“¿Un poco cómo el doctor House?”. La pregunta se expresa durante el primer capítulo de Bright Minds (estreno este lunes a las 23 de AXN, desde el martes por Flow). Es que la agente Raphaëlle Coste (Lola Dewaere) quiere dejar de razonar como una policía y aplicar el singular procedimiento de Astrid Nielsen (Sara Mortensen) para resolver un crimen. El guiño podría haber incluido a Elementary, Sherlock y hasta Doctor Milagro. Referencias correctas pero incompletas, puesto que la coproducción europea se apropia de esas fórmulas para conformar su propio molde o, mejor dicho, un rompecabezas. Problemas, misterios y homicidios que obsesionan a la dupla protagónica de esta historia.
Astrid y Raphaëlle. Tal es el título original de la producción franco-belga con dos temporadas estrictamente episódicas y una tercera en camino. Mientras la detective es como una tromba, espontánea y desorganizada, la archivista policial diagnosticada con autismo será lo opuesto. Su mayor interés son los acertijos, básicamente, no puede resistirse a un enigma. Esa condición la lleva a corregir a un forense en tanto resuelve un cubo de Rubik. “El espacio en la memoria no es infinito. No hay que llenarla de conocimientos inútiles para evitar que falte espacio para las cosas importantes”, recomienda la mujer con un don para “ver las cosas de otro modo” al cambiar la perspectiva.
El suicidio de un médico a lo bonzo -excepto para ellas dos- será la excusa para que se topen y empiecen a trabajar en equipo. Bright Minds cumple, entonces, con las convenciones del género de pareja dispareja, aunque amplía el registro por la particularidad de Astrid. Una treintañera con Asperger, apegada esquemáticamente a sus rutinas (anda con dos paraguas, por si acaso) y detesta lo impredecible, pero que puede memorizar, incorporar y analizar datos de una manera extraordinaria. Raphaëlle, por su parte, será una de las primeras personas en tratarla con empatía y desfachatez. Más allá del “caso de la semana”, el mayor aliciente de la propuesta pasa por el vínculo que se forja entre ambas aunque fuerce lo relativo a las cuestiones de género. Otro de sus aportes pasa por combatir la uniformidad y ciertos estereotipos sobre el autismo. Ahí está la escena de la charla grupal entre los que habitan en ese espectro donde la diferente y rara será la policía calificada como neurotípica.
“La intención no es la de hacer una caricatura del autismo sino incorporarlo de manera sutil, es un elemento más de su interacción”, destacó Dewaere (hija del recordado actor de Los rompepelotas). “Son lo opuesto en todo sentido. Como actúan y también en lo físico, una es como una ramita y la otra es una como una topadora, creo que eso agrega fuerza a este dúo. Y luego esta diferencia entre las dos que permite que todas las mujeres puedan identificarse con los personajes. El dúo funciona muy bien porque se complementan”, graficó Mortensen sobre estas heroínas integradas a un nivel que los fanáticos de la serie han creado el término de “Astraëlle”.