cantar una melodía suya, era , como todas sus melodías, muy sorprendente. Él tenía esa particularidad, una personalidad muy suya. No se parecía absolutamente a nada ni a nadie. Tenía inteligencia para aproximarse a la música como manifestación auténtica. Me parece que ha sido muy singular. Creo que entre los compositores argentinos hay muy pocos como él , que han abordado las cosas desde un punto de vista tan personal. Eso lo hace único y muy importante.
Rómulo Lagos, el editor de Borges cantado me regaló el libro, con una dedicatoria de cada uno de los compositores. El Cuchi Leguizamón me escribió cuando Jairo canta milongas hasta Borges puede ver”.
- Ha cantado por cinco décadas ¿cuál ha sido su camino para mantener la coherencia, en su carrera y en su vida?
- Juega un papel muy importante en instinto, he tenido mucha suerte porque seguí un camino con muchas puertas que se han ido abriendo de manera espontánea. Es una carrera muy fluida, en la que una cosa me ha llevado a la otra y así sucesivamente. Haciendo valer mi instinto, creo, que he ido encontrando un eco favorable de parte del público, porque ha tenido la percepción de que no lo iba a traicionar, de que no iba a hacer una cosa que no tuviera absolutamente nada que ver conmigo.
La gente que me sigue sabe que de repente puedo romper con lo que estoy haciendo en este momento y abordar una obra integral, por ejemplo. Editar un disco solamente con canciones de Yupanqui, con canciones de Borges. Y Canciones que yo componía con otros autores. Creo que esa ha sido la columna vertebral de mi carrera, además de una coloratura en la voz, una forma de cantar. La gente se acostumbra a las cosas y entre ellas, a los sonidos. Cuando una voz se escucha durante mucho tiempo, es algo que resulta familiar. No lo sé bien, estoy tratando de buscar la explicación es algo que todavía me resulta inexplicable, que es haber cantado durante 50 años.