El jueves último el cacique Venancio Díaz recibió la visita de una cantidad inusitada, para el lugar, de integrantes del Partido Felicidad. No estaba muy convencido, pero los recibió porque se lo había pedido la veterinaria Cristina "Coco" Rossetto, y porque sabía que en la comitiva estaba la mujer wichí Octorina Zamora, candidata a diputada nacional suplente.
La familia Díaz había dispuesto un círculo de sillas para el encuentro. Pero el cacique prefirió no sentarse. "Cada político que viene dice la tierra es de ustedes, pero por qué nos quitan la tierra", barajó de entrada nomás. Y se explicó: cuando hay campañas escuchan promesas y luego las cosas siguen como están, mal, si no peor, porque los alambrados avanzan y cada vez les queda menos territorio y no han conseguido siquiera el relevamiento de la propiedad comunitaria. Por eso "hay una desilusión tan grande".
"Salta la linda dicen, pero usted sale al campo, mire como estamos. No hay nada lindo", agregó señalando su propia Comunidad Wichí Misión Municipal, que no tiene acceso a los servicios esenciales y tampoco logró avanzar en el proceso de reconocimiento de la propiedad del territorio que ocupan. Y añadió que más lejos hay personas viviendo en peores condiciones, él mismo vino al pueblo de La Unión con su familia de la costa del río Bermejo, buscó la cercanía del poblado porque allá no tenían ni siquiera una sala de primeros auxilios.
Además de Zamora y Rossetto, lo escucharon Tane Da Souza, Guido Giacosa y María Laura "Cotty" Thomas, candidatos a diputados nacionales. Giacosa aclaró que no llevaban promesas y, en cambio, ofrecían el partido como caja de resonancia de esa vulneración de derechos, para ayudar a que se visibilice y se incorpore en la agenda de quienes tienen poder de decisión. "Queremos que nos organicemos políticamente con los que más sufren en Salta", porque la imposibilidad de acceder al agua, el ataque al ambiente, la falta de acceso a la salud, "son cosas que no hay que tolerar".
Díaz añadió que son discriminados en el propio pueblo, donde los escasos puestos de trabajo que surgen nunca son para alguien de las comunidades indígenas que lo rodean. Las dificultades son tantas, dijo que, que "muchas veces no hay a donde descargarse, a donde hablar".
"Salta es la provincia más desigual del país y dentro de la provincia, Rivadavia es el departamento que peor la pasa", le dio la razón Da Souza, que también reivindicó a la política como una herramienta para mejorar la vida de las personas.
Esta fue la primera de las comunidades visitadas por la lista de candidatos de Felicidad, que esa noche relanzó su campaña electoral un poco más lejos, en el pueblo de Rivadavia (ubicado sobre la banda sur del río Bermejo), al que se llega tras recorrer poco más de 377 kilómetros por una ruta provincial con tramos de tierra, aunque la pavimentación está en obra.
Antes de llegar a ese pueblo, el último antes del límite con el Impenetrable en la provincia del Chaco, también escucharon al cacique Cresencio Ceballos, de la comunidad Barrio Mataderos, también de La Unión. “Pedimos que se nos entreguen los derechos como corresponde”, añadió tras contar que su territorio se va constriñendo por el avance de los alambrados, "todo nos están quitando, nos están encerrando".
En la casa de Camilo Montoya, una comunidad que está en proceso de organización y donde tampoco hay servicios, la preocupación principal pasó por la demora en el trámite de obtención de la personería jurídica de la nueva comunidad.
En horas de la siesta, bajo la sombra de un algarrobo en la pequeña localidad de Santa Rosa, donde hay dos comunidades indígenas, Santa Rosa y Fiscal 51, los referentes expusieron sobre la problemática de la vivienda, y el reclamo que están haciendo en este momento para que el gobierno provincial avance en un proyecto de construcción de casas. El pastor Felipe Sarmiento habló de la discriminación en el acceso a la educación, "aquí hay chicos que ya no van a la escuela porque los discriminan", contó. El cacique Gabriel Acosta agregó que hay chicos que pasan de grado sin aprender, "aquí los maestros no tienen interés en enseñar a los niños indígenas", concluyó.
