Los puesteros del Pasaje Beltrán en el Parque San Martín reclamaron a la intendenta municipal, Bettina Romero que intervenga para limitar la presencia de vendedores ambulantes ocasionales los fines de semana en el sector y advirtieron la semana pasada que el “parque es tierra de nadie”.
Ulises Alvarado, presidente de la Asociación de Artesanos Originarios “Gral. Martín Miguel de Güemes” y Carlos Alberto Godoy, presidente del Centro de Vendedores Ambulantes, que representan a los feriantes del Pasaje Beltrán, ingresaron el jueves 7 de octubre una nota en la que informan a la intendenta el descontento del grupo “ por la situación del Parque San Martín”.
El texto expresa que “nosotros estamos todo el año y pagamos nuestros impuestos como corresponde, algunos puesteros tuvieron que sacar préstamos para poder regularizar las deudas que tenían con la Municipalidad”.
“No nos parece justo que cada vez que hay feriados permitan armar ferias de vendedores ambulantes ocasionales, que venden todo tipo de artículos, incluso hay elaboración y venta de comida sin respetar las medidas sanitarias y al retirarse dejan todo sucio, lleno de grasa y cenizas”, advirtieron.
Alvarado y Godoy destacan que se les está imponiendo competencia desleal, e informan a la intendenta que “lastimosamente el Parque San Martín parece tierra de nadie” y sostienen que todos los políticos lo usan para hacer campaña y después "no hacen nada por el Parque”.
Advierten finalmente que “si nadie interviene para que esto cambie, nos veremos forzados a tomar otras medidas para reclamar nuestros derechos, por los cuales pagamos”.
Una historia que se repite
Los puestos de venta del pasaje Beltrán surgieron hace 13 años como solución a la proliferación de manteros y ambulantes que por entonces también invadían las peatonales céntricas.
Así fue que en el año el año 2006, 148 vendedores salieron de las peatonales y fueron a instalarse sobre San Martín (calle clave para la circulación del transporte público en el eje este-oeste de la ciudad) entre Santa Fe y Lerma.
Posteriormente, en 2008 los vendedores ambulantes que ocupaban ya casi toda San Martín, desde Santa Fe hasta Buenos Aires, fueron llevados al Pasaje Beltrán.
Para ello se firmó un acta entre la Municipalidad y el gobierno provincial. Intervinieron el entonces ministro de Gobierno, Manuel Brizuela, el secretario de Gobierno, Lucas Amado, el intendente municipal, Miguel Isa y el secretario de Gobierno, Gustavo Sáenz, actual gobernador de la provincia.
En junio de ese año, el Concejo Deliberante dictó una ordenanza, que se promulgó el 12 de julio, por la que se autorizó el Ejecutivo Municipal “a ubicar a los vendedores ambulantes con parada fija (en pasaje Beltrán entre Avda. San Martín y Pasaje Chiclana), en su trocha oeste, en la platabanda y en la vereda oeste que colinda con la misma, hasta la pérgola existente junto al lago”.
El artículo segundo de esa ordenanza, que autorizó ubicar a los ambulantes en el Pasaje Beltrán, dejó expresamente establecido que constituía “una excepción a lo dispuesto en el artículo 112° del decreto Ordenanza Nº 3276 de 1980 y tendrá una duración máxima de 3 años, contados a partir de su entrada en vigencia”.
De ese pasaje fueron retirados posteriormente, los puestos de comida y llevados al denominado “Paseo del Choripán”, un área habilitada por la Municipalidad durante la gestión del intendente Miguel Isa, con locales abiertos debajo de una las tribunas de la cancha de fútbol del club Juventud Antoniana.
La situación se repite hoy, como consecuencia de la proliferación de manteros que venden en las peatonales, compitiendo con el comercio formal.
La ordenanza 12.205 prohíbe la venta ambulante con parada o puesto fijo o transitorio en el cuadrante comprendido por las calles General Güemes, al norte; Sarmiento-Jujuy, al oeste; Mendoza, al sur y Lerma-Pueyrredón al oeste.
En mayo de este año se anunciaron operativos de control, con tareas de persuasión para hacer cumplir esa norma y se convino además, que los vendedores informales podían ubicarse en las peatonales luego del cierre de los comercios, comprometiéndose a dejar limpia la zona.
Sin embargo, la situación se está desbordando, los acuerdos se cumplen poco y desde hace unas tres semanas la Municipalidad busca un acuerdo con los manteros, para poder reubicarlos.
Como parte de esa tarea, la semana pasada se convino que en 90 días podría ser reubicados; una parte en la playa subsuelo del Mercado San Miguel y otra en algún predio privado.
La idea es que en 90 días se pueda despejar el microcentro y relocalizar vendedores informales, al tiempo que se unifican las normas vigentes para habilitación y autorización a vendedores ambulantes.