A más de 50 años de la separación de los Beatles, una de las rupturas más analizadas en la historia del rock, las teorías sobre los motivos que llevaron a la mítica banda a tomar esa decisión siguen apareciendo. Esta vez, fue el propio Paul McCartney el que se refirió al tema, en una extensa entrevista.
“No soy la persona que promovió la división. Oh no, no, no. John entró en una habitación un día y dijo que se iba de los Beatles. ¿Eso es instigar la separación o no?”, recalcó en la nueva serie de entrevistas de la BBC Radio 4 This Cultural Life, que se transmitirá a finales de este mes. Así, desligándose de la responsabilidad que se le atribuyó en la separación de la banda que integraba junto a John Lennon, George Harrison y Ringo Starr.
Lennon, aseguró Paul, describió su decisión de irse como "bastante emocionante" y "más bien como un divorcio".
Los otros miembros, en cambio, se quedaron “para recoger los pedazos”, señaló en la entrevista, que se adelanta al lanzamiento el próximo mes de Get Back, la serie de televisión de Peter Jackson que narra los últimos meses de la banda.
"Esta era mi banda, este era mi trabajo, esta era mi vida, así que quería que continuara", contó el músico, quien consideró que en ese momento todavía estaban creando "cosas bastante buenas”.
Según McCartney, la banda podría haber durado más tiempo si Lennon no hubiera renunciado. "Podría haber sido. El punto era que John estaba haciendo una nueva vida con Yoko. John siempre había querido separarse de la sociedad porque, ya sabes, fue criado por su tía Mimi, que era bastante represiva, por lo que siempre estaba buscando soltarse", apuntó.
La separación
McCartney, según la teoría más extendida, rompió unilateralmente la banda en 1970 cuando respondió a la pregunta de un periodista con la afirmación de que los Beatles ya no existían. También fue acusado de estropear la dinámica del grupo al pedir a los abogados que resolvieran sus disputas.
Esas acusaciones, contó al entrevistador John Wilson, han sido una gran carga a lo largo de su vida. “Tuve que vivir con eso porque eso era lo que veía la gente. Todo lo que pude hacer es decir que no”, relató. Sucedió que el nuevo gerente del grupo, Allen Klein, les dijo que guardaran silencio sobre la ruptura mientras concluía algunos acuerdos comerciales. “Así que durante unos meses tuvimos que fingir”.
"Fue extraño porque todos sabíamos que era el final de los Beatles, pero no podíamos simplemente alejarnos", recordó. Con el tiempo, McCartney se sintió descontento con la situación y “soltó al gato de la bolsa” porque “estaba harto de esconderlo”.
“Por esa época teníamos pequeñas reuniones y fue horrible", repasó. La ruptura se volvió inevitable, reflexionó, porque John “quería ir en una bolsa y acostarse en la cama durante una semana en Ámsterdam por la paz . Y no podrías discutir con eso". Sin embargo, no responsabilizó a Yoko por lo ocurrido. “Eran una gran pareja. Allí había una gran fuerza", remarcó.
La decisión de manejarse con abogados, según explicó, fue para proteger el legado de los Beatles: “Tuve que pelear y la única forma en que podía pelear era demandar a los otros Beatles. Pero yo no instigué la división", insistió.