Sarmiento también destacó el problema recurrente de la falta de agua. Da Souza señaló que para terminar con esta situación se requieren fondos y decisión política, aseguró que ambas pueden confluir, y que con una inversión de poco más del 0,5% del presupuesto anual de la provincia de Salta se puede dar una solución a la inmensa mayoría de los habitantes de Rivadavia.
Oradores en wichí
El relanzamiento de la campaña de Felicidad tuvo la particularidad de que se hizo en la casa de un habitante wichí en Rivadavia, Pedro Montoya, y hubo oradores que hablaron en esta lengua, algo inusual en los partidos políticos "blancos".
“Elegimos hacer el lanzamiento aquí en Rivadavia Banda Sur y en La Unión, en esta Salta profunda, donde hay tantos problemas, donde hay tanto sufrimiento, donde hay tanta postergación, para que durante la campaña tengamos la posibilidad de no solo mostrar los videos de campaña, sino que podamos poner sobre la mesa las profundas desigualdades que tiene nuestra provincia”, dijo en el acto Da Souza.
“Las desigualdades son causa y efecto del fracaso absoluto de nuestro sistema político, y nosotros estamos convencidos de que haciendo las cosas de otra manera, podemos mejorar las cosas de todos los salteños y de todas las salteñas”, añadió, y destacó que Felicidad presentó una lista federal.
Zamora habló de tres aspectos principales en una política orientada a mejorar la situación de los pueblos indígenas de la provincia: la cuestión territorial, la educación y la salud. Contó que nunca antes se había postulado para ningún cargo electoral, pero que en este caso la convenció el grupo de jóvenes "que quieren hacer algo distinto", y porque considera que, a pesar de que "nunca nos han ofrecido un espacio a nivel nacional", es necesario hacerse escuchar en el Congreso.
El acto concluyó con las palabras de Jacobo Argamonte, presidente de la comisión de la Comunidad Santa Rosa, referente de Felicidad en la zona y maestro bilingüe, que repasó en wichí todo lo que se dijo en castellano, y del anfitrión, Pedro Montoya.
Con casi 26 mil kilómetros cuadrados, el departamento Rivadavia limita al norte con Bolivia, al este con Paraguay y Formosa y al sur, con la provincia del Chaco, y concentra una alta tasa de habitantes originarios.
Falta de trabajo formal
El viernes los candidatos participaron de un encuentro con referentes del departamento Orán, en la sede de la Cooperativa de Trabajo Fábrica Textil Unidos Limitada. En este caso la preocupación se centró en la situación social en esta zona, aquejada por la falta de fuentes de trabajo genuinas y la informalidad laboral.
El vicepresidente de la Mesa Federal de Felicidad, el ex concejal Tomás Cano, recordó que es “una zona caliente, un área de frontera” que como tal requiere políticas públicas diferenciadas, como la eximición de impuestos.
Señaló que en el departamento hay unos 140 mil habitantes, pero no hay fuentes de trabajo genuinas, por lo que mucha gente debe dedicarse ir a la frontera a pasar bultos para procurarse una fuente de ingreso.
El panorama fue reforzado por referentes mujeres. La escasez de oportunidades laborales provoca que “muchos se abusen”, dijo una. Como la Municipalidad no puede emplear a todas las personas que necesitan trabajar, “o te vas a la finca o te vas al bagayo”, dijo otra, que señaló que en esa tarea “podés morir ahogado”, o “te roban, te violan”.
En el intercambio se habló también de las falencias estructurales del sistema de salud pública en la zona. Y hubo coincidencia en que este departamento, igual que San Martín y Rivadavia, padecen problemas estructurales de falta de satisfacción de las necesidades básicas para una vida digna, como lo señaló el candidato Emiliano Venier.
“Nuestro país tiene un desarrollo muy desigual, entonces necesitamos políticas focalizadas”, afirmó Da Souza, y dijo que en caso de llegar al Congreso de la Nación propondría como primer proyecto una ley de emergencia económica, social y productiva, para atender de manera urgente la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la población de estos departamentos.
“Cotty” Thomas destacó que estas inequidades afectan principalmente a las mujeres y niñas, y llamó a involucrarse y participar en la política para cambiar las cosas. “Es importante escuchar las voces de otras personas”, agregó otra referente. Contó que participar en organizaciones colectivas le permitió adquirir “conciencia social. Quizás yo veía mis necesidades, pero no veía las necesidades de mis vecinos. Ahora las veo”, dijo.