Con el Nobel de la Paz a la filipina María Ressa y el ruso Dmitry Muratov, la Academia de Ciencias sueca premió el rol del periodismo en las sociedades democráticas.
En momentos en que Facebook está bajo sospechas crecientes por sus intervenciones y omisiones en campañas de fake news y liderazgos antidemocráticos, el galardón reconoció el peso que los periodismos puede tener en el debate clave sobre libertad de expresión, desinformación y redes sociales.
Redes sociales y desinformación
Ressa, fundadora del portal de noticias Rappler y miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), lleva años de investigación sobre cómo Facebook jugó un papel clave en la manipulación de la conversación pública y el proceso político desdemocratizador filipino.
En un comunicado dado a conocer esta mañana, el portal Rappler indicó que la entidad está "honrada" y "soprendida" por el Nobel a Ressa. "No podría haber llegado en un mejor momento, uno en el que los periodistas y la verdad están bajo ataque y siendo socavados. Agradecemos al (comité del) Nobel por el reconocimiento a los periodistas que, tanto en Filipinas como en el mundo, continúan haciendo brillar luz aún en las horas más duras y oscuras. Gracias a todos los que han sido parte de la lucha diaria para sostener la verdad y que persisten en mantenerla firme con nosotros", publicó el portal, luego del anuncio oficial.
El portal de Ressa repasó una seguidilla de ataques que la periodista y el sitio padecieron en los últimos años, particularmente desde 2016, cuando Rodrigo Duterte alcanzó la presidencia de Filipinas, uno de los países con índices más elevados de tiempo de uso de redes. Durante esa campaña electoral y una vez que Duterte asumió el cargo, Rappler dio a conocer investigaciones sobre perfiles falsos que, en Facebook, divulgaban historias falsas para beneficiar al candidato, como parte de una estructura aceitada para desinformar y manipular sectores de la opinión pública.
Antes de fundar Rappler, Ressa se dedicó a investigaciones sobre terrorismo en el sudeste asiático, y fue corresponsal para CNN en Manila y Jakarta. Es autora, además, de dos libros, uno sobre el funcionamiento de Al Qaeda en el sudeste asiático y otro, más reciente, sobre los vínculos entre terrorismo global y redes sociales, De Bin Laden a Facebook. Diez días de secuestro, diez años de terrorismo, que parte de la premisa de que internet y las redes sociales son "el nuevo terreno de batalla del terrorismo".
Tras ganar las elecciones, Duterte comenzó una "campaña contra las drogas" que implicó matanzas clandestinas, que fueron acompañadas por hostigamiento digital contra opositores y críticos de esa gestión, entre ellos, Ressa y su portal. Según relevó el New York Times, "las campañas de Facebook impulsaron gran parte de esas actividades y los funcionarios del gobierno realizaron, de manera pública, tareas de desinformación en la plataforma".
En 2016 Ressa se reunió con ejecutivos de Facebook para alertar a la compañía sobre el rol que la plataforma estaba jugando en la degradación del proceso político. "Les dije: 'Si no solucionan esto, tendrán problemas en las próximas elecciones estadounidenses en noviembre'", dijo Ressa, en referencia a lo que poco después fueron las elecciones en las que Donald Trump y Hillary Clinton disputaron la presidencia norteamericana.
En junio del año pasado Ressa y el periodista de su portal Reynaldo Santos Jr., fueron condenados por "ciber difamación", por la publicación de una investigación sobre acusaciones de corrupción contra un ex integrante de la Corte Suprema de Justicia filipina. Para esa condena, que fue apelada y revertida, los tribunales aplicaron una ley que había sido sancionada cuatro meses después de publicado el artículo.
Voces disidentes
En 1993, Muratov fue co-fundador del diario Novaya Gazeta, del que dos años después, y hasta 2017, fue director, un cargo que reasumió en 2019. El diario, con sede en Moscú, construye su agenda informativa con eje en derechos humanos y la investigación de denuncias de corrupción gubernamental, con especial énfasis en los conflictos en Chechenia y el norte del Cáucaso.
Muratov fue editor de Anna Politkóvskaya, la periodista y activista por los derechos humanos asesinada hace quince años, en circunstancias que alentaron las versiones de crimen por encargo.
Luego de conocida la noticia del premio, la Novaya Gazeta informó que Muratov "transferirá parte del Premio Nobel (alrededor de 1,14 millones de dólares) a la Fundación Circle of Kindness, que ayuda a niños con enfermedades graves y raras".
Muratov es el segundo ruso en ganar el Nobel de la Paz: el primero fue Mikhail Gorbachev, galardonado en 1990. Con parte del dinero de ese premio, además, Gorbachov contribuyó al la creación de la Novaya Gazeta.