Muchos barrios se empeñan en levantar la bandera del tango. Pero pocos tienen un circuito tan extendido como Almagro y Abasto. Pegaditos el uno y el otro, muchos de sus referentes decidieron unir fuerzas para organizar el FETAA: Festival Emergente de Tango de Abasto y Almagro, que comienza este sábado y se extenderá hasta el lunes, aprovechando el feriado. Todas las actividades tienen entrada gratuita y el acceso será por orden de llegada. Por eso habrá que preparar los pies, y no necesariamente para la pista de baile. Es que el FETAA se concibe como un festival de recorrida, en que los asistentes pueden ir saltando de un punto al siguiente, ya que las actividades están pensadas para que los asistentes puedan presenciar una y acercarse a pie hasta la siguiente. Claro que habrá que tener resistencia: las jornadas comenzarán a las 15 y se extenderán hasta pasada la medianoche.
El FETAA tiene once sedes. Algunos son emblemas tangueros de estos barrios, como Sanata Bar, El Boliche de Roberto, Musetta o La Maleva Estudio. Otros son espacios más nuevos, pero pujantes, como JJ Cultural o Guarda La Vieja, y hay reductos de aguante como el Pool Lily, Le Troquet de Henry, o el bar notable El Banderín. Todo comenzará este sábado a las 15 con una recorrida de la historiadora Cata Cabana, especialista en el “barrio inventado” de Abasto (lo de “inventado” es porque, en rigor, Abasto forma parte de Balvanera y cada porteño establece sus límites a gusto), que partirá del Monumento a Gardel para itinerar luego por varios de los hitos del célebre “Morocho del Abasto”.
Entre las múltiples actividades habrá una ceremonia de reconocimientos a Stella Díaz (madrina del FETAA) y Osvaldo Peredo (padrino), músicos de larga trayectoria, que frecuentan estos barrios y que, además, suelen actuar con artistas más jóvenes. Por lo demás, las actividades que propone el FETAA son muy variadas e incluyen múltiples recitales, charlas (sobre poética tanguera y del protocolo de actuación ante casos de violencia de género en la milonga), exhibiciones de baile (con Mariana Dragonne, entre otras), proyecciones (como el documental Amar Amando, de Yael Szmulewicz. Se trata, además, del primer festival enteramente presencial tras más de un año y medio de modalidades virtuales o, en el mejor de los casos, mixtas. Quizás porque, para muchos, el barrio está en las veredas.